Con una determinada luz y una determinada temperatura no es fácil situarse en Irlanda, pero hoy trato de conseguirlo. Suena Foggy dew, es mi tributo a Sinéad O’Connor, una de tantas celebridades que parece que no han vivido felices. El levantamiento de Pascua de 1916 me atrajo desde muy joven. La culpa debió tenerla un libro que compré en la feria del libro usado. Y, después, el verano canicular de 2003 –¡¡¡ llegaron a sobrepasar los 24ºC !!!- y unas jornadas memorables en la costa oeste de aquella isla, muy cerca de Westport, donde un componente de los Chieftains tenía un pub y la música en vivo de grupos diversos a veces tenía el acompañamiento de aquel Boss, Matt Molloy… Galway, Connemara, Croagh Patrick…
Todo esto me aparta un poco del sinvivir que supone este año el recuento
del voto CERA, los españoles residentes en el extranjero. Después del freno a
tanta locura que nos habían intentado colar por alguna escuadra, - todo está en
el aire de momento, pero hemos asistido a un paradón estilo Iríbar, por parte del actual gobierno
en funciones, que sigue recolectando datos positivos en la parcela económica…-
y sí, faltan semanas de mucho jaleo. Pocas dudas. Encuentro muy positivo que un
partido que pretende ser moderado se deshaga del abrazo de oso que le ha dado
la extrema derecha. Aunque solo sea los días impares, como ayer, en que Moreno Bonilla interpretó un papel
medio creíble. Qué lástima que se convirtiera en presidente de Andalucía en
2018 con la rémora de no haber ganado las elecciones autonómicas…Puede que
sectores del electorado se decidieran a frenar la ola pronosticada precisamente
por tanta contradicción…
Poco antes del cierre de los
colegios electorales, el domingo pasado, escribí: Espero que no sea un recuerdo
amargo. Esa esperanza de hace una semana va bien. Pase lo que pase en los
próximos meses, el 23J español se va a parecer mucho a la aldea gala que
resistía al Imperio Romano. No somos otra muesca del nuevo fantasma que recorre
Europa… He bromeado frecuentemente con mis desaciertos en los pronósticos pero
algunas veces acierto. Me cargué la mayoría de sondeos demoscópicos antes del
cierre de los colegios electorales. No era razonable. Y ahí estamos y parece
que alguno se lo había creído y ahora andan como vacas sin cencerro. El candidato
Núñez ya había dicho, en primera
persona, que iba a modificar la ley para que no se pudiera votar en verano.
Chifladura mayúscula. Habría que cambiar la Constitución para retirarle al
presidente del gobierno la potestad de convocar elecciones cuando lo estime
oportuno. Y a modo de recordatorio, ¿alguien recuerda cuándo fueron las últimas
autonómicas gallegas?
Ahora, portavoces –supongo que
autorizados/as- andan cambiando la Constitución al afirmar que tiene que
gobernar el PP pues es la lista más votada… Pues si junta 40 votos a los suyos
así será. Otra cosa no se contempla en nuestra, sí nuestra, Constitución. Las
navajas todavía no han brillado todo lo que van a brillar. En el campo de la
izquierda de la izquierda ya ha habido alusiones gloriosas. Me permito una
pregunta, o dos. ¿Quién puede asegurar que visto el rumbo que llevaba Podemos,
los 31 escaños de Sumar no sean un triunfo rotundo? Esos 31 escaños se han
obtenido en 19 provincias y solo en las cuatro más pobladas, más de uno.
Ninguna de ellas elige cinco o menos diputados. En las 33 circunscripciones
restantes se han perdido miles de
votos, aquí alrededor de 30.000. Si el
objetivo es reeditar un gobierno de
coalición progresista ¿Alguna esperanza de candidaturas más amplias para la
próxima convocatoria, sea este año o dentro de tres o cuatro?
Llevo semanas cerrando con cosillas locales. El PP de Santander, con mayoría absoluta en el Ayuntamiento de la capital, no tiene la más mínima vergüenza para reclamar ahora justo lo contrario de lo que pidió hace cuatro años, cuando dependía de los votos de C’s para seguir con el bastón de mando. El ministerio correspondiente debería asegurarse de que esta vez la petición sea la definitiva, poner y quitar espigones en una playa no debe ser gratis. Ya hay otra causa en marcha. Y otra más: en el único municipio cogobernado con VOX en Cantabria, la jornada del miércoles 26, ha pasado a ser la del bésame mucho y parece que tuvo éxito, en forma de muchos besos. Algunos de ellos de los que ese consistorio prefiere prohibir. A buenas horas…
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