miércoles, 30 de diciembre de 2020

Un 2021 mejor

 

2021 no lo tiene difícil. Esperemos que pueda mejorar a 2020. No es mucho pedir. Todos hemos tenido años malos pero la Humanidad en su conjunto hacía al menos un siglo que no pasaba por algo semejante y no olvido ni guerras ni otras enfermedades. El compendio de fotos que acompañan, resumen del año que termina, no tiene ninguna realizada en abril. El virus, además de mucho más, nos robó abril. Las tres primeras, de antes del 14 de marzo, son de la vieja normalidad y, con restricciones que no han terminado, las de mayo a diciembre reflejan esa nueva situación que no queremos que se convierta en nueva normalidad. La última publicación del año, como de costumbre, con una vista de pájaro sobre aniversarios redondos de acontecimientos relevantes.

*En 1771, y de eso ya ha pasado un cuarto de milenio, en Boston ya se habían producido las primeras  señales de descontento. El pasado marzo la pandemia y el efecto de las elecciones primarias que han acabado con la etapa de Trump, ayudaron al olvido. En un par de años se celebrará el aniversario del motín del té. Cosas de reyes cada vez más ajenos e impuestos. Y todo empezó a cambiar como quedó demostrado 50 años más tarde.

*En 1821, llegan otros bicentenarios. Este blog ya tiene una entrada titulada así y es de las primeras (noviembre 2010). Mientras Grecia empezaba a liberarse de los turcos, el poder español en América había pasado a ser casi testimonial.

*En 1871, cincuenta años más tarde, ese poder se manifestaba de manera muy cruel en Cuba con ejecuciones de estudiantes que pacíficamente reclamaban la independencia de la isla. La primera fase de la guerra estaba servida. En la metrópoli la inestabilidad daba para un cambio de dinastía, pero los españoles aburrimos pronto al nuevo rey,  Amadeo I. En Francia, el resultado de la derrota frente a la nueva Alemania además de destronar a Napoleón III y significativas pérdidas territoriales, llevó a la revolución proletaria que conocemos como la Comuna de París.

*Cincuenta años más tarde, 1921, más centenarios redondos: El asesinato de Eduardo Dato, ni el primero ni el último de los magnicidios de nuestra casa común. Era el 8 de marzo y en el verano, el desastre de Annual y sus miles de víctimas nos encaminaban hacia una supuesta solución en forma de golpe militar que llegaría dos años más tarde. También en julio se cumplen cien años del veredicto de culpabilidad para dos inocentes, Nicola Sacco  y Bart  Vanzetti, que acabarían ejecutados años más tarde en una escandalosa operación de escarmiento. Cincuenta años después del crimen, en 1977, una investigación oficial estableció que no habían tenido un juicio justo. No sé si los restos del naufragio darán para celebraciones pero el PCE también pasa a centenario en noviembre.

* De 1971 tengo memoria personal. Me faltaba un año para vestir de uniforme y ya era administrativamente ciudadano barcelonés. La escalada de la guerra en Vietnam o la independencia de Bangla Desh, se me mezclan con auténticos himnos como el Stairway to Heaven. En Burgos y de uniforme recuerdo las primeras audiciones... En Chile, Allende pudo empezar a cavar su fosa al enfrentarse a la ITT. En esta ciudad desde la que escribo, otro incendio histórico terminó con el  Palacio Macho. Creo que fue el día de San Roque. Para entonces mi sobrina, Susana, ya tenía cinco semanas. Con un deseo más profundo que  nunca:

Salud y Feliz Año Nuevo 

Urte Berri On Feliç Any Nou Feliz Ani Novo Bonne Année 2021 

Ein glückliches neu Jahr Gott nytt ar Happy New Year Sana Saida


lunes, 21 de diciembre de 2020

Octavo: No mentirás

 

Esta entrada que, por pocos minutos, será la última del otoño, será seguramente la penúltima de este año tan, tan, tan. Ayer, en otro aniversario del atentado al Almirante Carrero, del que ya no se habla, recordé la época en la que nacían mis sobrinos. Entre 1965 y 1974, todos los años, algunos en repetidas ocasiones, nacía una sobrina y otras, las menos, un sobrino. Tanteador a favor de las sobrinas por 10 a 4. Uno de ellos, el que nació el año del atentado, ocupa la atención familiar en estos días finales de este año que ya ha dejado tan mala memoria en la humanidad en general.

Ayer, un escritor de la altura de Manuel Vicent recordaba de forma elegante y sin mencionar a nadie, de dónde arrancan las festividades que tenemos en estas próximas semanas. En el principio fue el movimiento de nuestro planeta alrededor del sol, aunque entonces se pensara lo contrario, el que daba a estas fechas su singularidad. Las largas noches que empezaban a acortarse en el hemisferio norte… ¿Renuncia Pablo Casado al sector de la población que celebra el solsticio antes que el nacimiento de Belén? Yo soy partidario de celebrarlo todo y de felicitarlo todo, cuando haya motivos.

 

Imagen de fourmilab.ch

Otra novedad del año tremendo, mucho más horrible que el que afectó a los Windsor, aquel 1992 glorioso  para otros, es que, que yo recuerde, por primera vez tenemos curiosidad por el discurso del rey semanas antes de que se produzca. Incluso el vicepresidente Iglesias parece que está indicando a la Zarzuela por donde debe ir ese discurso. Confieso que no soy ajeno a esta moda de este año. Nunca he prestado atención al mensaje navideño del Jefe del Estado. Ni a los del actual, ni a los de su padre, ni a los del anterior a su padre. La tarde-noche del 24 de diciembre siempre he tenido cosas más importantes que hacer. Incluso cantar villancicos con hábito de monaguillo franciscano. Pero no excluyo la posibilidad de que el próximo jueves esté pendiente de la televisión.

Y ayer, que había quedado en recoger un calendario de apoyo a unos ciudadanos de ninguna parte, que tuvieron padres y/o abuelos españoles, esos ciudadanos del Sáhara occidental, maltratados por Marruecos desde hace muchos lustros, y maltratados por la ONU y por España y Francia y los EE.UU… pues ayer, en esta ciudad habitualmente tranquila, la concentración de apoyo a los saharauis, se vio perturbada por los claxonazos de los vehículos que portaban los lazos naranjas de las protestas contra la nueva ley educativa. Hace ya unas semanas apareció por aquí esa protesta.

 


La tentación, en la que puede caer hasta la ministra del ramo, es hacer la caricatura del vehículo de alta gama haciendo sonar un poderoso claxon. Pero no es solo ese tipo de ciudadano quien usa la enseñanza concertada. Todos no son cayetanos. Mi denuncia se relaciona con lo que hasta no hace mucho era una de las prohibiciones contenidas en los mandamientos, diez, de la ley divina. Y esa enseñanza concertada es mayoritariamente católica y la manipulación es tremenda. No deberían mentir, ni con la supresión de los conciertos ni con la eliminación de la educación especial. No sé qué porcentaje de quienes han hecho sonar los cláxones de sus vehículos ayer, en muchas ciudades de España, se han leído la ley. Yo no he encontrado eso que dicen que dice.

domingo, 13 de diciembre de 2020

S.O.S. Navidad

 

Después de nueve meses nadie debería ya echar culpas a empedrados diversos. Las autoridades azules, rojas o naranjas han tenido y tendrán aciertos y fallos, pero la ciudadanía, un sector más o menos amplio, no está dispuesta a renunciar a necesidades más o menos superfluas que sabemos que pueden conducir al hospital y ese camino puede terminar en una UCI o más allá. Acabo de leer “La agonía de Francia” de Chaves Nogales. Parece que hace ochenta años en París, con los nazis a tiro de piedra, -un peligroso virus- también pasaban cosas de esas y peores.

Si en una determinada zona de terrazas de nuestra capital, pongamos el jueves pasado una hora antes del toque de queda, un día mucho más templado que todos los anteriormente transcurridos de este mes, pero bastante húmedo y con una temperatura que a esa hora no superaba los 13ºC, decenas de personas ocupaban todas las mesas disponibles, excediendo en muchos casos el número máximo permitido por mesa y con las mascarillas cubriendo las gargantas… ¿Qué es lo que todavía no hemos entendido? Y muchos gremios nos llaman a salvar la Navidad. No puedo evitarlo y me pregunto cómo reaccionaría ante un peligro de bombardeo quien no puede pasar sin una caña y charlar con sus amigos con la situación que tenemos.

En París en el invierno 1939-40 muchos inquilinos dejaron de pagar su renta y muchos caseros dejaron de encender las calefacciones centrales… pero el frío estaba allí, cada uno lo resolvió como pudo y el resultado fue espectacularmente horroroso. Leer crónicas periodísticas de una determinada época, revela aspectos que no había encontrado anteriormente en los manuales de Historia. No creo que  llegue a ver lo que escriban los historiadores sobre este año que ya termina. Y me alegro sinceramente.

Hay otra prensa y otros periodistas. Hubo un programa televisivo hace mucho tiempo, cuando todavía veía televisión, que trataba de corregir titulares manipuladores. Me acabo de encontrar uno bastante bueno. Un sindicato denuncia las diferentes coberturas de la sanidad pública y la concertada, especialmente en torno a pruebas diagnósticas relacionadas con el virus del año, y una de las cabeceras de la tripleta reaccionaria titulaba culpando a MUFACE. Los funcionarios del Estado no eligen entre pertenecer al régimen general de la seguridad social o a la mutua estatal. Pero pueden elegir que sus prestaciones sanitarias las cubra el servicio público de salud o un seguro privado.

La solución es sencilla para quienes no estén conformes con la elección realizada. Cada mes de enero pueden rectificar su decisión en cualquiera de los dos sentidos y es algo que los seguros privados deberían agradecer mucho a las administraciones públicas. Parece que más de un millón de funcionarios no confían en los servicios públicos de salud y engrosan las cuentas de los seguros privados. Esas cuentas no serían tan jugosas sin la capacidad de elección de los funcionarios que optan por ellas. Regatear prestaciones solo significa aumentar el negocio en detrimento de la salud. 

Imposible no mencionar antes de acabar el repaso semanal a pato cojo Trump. En las últimas semanas la ha liado bastante parda: Impugnaciones electorales al margen, Israel, Marruecos, cambio climático…La indignidad de un gobernante elevada a todas las potencias concebibles. Lo malo es que su política de avestruz no va a parar el calentamiento global y sus decisiones sobre Palestina y el Sáhara occidental solo van a causar más dolor a cientos de miles de personas de las más castigadas del planeta. 2021 ya viene con una buena noticia y es su salida de la Casa Blanca, sin que eso quiera decir que Biden le vaya a dar la vuelta a todos sus desmanes, al menos a corto plazo. 

 

 

 

 

domingo, 6 de diciembre de 2020

Los traidores: Otra vez

 

De abuelo para abueletes, cambio. No se han ido nunca pero a veces se sienten con más fuerza para hacerse notar: Otra vez los traidores. Hay que repetírselo. No están acostumbrados a escucharlo. Aquí sectores del ejército y de la conspiración civil le dieron la vuelta al lenguaje y sentenciaron y asesinaron a miles de españoles por rebelión, cuando los rebeldes eran ellos. Tratan de seguir. Más de ochenta años no ha sido suficiente. En cualquier país de nuestro entorno europeo occidental, estaría fuera de duda que militares que se pronuncien contra el orden constitucional, lo escribo un 6 de diciembre, son unos traidores. Aquí, se ha violado tanto el lenguaje, se ha abusado tanto del término traición, que la mayoría de la población abomina de esa palabra. Y hay que rescatarla y devolvérsela a sus legítimos ostentadores.

Todos hemos contribuido a la violación del lenguaje. Seguimos hablando de memoria histórica cuando simplemente necesitamos hablar de memoria democrática. La memoria es a la Historia como un ladrillo a una pared: Una parte, nada más. Pero mientras que en el entorno occidental citado anteriormente el fascismo fue derrotado, no ocurrió lo mismo en España. Quizás todo el ruido reciente, incluida la  amenaza de fusilar a más de la mitad de la población, ayude a situarse a quienes piensan que en el 78 hubo algo así como una dejación por parte de la oposición democrática al franquismo. La ecuación es muy simple. Si la llegada al gobierno en 2019 de una coalición de izquierdas, con mayoría parlamentaria, suscita este entusiasmo en determinados sectores, que calculen lo que había entre 1975 y los dos siguientes lustros. Además de  la actividad asesina de ETA…

En este ambiente, crecientemente irrespirable, las responsabilidades están compartidas pero no al 50%. El problema catalán, con siglos de antigüedad y resucitado en mi opinión por la corrupción de Convergencia, no ha ayudado. Pero el tratamiento que le dio el anterior gobierno de Rajoy tampoco ayudó mucho. A diario, en todos los niveles de las administraciones podemos escuchar perlas y guerritas de símbolos. Madrid está en los últimos tiempos en la mejor sintonía con los movimientos secesionistas de las nacionalidades periféricas. El lunes pasado el portavoz popular en el Parlamento de Cantabria, en un alarde de populismo muy barato, se oponía a la partida destinada a la memoria democrática en los presupuestos de nuestra región y pedía que esa cantidad se destinara a las ayudas a afectados por la pandemia. Íñigo, sabes que no hay animosidad personal, pero lo del lunes pasado es infumable. ¿Qué tal retirar el concierto educativo a centros que cobren cuotas ilegales? Ahí sí que habría mucha sustancia financiera para ayudas post-pandemia.

No es la ministra de Defensa mi preferida dentro del actual gobierno pero debo reconocer que, en una entrevista radiofónica esta semana, después de llevar el caso de los abueletes golpistas a la Fiscalía, ha estado sublime. Manejando florete o estilete con habilidad forense. Ha dejado muy claro que muchos de estos supuestos patriotas a quien tanto les duele bla, bla y más bla, dejaron el uniforme no hace cinco o diez años al alcanzar la edad de jubilación. Lo dejaron hace treinta o cuarenta para pasarse a pilotar aviones comerciales y ganar mucho más dinero que en el Ejército que los había formado. Nada ilegal. Pero reafirmando el patriotismo de cartera que tanto abunda. El patriotismo mejor demostrado se mide en la declaración del impuesto personal sobre la renta. ¿Qué tal por ese lado, abueletes? Cambio y corto.