Difícil superar sentencias del tipo: “No es cosa menor o sea, que es cosa mayor”, después de las acuñadas por Mariano, el anterior presidente del gobierno de España. Pues bien, una mudanza no es cosa menor. Diez días después de los primeros movimientos, podríamos decir que el inicio de alguna normalidad ya es visible. Muy pronto me voy a ir a la cama. Será la tercera noche en el nuevo domicilio. Pero entre caja y caja, entre bolsa y bolsa, no paro de acordarme de cosas sucedidas hace casi cincuenta años que se parecen, en parte, a cosas que suceden ahora.
El 15 de octubre de 1973 me matricularon mi primer vehículo, era un Seat 127 amarillo, con una de las primeras placas con dos letras: B-0162-AB. Dos años antes, cuando Barcelona y Madrid se acercaban al millón de vehículos registrados, se cambió el sistema añadiendo una letra a cada 10.000 registros. De nuevo, Barcelona y Madrid rompieron el sistema y empezaron a combinar dos letras. En Cantabria, por ejemplo, ese sistema, con una sola letra, aguantó hasta 1992. Muchas provincias no habían estrenado la segunda letra cuando se implantó el sistema actual.
Cuando yo estrené mi 127 creo recordar que el litro de súper costaba 12,5 pesetas. Sí, menos de ocho céntimos de los de ahora. No duró mucho la bicoca. En aquellos mismos días, Israel y sus vecinos árabes volvieron a enfrentarse por cuarta vez desde 1948 y el petróleo, su precio, se convirtió en un arma ¿Nos suena? Poco tiempo después se implementó aquella campaña que tuvo ecos de broma ya entonces, “Aunque tu puedas, España no puede” Sabido es que el neofranquismo tiene problemas agudos de memoria pero, francamente (juas), no me esperaba tanto. Hoy mismo podrían empezar a tachar de bolivariana a la presidenta de la Unión, Von der Leyen. Ya es mala suerte para los populares hispanos que este denostado gobierno acabe por imponer varias de sus tesis en Bruselas… Cuca, IDA, Núñez y todos los demás: Atención. No solo España, Europa no puede.
La otra pata del neofranquismo patrio también ha tenido minuto de gloria en la semana. Supongo que en torno a la ley conocida como solo sí es sí. Es muy satisfactorio saber que en Vox, por voz de una de sus diputadAs, están en contra de cualquier mutilación genital, sea femenina, miles de casos anuales; o masculina, esperamos estadísticas, salvo que entiendan por mutilación genital intervenciones destinadas a subsanar alguna patología del aparato genital masculino. Al menos parece que ya han pasado la fase del caca-culo-pedo-pis – pedo de vaca fue algo que le espetó la diputada de Vox al ministro Garzón- y se emplean más a fondo. Carla Toscano tuvo mucho meneo en redes la pasada primavera al negar el cambio climático –ha escogido un año con pocas dudas- Señora diputada: Liberar un glande no es mutilar. Uy! He dicho glande. Hay una fiesta en el calendario litúrgico por la circuncisión de Jesucristo. Cuidadín, Carla, topas con la Santa Madre.
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