Querida nieta: Hoy, mientras esperamos que vuelvan tus
padres de una corta escapada que puede ser la única que se puedan permitir este
año, se cumple un aniversario muy redondo del asesinato de Gandhi. El 30 de enero de 1948 la India hacía unos meses que era
independiente y las convulsiones que asolaban el territorio no eran menores que
las que lo habían sacudido durante el final del dominio británico. Al
contrario, seguramente la vida diaria era más dura para una inmensa mayoría de
la población. La independencia, desde el minuto uno, había supuesto la
separación y el recrudecimiento del conflicto entre musulmanes e hindúes…
El modo con el que Gandhi dirigió el proceso hacia la
independencia se ha consagrado como el de la lucha no violenta. De hecho, hoy
se conmemora el día de la no violencia y la paz. También es el cumpleaños del
rey de España, 50 años, (*) y otros tantos de las demás cosas que empezaban a suceder
en aquel prodigioso 1968. Mis reyes magos no deben ser monárquicos pues una
lectura que me regalaron y que ya he terminado, del alemán Ernst Toller, nacido en territorio actualmente polaco, una juventud en Alemania, no es un buen
ejemplo para la paz.
Toller había nacido en 1893 y murió en 1939. Participó en la
I Guerra Mundial, en la revolución que en Alemania sacudió aquel final de la
guerra. Estuvo cinco años en la cárcel por esa participación. Visitó nuestro
país durante la guerra civil y se marchó tan impresionado que se dice que la
causa inmediata de su suicidio fue la victoria final, pocas semanas antes, del
general Franco. Todo ello
prefiguraba lo que se cocía en su país y Toller no quiso revivir la peor parte
de su vida.
De la lectura de los capítulos dedicados a la narración de
la revolución en Baviera no es difícil apreciar la amargura por la ruptura entre
la socialdemocracia y el marxismo-leninismo. El recuerdo de la vida de Brian puede dar alguna pauta de
comportamiento un siglo después, cuando ficciones pseudo-revolucionarias dentro
y fuera del ya eterno proceso catalán hacia no-se-sabe-dónde, -con una ERC que no se atreve a separarse de los amigos
de la ultraderecha flamenca- permite que una mafia que no da abasto en los
juzgados nos siga gobernando. Lo que se llamó históricamente un gobierno de
salvación, de regeneración en este caso, aunque no recuerdo su práctica en
nuestro país, es más necesario que nunca.
Y así, mientras algunos colegios implican hoy a sus
comunidades escolares en actos que llamen la atención sobre la necesidad de la
paz, el mundo de los adultos no tiene ni mucha ni buena relación con ese
sujeto. La última moda es una moneda virtual, el bitcoin. No creo que llegue a
durar como para que lo llegues a conocer. Para ti será algo del pasado, como la
peseta o el real. Y cuando explote, si seguimos sin aprender, nos costará
dinero a todos, pues habrá que subvencionar las pérdidas de los que haciendo
alarde de inteligencia se han
embarcado en la operación. También es posible que sea el canto del cisne de
esta etapa del capitalismo. Tan imaginativa ella que puede proponernos en Fitur
viajes a Siria. Un país que lleva años en guerra y que trabaja ahora por una
paz auspiciada por Putin, que alguna
leña arrojó al fuego.
Fitur ocupó una parte de la entrada anterior. Ya ha ocurrido
otros años. Pero en la última edición, además de lo de Siria, me resuena en la
oreja y el oído interno el dicharachero mensaje de nuestro dicharachero
presidente regional. Revilla apuesta
por el filón chino y quiere una cuota, por pequeña que sea siempre será
notable, de esos millones de chinos que ya viajan cada año a Europa occidental.
Ya tendremos tiempo para hablar de otras cosas que suceden en China habrá
pensado D. Miguel Ángel.
(*) Espero tener tiempo para explicarte alguna de las
razones por las que ese acontecimiento me interesa poco.
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