lunes, 2 de julio de 2018

El malentendido


Este blog llega hoy a las 400 entradas. Como aquellos golpes de Truffaut que tardé muchos  años en ver. No hubiera apostado por esta regularidad cuando en septiembre de hace ocho años empecé esta escritura. Sigo con franceses. Creo que son mis favoritos ahora que los nuestros han vuelto a donde estábamos antes de un sueño futbolero que duró de  2008 a 2012. Cuando Albert Camus publicó el malentendido,  presidente Revilla ya berreaba por Polaciones.

Han pasado 74  años desde entonces. Camus murió hace mucho. Presidente Revilla sigue esperando ganar unas elecciones. Alguna vez su partido tendrá que ganar, o perder, sin él, pero parece que eso no será el año próximo. No es mi intención quitarle mérito al presidente. Tiene mucho. De las últimas seis legislaturas, ha sido vicepresidente o presidente en cinco de ellas. Nadie apuesta hoy, a diez meses para la próxima cita electoral, por otro ganador que no sea él.

Su flexibilidad, a su edad, es envidiable. Ha bastado el poco eco que se pueden permitir los populares en la actualidad y el comentario de Castañeda en el DM de ayer domingo, para que volvamos a tener el AVE a Cantabria en la portada de los medios. Vamos a seguir jugando a los trenes y con la conexión con Madrid más lenta de toda la periferia peninsular. Todo ha sido un malentendido. El difunto en este caso es la sensación de alivio, que ha durado menos que la alegría en la casa del pobre o el caramelo a la puerta del colegio.

Esa es la segunda del mitin de ayer. Que se despidan los socialistas de gestionar, mejor o peor, la educación en Cantabria. Los regionalistas van a por ella. Normal. Después de tanto jaleo y de la inclinación presidencial de los sindicatos del sector, el año que viene Mañanes volverá a su instituto a contarle a sus compañeros lo del calendario escolar. En Secundaria hay motivos extra para la celebración. En on hay que situar el modo irónico. Hasta el Corte Inglés se ha puesto en contra y el mismo día en que docentes y discentes terminan su labor, los puñeteros de la primavera en pleno invierno, empiezan con su vuelta al cole y la reserva de los libros de texto. Hay que tener las uvas ya de vinagre.

Después está la política internacional de Revilla. Su foto con Múgica estuvo simpática. Se me olvidará alguna otra pero su apuesta por López Obrador algo habrá tenido que ver, algo, no digo cuánto, con el triunfo presidencial en México. Ahora, presidente, por favor, sin quitarte el traje de Clark Kent, haz algo en Europa. Haz que nuestro puerto se distinga como el de Valencia o el de Barcelona en la política humanitaria. Que no sigamos enviando armas a países en guerra que nos devuelven personas castigadas que aspiran al refugio que no les damos. Si piensas ganar en Santander capital, todo lo otro puede resultar sencillo. Hasta gobernar Cantabria en solitario.

                                    

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