lunes, 27 de octubre de 2014

Ypres



En otras ocasiones he hecho referencias a personalidades recientemente fallecidas con las que no me unía ningún trato personal. La muerte de Ramiro Pinilla, singular como ninguno de sus colegas escritores, me ha dolido en muchos frentes. Su edad le situaba por encima de la probabilidad estadística para seguir viviendo, pero su vitalidad, su capacidad de trabajo, sus proyectos, sorprendían no solo a los que tenemos alrededor de 30 años menos. Conozco casos de sorpresa ante ese fenómeno, en gentes que también escriben y que tienen alrededor de 60 años menos.

Por una relación de amistad entre algunos familiares y la hija del escritor, tuve la fortuna de ser recibido en su casa. Es una de esas imágenes que hay que guardar en el propio cuadro de honor vital. Entre sus obras publicadas recuerdo especialmente La higuera. En el mismo marco de la guerra civil tiene una fuerza enorme su descripción de los combates- creo que en el segundo tomo de Verdes valles…, en la primavera de 1937, en el fortificado cinturón de hierro que protegía Bilbao del avance enemigo. Escenas de un hospital de Durango… Pude preguntarle si tenía imágenes propias de alguno de esos episodios y me dijo que no. Que era más su capacidad de imaginar cosas que había escuchado en el momento de los hechos y en la inmediata posguerra.

Algo compartido en cierto modo. Un hermano de mi padre estuvo en ese frente y algún relato me hizo, en voz muy baja, en mi infancia, seguramente en su visita anual fija, la de la comida del día de Año Nuevo. Ese tío mío era el único perdedor oficial de la guerra civil en nuestra familia. O eso me hicieron creer cuando yo era muy pequeño. No tengo edad para la ingenuidad. En las guerras unos pocos ganan mucho. La enorme mayoría pierde mucho más. La vida, la inocencia, el patrimonio material… Y sigue habiendo guerras que hoy no voy a recordar. Tengo que centrarme en otra del pasado.

Esta entrada lleva imágenes. Preparando una próxima visita a Londres me encuentro con muchas referencias al centenario de la I Guerra Mundial. La primera de ellas una fotografía con unos soldados aliados en un momento de esparcimiento. El marco es el de la batalla de Ypres, Ieper en su nombre oficial flamenco. La primera noticia que tuve de esa ciudad no fue la relativa a la guerra. En alguna clase de Historia del Arte de aquel bachillerato de seis años y dos reválidas que estaba en vigor cuando uno tenía la edad de estudiar bachiller, el profesor hizo referencias múltiples y alabanzas a un espléndido edificio gótico que no era religioso. Había un apartado en el tema y era el gótico civil.


La lonja de paños de Ypres, arrasada ahora hace justo cien años, efectivamente era una muestra viva de un pasado que en esa zona de Europa había empezado a cambiar sustancialmente las formas económicas, sociales y políticas que habían dominado desde la caída del Imperio Romano. En algunas ciudades del norte de Italia sucedían cosas similares. Incluso en esta entonces pequeñísima villa desde la que escribo, el final del siglo XII- la concesión del fuero- y la centuria siguiente marcaron un punto de cambio que hoy se puede visitar en el yacimiento arqueológico de la plaza Porticada.


Al alcalde que se ha empeñado en potenciar desde un punto de vista cultural, sin duda un eje de crecimiento económico, el centro de la ciudad, con mucha improvisación, cierto, pero globalmente me atrevo a decir que con un grado de acierto que no abunda ni en la capital ni en el resto de la región, le ha salido un frente, que no llegará a ser una guerra, pero que es una batalla notable en la que también se quema quien podía haber sido considerada la princesa heredera, la concejala de Medio Ambiente, María Tejerina.

Los excesos en la senda de la costa norte han provocado una indignación vecinal poco frecuente en esta latitud. El cambio de postura del Ayuntamiento me ha recordado a Chaplin en Tiempos Modernos. Ya que tienes una bandera en la mano, ponte al frente de la manifestación. Lo malo es que el representante del Ministerio no se ha callado. El Ayuntamiento conocía como nadie el proyecto y lo había avalado. El fracaso de la mordida vecinal es patente en este caso. Un puntal del PP local era su control casi absoluto del movimiento vecinal oficial. Mucho más tarde del pronóstico de Bob Dylan parece que ahora si, los tiempos están cambiando.

lunes, 20 de octubre de 2014

L’embolic




Yo tenía incorporado el término en mi bilingüismo práctico, nunca fue académico, como lío. Ahora al consultar un diccionario on line me sale todo lo que sigue: amasijo, embrollo, enmarañamiento, enredo, lío, taco, tinglado. O sea, que mi bilingüismo práctico funciona. Eso, o algo de eso, seguramente hay más, es lo que tenemos/tienen aquí y allí.

A lo largo de la semana, no se si antes o después de derrotar a Turquía en alguna votación realizada en New York, que nos ha posibilitado volver a ser, como estado, de momento incluyendo a catalanes, valencianos, etc miembros no permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU, he participado en una discusión en red sobre la declaración unilateral de independencia.

Quizá he jugado con ventaja. He dicho que la última que recordaba era la de Rodesia del Sur. Yo era bastante joven cuando un tal Ian Smith, que en principio parece que es alguien que sale cada mañana a tomar el metro en algún lugar de la periferia de Londres o Manchester, incluso de Glasgow, pero no, este era el gobernador de aquella colonia británica, actualmente Zimbabwe. Y durante una docena de años consiguió tener su país en un buen lío, un auténtico embolic. Para acabar muriendo en el exilio sudafricano antes de que en Sudáfrica se decidieran a abordar su propio asunto.

Nada que ver con lo que plantea Artur Mas o con lo que le plantean a Artur Mas. Pero es una declaración unilateral de independencia y en un momento en el que la metrópoli va a estar sentada con los grandotes. Como si fuera uno de ellos. Las huidas adelante son lo que son pero alguien en el cuartel general que sea, entre los Pirineos, el Ebro y el Noguera Pallaresa, debería pensárselo un par de veces más.

Mi ventaja estaba, y ya lo he comentado alguna vez en este blog, en que el tema de la revolución del África negra fue uno de los que expuse, parece que aceptablemente, para convertirme en funcionario del estado, rama de lo que entonces se llamaba profesores agregados de bachillerato. Eso fue en 1981. Un año antes en Rodesia, ya Zimbabwe, habían aclarado lo suyo y yo lo supe explicar. Robert Mugabe en aquel momento supuso lo mismo que años más tarde encarnó Nelson Mandela. Mandela  murió con reconocimiento de hombre bueno todavía no hace un año. Mugabe ha pasado la barrera de héroe a tirano hace ya tiempo, tiene noventa años y controla su país con mano férrea y resultados electorales dudosos.

En una entrevista radiofónica le preguntaban al ministro de Exteriores de España, más feliz que el día de su primera comunión, si la entrada el próximo uno de enero en el Consejo de Seguridad no va a ser un marronazo para España. Es posible que haya que enfrentarse, y debería ocurrir en estos dos próximos años, al reconocimiento  de Palestina como estado soberano y salir del régimen de apartheid que es el que en la práctica viven los palestinos en el seno del estado de Israel. Un apartheid muy similar al de la Rodesia blanca de Ian Smith y de la Sudáfrica anterior a 1994. El problema con Israel es que todavía la ONU no ha tomado las medidas que tomó con Rodesia y con Sudáfrica. Y ahí vamos a estar. Un poco de cosa si que da

lunes, 13 de octubre de 2014

Proto y Colo



Protocolo. ¿La palabra de la semana responde a dos conceptos o a uno? Se contaba en los años de plomo que un hábil interrogador de la BPS, o sea, un torturador de la social, la gestapo franquista, entre sus obsesiones particulares tenía la de la búsqueda de libros del marxengels ese. Convencida la bestia de que los autores clásicos alemanes eran solo uno. La broma se ha extendido durante años a Pérez Galdós y a Menéndez Pelayo. Probablemente a alguno más.

Ha habido mañanas de la semana pasada en que mucho antes del mediodía solar he tenido que hacer mirada hacia adentro –introspección en lenguaje formal- para ver si había cambiado mi desayuno o qué era lo que me había podido pasar. Todo por culpa de cosas que escuchaba en la radio. En programas poco dados a la alharaca –en lenguaje formal algo cercano a la exageración sin motivo- han estado a punto de entrevistar a un perro, o eso me ha parecido a mí.

Es cierto que en el mismo programa se ha entrevistado a un alcalde de un bonito pueblo del Alto Tajo que no desespera de llevar a ese lugar, precioso insisto, nada menos que a Bruce Springsteen. El perro se llamaba Excalibur y el pueblo Peralejos de las Truchas. A petición del público, cada vez doy más nombres. De Excalibur no puedo decir nada en lenguaje formal. No figura esa voz en el diccionario oficial. Su relación con la literatura y el cine queda ahora mismo muy oculta, muy abajo en las entradas de Google. Excalibur desde esta semana en España es un perro que ha suscitado mucha solidaridad. Más que los africanos fallecidos a causa de la nueva peste que se nos ha acercado peligrosamente.

Yo sigo sin beber por las mañanas pero hay mañanas en las que los efectos de la información, o de lo que muchos, empezando por el gobierno de España, suponen que es información, tiene efectos similares a una ingesta alcohólica con estómago poco preparado. Que una persona como Ana Mato sea y siga siendo ministra del gobierno de un estado que ha fantaseado hasta hace poco con ser una potencia mundial, descalifica al estado, al gobierno y a esa población. De ahí hacia abajo … todo es posible.

El consejero del ramo en la comunidad madrileña es otro ejemplar, como el alcalde de Valladolid, como tantos otros (y otras) que son claves para la ciencia. La evolución humana sigue teniendo aspectos oscuros. Las especialidades relacionadas con el estudio del pasado de la especie tienen mucho que agradecer a estos elementos. Ayudan a demostrar estadios intermedios de esa evolución que sin ellos no sería posible concebir.

A escala local tanto el presidente regional como el alcalde de la capital, que a pesar de pertenecer al mismo partido parece que no son muy amigos, no se pueden clasificar en ese mismo estadio evolutivo. Pero insistir en que viene, en 2015, curiosamente año electoral, una bajada de impuestos en términos históricos o el pleno empleo, no deja de ser para cuestionarse lo que ambos desayunan.

Nunca se gastó tanto en mantener una denominada #marcaespaña de manera artificial cuando la marca real es lo que los corresponsales extranjeros pasan a sus medios sobre lo que aquí ocurre a diario. En los hospitales y en los bancos. La selección nacional de fútbol, ha reaccionado en pocos días. El resto de la sociedad ha tenido, hemos tenido, estamos teniendo, años ¿reaccionaremos? ¿Necesitamos un protocolo para esa reacción?

lunes, 6 de octubre de 2014

Sínodo



No es una noticia que yo siga con asiduidad pero hay veces que una noticia se cuela por uno de los dos oídos y en pocas horas obtiene eco. Ayer domingo tuve esa experiencia. Por la mañana escuché que en Roma se inicia el Sínodo de obispos y que van a discutir sobre la diversidad que en la actualidad presenta la institución familiar. Por la tarde otro eco de algo relacionado. Una nueva manifestación, nada menos que en París, y no es la primera ni la segunda, de partidarios de la familia tradicional. Bien. 

Y tres. Más tarde, en el marco del Festival de Cine de Santander, que no tiene alfombras rojas, de momento, pero que de puro familiar resulta muy entrañable, un joven realizador cántabro, al presentar su proyecto, que espera rodar en las dos próximas semanas en Costa Quebrada, manifestó que en el matrimonio se desperdicia mucho amor. Cada vez me gusta menos intervenir en público pero le tuve que preguntar por aclarar el asunto. Más tarde me encontré con él en un bar del Río de la Pila. Los festivales familiares y entrañables propician esos encuentros imposibles en los grandes festivales consagrados. Me confesó que no le gusta hablar en público. Tuvimos una charla agradable. Le deseé mucha suerte en su nuevo proyecto y en su carrera.

De hecho, todavía hubo otro eco de esa noticia romana de origen. Hace exactamente diez años por estas fechas recibí un encargo de una amiga. Ella era entonces la secretaria general de una ONG y quería que yo intentara su implantación en Cantabria. De paso, mi amiga tiene un estilo propio, me invitó a unas jornadas que iban a celebrar en Zamora a principios de noviembre: “Ser padres y madres frente a los retos de la sociedad actual”. La encomienda para esas jornadas consistió en que hiciera el relato final. Editado con posterioridad junto a las ponencias.

En alguna publicación posterior de la Liga Española para la Educación, al referirse a esas jornadas he visto que alguien, probablemente mi amiga Txusa, dice que las jornadas fueron “brillantemente relatadas por Roberto Ruisánchez“ Al margen de posibles brillanteces recuerdo que el encargo de entrada me preocupó. Nunca había hecho algo así para una organización que en buena parte me resultaba ajena. Al final creo que eso fue la clave. Mi distanciamiento y objetividad. Vale, lisonjas fuera.

Allí, hace diez años, se contrastó, creo que por vez primera en España, como los cambios sociodemográficos incidían en la transformación de los modelos de familias y como esas nuevas situaciones sociales y familiares afectan directamente a la formación de las nuevas generaciones, exponiendo a veces a una mayor vulnerabilidad a determinados sectores de niños, niñas y adolescentes. Desde allí se lanzó también la advertencia de que la fortaleza del modelo de familia mediterránea, mayoritariamente católica, con su estructura de autoprotección, podía entrar en crisis y resultaba apremiante trasladar algunas tareas a la atención del Estado.

En diez años el camino se ha hecho de ida y vuelta. El estado había empezado a colaborar en tareas anteriormente realizadas en exclusiva en el seno familiar y la crisis, su gestión por parte del último gobierno de Zapatero y por el actual de Rajoy, ha tumbado el modelo. Ahora van a decir algo, se supone que nuevo, desde Roma. Y en Paris, curiosamente ahora mismo la colaboración de Madrid ha consistido en enviar a Roma a monseñor Rouco, en Paris, hay manifestaciones a favor de la familia tradicional. Diez años de Zamora a Roma. Y Paris al margen. Tiempos confusos. Si.

Tan confusos como que el ministro que más habla del contencioso catalán es el de Asuntos Exteriores, Margallo, el cual parece que no posee entre sus saberes el de la navegación. Le he escuchado esta semana que “contra el viento no se puede navegar”. Digamos que es más difícil, pero es en las ceñidas donde se ve a los buenos patrones. Con el viento a favor casi navega cualquiera.

Del otro lado, reconozco que no se si antes o después, el portavoz de la Generalitat también ha aplicado símiles náuticos. “No pleguem veles” Muy bien. Se acabaron los choques de trenes. Ahora vamos a la mar. No plegar velas muchas veces solo quiere decir estrellarse contra el acantilado o encallar. En pocas horas, pero mi inexistente editor no puede esperar, el alcalde y el rector de la Universidad de Cantabria nos informarán del éxito económico que ha supuesto el Mundial de Vela para las arcas de Santander. El alcalde ya ha deshojado la margarita. Vuelve a por un tercer mandato que todavía no está prohibido. Las municipales ya están convocadas. En Catalunya también. La única acepción de sínodo que no se relaciona con las creencias es la conjunción de dos planetas en el mismo grado de la Eclíptica o en el mismo círculo de posición. Palabras mayores.