Como todo cabreo, como toda tristeza, como todo duelo,
necesitamos un tiempo de digestión. Ojala
el 10 de noviembre no tenga significado electoral. Así terminaba la entrada
anterior. La expresión árabe de deseo -si Dios quisiera…- se ha marchado por el
desagüe y…ya! Cuando hagamos esa digestión, mi propuesta es que todos y cada
uno de los ciudadanos repitamos nuestra opción de abril pasado. Que no aumente
ni disminuya la abstención, que no haya un solo voto trasvasado de una opción a
otra. Que con el mismo resultado traducido a los mismos escaños los mismos dirigentes nos vuelvan a
contar sus milonguitas. Yo, tragándome mi cabreo que tiene cierto volumen, lo
voy a hacer.
Como al resto del personal –excluyendo a esos 350 que han
cobrado varios meses por no hacer su trabajo- lo cual no le ocurre a casi nadie
más, le preocupan cosas reales, voy con lo mío. Las personas que no somos
esferas puras, la mayoría, todas de hecho, aunque muchas no lo saben, tenemos
varias caras y sus aristas correspondientes y los intereses que toca defender,
y sus prioridades. En inicio de temporada, ahora que estoy fuera de la vida
activa me doy más cuenta de todo lo que marca el calendario escolar, y las ligas
deportivas y… O sea, que el 1 de septiembre es más año nuevo que el 1 de enero.
Mis prioridades de la nueva temporada, sujetas al núcleo
familiar, pasan por ocuparme más de mis nietos. No puede ser más agradable el
encargo. Ellos van creciendo y hay que trabajarse la memoria. Ya saben, esa
idea de inmortalidad que no pasa por vivir eternamente sino porque te
recuerden, a ser posible con cariño. Si esa fuera una creencia universal, quizá
la parte del universo en la que vivimos funcionaría mejor.
Prioridad dos, pero muy en paralelo con la uno: Avivar a
diario el fuego doméstico. Hace casi 42 meses que la vida me dio una segunda
oportunidad. Estoy seguro de no haberlo hecho bien todos y cada uno de esos más
de mil doscientos cincuenta días, pero la intención, como los propósitos de año
nuevo, es hacerlo mejor. Pedirle a la
vida terceras oportunidades se lo dejo a actores de Hollywood o a políticos
españoles con mando en plaza.
Y tres, lo demás. #Restodelmundo.
Practicar más la charla con amigos, el activismo social y darnos la mejor vida
que podamos. Podría haber opciones más monacales pero esa no ha sido mi
elección. Acabo de volver de pasar una semana en una ciudad que me apetecía
mucho conocer, que es muy recomendable conocer, sobre la que pienso escribir
sin mezclar mucho, espero, el tema de la actualidad de aquí. Esa ciudad es
Estambul y a las pocas horas de llegar ya mantenía una reunión sobre un asunto
en el que he trabajado personalmente bastante, la exportación de armas desde
nuestro puerto a Arabia, que las usa en su guerra en Yemen.
En lo que he trabajado es en aumentar la presión ciudadana
para que esa actividad cese en el puerto de Santander. No tenemos muy buenas
noticias de nuestra denuncia judicial… Y por otra parte, la presión ciudadana
en los puertos, primero en Bilbao y después aquí, ha hecho que se haya iniciado
otro proceso. En los primeros días de este mes pasó por nuestros aires uno de
los mayores colosos de la aviación. Un Antonov. Hace unos años utilizaron
nuestro aeropuerto, creo recordar que con motivo de una huelga de
transportistas. Ahora han cargado armas o/y explosivos en la antigua terminal
de Sondika, del aeropuerto de Bilbao.
Yemen. Esta tarde otra reunión sobre el tema y mañana la
presentación de la cuarta edición de la carrera #Santandercorrepor, este año, Yemen. Eso. Activismo social, buscando
mejorar algo el funcionamiento de este universo que tiene muchas posibilidades
si las administramos mejor.
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