jueves, 6 de julio de 2023

Los días del pasado

 

A pocas horas del inicio oficial de la campaña me asalta el título de la película de Mario Camus, que se ha vuelto viral merced a un artículo del escritor valenciano Alfons Cervera, el cual tiene mucha relación con la memoria democrática de nuestro país y con una asociación a la que pertenezco, Desmemoriados. Aquella Pepa Flores, maestra en Bárcena Mayor, con amores con un guerrillero antifranquista, Antonio Gades, resume y aclara un episodio de nuestra Historia que casi nunca aparece en los libros de texto: la lucha armada contra la dictadura franquista durante veinte años desde el estallido de la guerra. Ya en el momento se disfrazó aquella historia: Los protagonistas eran bandoleros. Hay otras acepciones para los días del pasado.


Ahora mismo las fuerzas políticas que gobiernan, o van a hacerlo, en la mayoría de las comunidades autónomas españolas, son muy partidarias de los días del pasado. Del pasado en general. Recientes medidas adoptadas por esos gobiernos, autonómicos y/o municipales, tienen una virtud: Ya no se esconden. Censuran lo que pueden y amenazan con derogar lo que quieran. Puede parecer una broma que en esta España que parecía avanzada en muchas conquistas sociales, se censuren ahora obras clásicas de autores nacionales o extranjeros. Hemos empezado al parecer con un terrorista peligroso como Lope de Vega – No recuerdo que el franquismo llegase tan lejos- o con una no menos peligrosa Virginia Woolf. A ver por dónde siguen.

El cine parroquial puede estar de vuelta. Aquel que introducía un lápiz en el celuloide para distorsionar un beso, por casto que fuera. Si Mogambo consiguió que la moralina nacionalcatólica distorsionara un adulterio para convertirlo en incesto, hace ahora setenta años, qué no seremos capaces de inventar para actualizar aquellos dislates. Nuestra extrema derecha, que ya exhibía a un africano como si fuese “pieza única” – de hecho no debe haber muchos de esa procedencia con inclinaciones por Santiabascal- ahora, al calor del día del orgullo Lgtb, ha presentado a una marifacha. No soy yo quien pone el apelativo. O sea, tenemos de todo.

Acaba de fallecer un icono del pasado que no se distinguía por su militancia progresista, pero Carmen Sevilla creo que ha merecido un respeto transversal. ¿Seremos capaces alguna vez los nacidos por esta parte del planeta de reconocer méritos artísticos a intérpretes de conocida adscripción diferente a la de nuestras preferencias?

Philip Kerr, un escritor británico prematuramente fallecido, deja un legado de novela policiaca mayoritariamente en el contexto histórico de la Alemania de entreguerras que debería ser de lectura obligatoria en la enseñanza. Sin la rigidez de la Historia académica su documentada narración se hace mucho más atractiva. Creo recordar que, aunque colateralmente, en alguna de sus obras señala la afinidad de algún dirigente franquista con los altos mandos nazis. La Niña de tus ojos, de Trueba, se rodó en 1998 y dejaba muy explícita aquella relación entre nazis y falangistas. ¿Correrán peligro a partir de ahora algunas de esas obras artísticas? Una vez que se pide la censura para uno de nuestros mayores clásicos, Lope, ¿quién puede considerarse a salvo?

Y el programa electoral que dicen que va a ganar no aclara mucho sobre la reforma laboral, el aumento de la población activa ocupada ni los impuestos a la banca y empresas eléctricas por sus ganancias extras; la prensa amiga no señala ni por error la evolución del IPC de aquí  en comparación con otros países europeos…, y es posible que podamos asistir por vez primera a un debate con sillas vacías. El mantra de las bajadas de impuestos sin señalar qué  servicios serán disminuidos en proporción, no aguanta muchos debates. La primera medida anunciada por la nueva presidenta popular en Cantabria es la de extender los  conciertos educativos para etapas no obligatorias de la enseñanza. En concreto para el Bachillerato. No creo que se inste a la inspección educativa a vigilar la voluntariedad de las cuotas que las familias pagan en esos colegios y que se sitúan sin paliativos al margen de la ley. Si eso es lo que viene y lo dejamos pasar, será que nos lo merecemos.

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