sábado, 26 de septiembre de 2015

Al alba




Hace cuarenta años yo estaba  en el turno de tarde. La empresa en la que trabajaba me daba ciertas facilidades para cambiar los turnos y asistir a clase en la Universidad de Barcelona. Pero en aquella época no era fácil empezar las clases antes del 12 de octubre, así, en septiembre me parecía más cómodo no madrugar. La tarde del viernes 26, a la hora de fichar para salir, ya lo sabíamos. El Consejo de Ministros había conmutado algunas penas de muerte pero también había dado el enterado para cinco. Una de ellas se iba a ejecutar en Barcelona y también sabíamos que sería de forma inmediata.

Antes del verano se habían celebrado elecciones sindicales. Yo formaba parte de la candidatura que literalmente barrió en las mismas. A principios de aquel año en la fábrica habían despedido a más de 500 trabajadores, casi todos ellos dirigentes o cuadros medios del movimiento sindical clandestino, o sea, de CC.OO. La candidatura vencedora, con el nombre de C.U.T, de cierta resonancia chilena, candidatura unitaria de los trabajadores, no era más que una plataforma legalizada del movimiento clandestino citado.

La preparación de las elecciones nos había puesto en contacto con los despachos de abogados que asesoraban y facilitaban las tareas sindicales. En aquellos densos días de después de las vacaciones veraniegas, en esos despachos de Barcelona, casi todo lo que se movía tenía que ver con uno de los presos que tenían condena de muerte.

Juan Paredes Manot, Txiki, tenía cuatro años menos que yo. Nunca vi su rostro antes de aquel sábado 27 de septiembre. Como activista de ETA había participado en un atraco a un banco que costó la vida a un policía. No quedó demostrado que fuera el autor del disparo mortal. Los consejos de guerra sumarísimos celebrados durante la dictadura tenían un denominador común: el culpable estaba señalado con anterioridad al juicio.

Pocos días después, desde las ventanas de la casa en la que vivía con una de mis hermanas, mi cuñado y mis sobrinos, pudimos ver como se manipulaba la realidad cuando un miembro de las fuerzas de seguridad caía muerto. Poco importaba de donde hubieran salido los disparos. No se iban a reconocer errores propios con resultado de muerte. El fuego amigo en una dictadura no tiene sitio.

Aquella mañana de sábado de hace cuarenta años fusilaron a otros cuatro activistas antifranquistas. Pero desde entonces hasta hoy Txiki ha permanecido en mi memoria. Cada 27 de septiembre el recuerdo vuelve. Hoy hace cinco años que estrené este blog. Allí está el recuerdo del 35 aniversario. El hecho de que el atraco, el juicio y la ejecución fueran en la ciudad en la que vivía entonces y que sus abogados defensores fueran conocidos y por tanto llegase la información con detalle, creo que hizo y hace que sea Txiki, y no los otros cuatro, quien encabece mi recuerdo.

No tengo ninguna facilidad para las artes plásticas pero aquella mañana de sábado me la pasé llorando y, por primera y única vez en mi vida, pintando una acuarela. Ni el Papa en su petición de clemencia fue escuchado. Al dictador le quedaban dos meses de vida. Luis Eduardo Aute, aquella mañana o poco después, también se hizo cargo de esas últimas penas de muerte aplicadas por la dictadura franquista. (…)Presiento que tras la noche, vendrá la noche más larga, quiero que no me abandones, amor mío, al alba(…)

martes, 22 de septiembre de 2015

Errores




Quienes tengan alegrías partidistas lo estarán disfrutando mucho, los demás no salimos de ese asombro que parecía que ya no tenía hueco en nuestras mentes. Hace unos días Mariano Rajoy se fue de boda a Gasteiz. Solo pensar como puede pronunciar Mariano el nombre de la capital vasca ya mueve a la sonrisa. Lo que ocurre es que acudió a una boda de las que hasta hace poco no le gustaban nada. El anterior alcalde de Vitoria se casaba con otro hombre. Algo que a la mayoría de la población deja bastante indiferente, a la plana mayor del PP le indujo a presentar un recurso de inconstitucionalidad…para acabar asistiendo a esa ceremonia, con un personaje que a mi me molesta más por sus opiniones xenófobas que por sus inclinaciones sexuales. Eso es cosa suya y de su marido. Si se mete Rajoy ya es un trío y no se si se contempla en la ley esa posibilidad

Y es bueno que el PP salga del armario. Y que un xenófobo sea homosexual. Cuanto más crucemos las variables, más aumenta el bendito mestizaje. Una vacuna para casi todas las purezas. O para todas. Otro xenófobo del mismo partido, ascendido a candidato a presidir la Generalitat de Catalunya después de haber sido alcalde de Badalona, reconoce que no fue buena idea pedir firmas contra el nuevo estatuto de autonomía catalán, también impugnado ante el Constitucional, recortado por esa institución y fuente en buena medida del monumental follón que se encamina a una meta el domingo próximo.

Dos grandes errores sin duda. Pero hoy mismo uno de los jóvenes valores incorporados como portavoz del partido en el gobierno reconoce que quizá el contrato a Bárcenas fue un error, ahora que la Seguridad Social ya ha puesto su mira en el tema. También hoy en un programa de radio el presidente del gobierno se vuelve a liar en un asunto crucial de la polémica de los últimos días. ¿Van a dejar de ser españoles los catalanes? No parece una pregunta fácil

Pero desde que ha empezado la campaña y las encuestas demuestran que las filas están muy, muy prietas, las amenazas de siete males proliferan. Bancos, sectores empresariales…el ministro de Exteriores, el presidente de Telefónica… Si de verdad era todo tan grave, ¿cómo es posible que durante años el presidente, la vicepresidenta, el conjunto del gabinete y el estado mayor de su partido no han hecho nada y solo han dicho vaguedades sobre la aplicación de la ley? Alguna de las dos cosas no puede ser acertada. Como no fue acertado impugnar la ley que permite casarse a todo el que quiera con quien quiera o no es acertado asistir a una de esas bodas. Las dos cosas a la vez no.

Me da alguna pereza buscar en este mismo blog, que se acerca a su quinto aniversario, pero algún dirigente nacional me copia y no me cita. Si, tiene casi dos años una entrada titulada

Y si Rivera o cualquier otro aspirante a enormes cotas de… llega ahora a la misma conclusión…tranquilos. No voy a pedir ninguna compensación, pero voy a seguir insistiendo. Cinco años amasando ese pan son muchos años. La hogaza se parece cada vez más a una hostia con mucha levadura. Mucha, mucha. Me da casi igual que sea un 48% de electores catalanes quienes quieren la independencia o que sea el 51%. Nunca antes, creo, desde 1975, hemos tenido un conflicto semejante. Y no se va a resolver desde Madrid o desde Barcelona. Si todavía tiene arreglo será actuando a la par.

jueves, 17 de septiembre de 2015

Asuntos internos



Cuando yo era joven el Ministerio del Interior del Gobierno de España se llamaba de Gobernación. El ministro de Gobernación era el jefe supremo del aparato de seguridad de un estado totalitario, lo que incluía la entonces denominada Policía Armada, la Brigada de Investigación Criminal, BIC, la Político-Social, BPS … etc. El de Fomento se llamaba de Obras Públicas, el de Defensa se extendía a tres, Ejército, Marina y Aire… El Ministerio de Asuntos Exteriores se llamaba igual que ahora.

Lo que parece que ha cambiado en ese último no es el nombre pero si sus competencias. Después de una serie de ministros de Asuntos Exteriores muy contestados por la oposición, hasta el punto de ser objeto de numerosas bromas, sin demasiadas diferencias entre unos y otros, el ministro actual parece que llegó al cargo con un halo de moderación que no le ha hecho blanco de una especial crítica por parte de los demás grupos parlamentarios.

A punto de finalizar la legislatura a mi me cuesta muy poco decir que si España ha perdido relevancia internacional en los últimos tiempos, bastante contrastable, algo tendrá que ver personalmente el máximo responsable de nuestras relaciones exteriores. El nulo papel jugado por la diplomacia española en el nuevo estatus cubano puede ser la guinda de una escasa gestión de cuatro años. Y no es que García-Margallo no trabaje por encima de las posibilidades de alguien que ya debería estar jubilado, lo que ocurre es que a él le gustan más otras competencias.

No es la primera vez, en el periodo en que él ocupa esa cartera y el nacionalismo catalán que una vez se denominó moderado ha ido optando por el soberanismo, no es la primera vez, repito, que García-Margallo se otorga un papel que no corresponde a su departamento. En cierta forma cada vez que el ministro de Exteriores ha abordado, ¿en nombre del gobierno de España? algo relativo al contencioso que los últimos gobiernos de la Generalitat han mantenido con el gobierno de España, los soberanistas catalanes han debido sentirse felices. Si las relaciones con ellos han pasado a Exteriores ya han ganado la apuesta.

Todo ello ocurre mientras el ministro titular del Interior, creo que por primera vez desde la guerra civil, sin ser estrictamente natural de Barcelona parece que reside allí  desde que tenía tres años… ¿No se fía García-Margallo de Fernández Díaz? Puede que estemos ya en esa fase final de los gobiernos en los que predomina el sálvese quien pueda pero al debate con un líder independentista no debe ir el ministro de Exteriores si queremos seguir pensando que no estamos todos enloquecidos.

Pero la otra parte tampoco ayuda. Oriol Junqueras es el número 5 de esa lista unitaria en la que el aspirante a presidir la Generalitat es el 4 y quien va en cabeza es legitimo pensar que podría tener un papel más noble en un cuartel de caballería. Aunque el debate es en una televisión minoritaria, 8TV, puede convertirse en uno de los actos centrales de esta campaña electoral.

Parece que en el seno del PP no ha gustado el gesto de García-Margallo, pero o no han encontrado un sustituto más adecuado o esa vicepresidenta para todo que parecía tan tirada p’a’lante se está acobardando en el momento de hacer el último esfuerzo para salvar a los puntos una legislatura muy infame.


viernes, 11 de septiembre de 2015

Tres en uno




Me van a perdonar un inicio un poco farragoso pero precisiones históricas me obligan. Esta entrada se la voy a hacer llegar a una famosa periodista de la radio. Pepa Bueno ha entrevistado hoy a un dirigente de ERC. Joan Puigcercós cree que hasta hace muy poco las celebraciones del 11 de septiembre no han sido masivas. Ha llegado a hablar, no es estrictamente textual pero muy aproximado, como quien dice de cuatro gatos, supongo que hasta que la celebración ha cobrado un sentido mayoritariamente independentista.

He vivido quince años en Barcelona y eso incluye algunos 11 de septiembre. En esa fecha de 1970 todavía tenía un examen pendiente en Santander y ayudaba a unos amigos en el rodaje de una película vanguardista. Hacía una semana que en Chile había ganado las elecciones Salvador Allende aunque la votación final, parlamentaria, que le llevó a la presidencia de aquel país  fue en octubre.

En esa fecha de 1971 si estaba en Barcelona, me movía bastante, después de salir de trabajar, por los alrededores de las Ramblas y no recuerdo absolutamente nada que pudiera recordar una reivindicación política y eso que en esa fecha dice la Wiki que falleció Kruschev. Faltaban unas semanas para la presentación de la Assemblea de Catalunya, organismo unitario de la oposición que condujo casi todo el proceso de lucha por las libertades en aquel territorio. En esa fecha de 1972 el servicio militar obligatorio de mantenía entre Burgos y Santander.

Recuerdo muy bien el 11.09.1973. Yo empezaba una nueva vida tras la mili y recuerdo algún altercado en Canaletas, pero creo sinceramente que las primeras noticias del golpe en Chile alimentaron esos incidentes más que una reivindicación nacionalista y yo, activista de  la oposición, ignoraba entonces el significado histórico de la fecha. Tengo en blanco los dos años siguientes. Quizá había retrasado mis vacaciones. Me gustaba hacerlo cuando podía.

Y ya aparece el 11 de septiembre de 1976. El señor Puigcercós no había cumplido diez años en esa fecha. Seguramente no se acuerda, pero a la vez, también estoy seguro que le suena que fue la primera gran manifestación tras la muerte de Franco. Se acuñó una cifra de unos 70.000 participantes, el gobernador civil desterró el encuentro a Sant Boi, era un día laborable, había estado prohibido el acto hasta horas antes … No éramos cuatro gatos. Y al año siguiente, con las elecciones de junio que habían dado una gran mayoría a la izquierda en Catalunya muy frescas, con el grito a favor de la autonomía que se unía al que en el resto de España reclamaba libertad y amnistía… en jornada laborable, en el Paseo de Gracia se dijo entonces que habíamos estado entre un millón y millón y medio. Muchos gatos.

Me gustaría evitar juicios de valor pero si un ciudadano nacido en 1966 recuerda los actos del 11 de septiembre como muy minoritarios tiene que ser por no haber asistido a los que se convocaban con carácter unitario en torno al cruce de la Gran Vía y el Paseo de Gracia. En 1978 empezaron  incidentes de alguna violencia en el Fossar de les Moreres al término de la gran manifestación unitaria. Yo nunca asistí a esos actos pero me consta que mientras viví en Barcelona si eran muy minoritarios. Las declaraciones de hoy del señor Puigcercós avalan una tesis. El soberanismo ha reconvertido esa fiesta.

Me gustaría que el gobierno español hubiera reaccionado de forma distinta ante el conflicto que se ha ido agigantando en una tierra en la que conservo algún pariente y la mitad de mis mejores amigos. Una tierra cuya lengua e historia conozco con cierto detalle. Pero a la vez no dormiría hoy tranquilo si no recordara el asesinato de Allende y de la democracia en Chile y el atentado terrorista que en la misma fecha de 2001 se cobró miles de víctimas inocentes en Nueva York. El conflicto catalán  ha eclipsado hoy las otras dos efemérides. No me gusta. Puedo decirlo y lo digo y pienso estar en Catalunya dentro de dos semanas. Quiero ver el final de la campaña en directo.