lunes, 1 de abril de 2019

(Des)información


Debería empezar con una guerra actual. Dos bandos, los datos, objetivos por naturaleza, frente a los sentimientos, que tienen que ser por naturaleza todo lo contrario. Pero claro, es primero de abril y aquí las inocentadas las gastamos el 28 de diciembre. Y hace cuatro medidas de lo que en el tango no son nada, ochenta años, en Burgos, el cuartel general del ejército rebelde emitió el último parte de guerra. La paz llegó mucho más tarde. Anoche parece que el mismo Papa Francisco ha reconocido que de aquella cruzada, así definió la iglesia católica a nuestra guerra incivil, quedan muertos insepultos- enterramientos desconocidos en la mayor parte de casos- y eso es la vergüenza mayor que nuestro país tiene en este momento. Compartir ese record con Camboya no es para sentirse orgullosos con #marcaEspaña.

Bandera rima con cartera yo diría que en consonante. A banderazo limpio nos quieren convencer de que hay ayudas destinadas solo a musulmanes, por ejemplo. O a rumanos, o que el alcalde de algún lugar, poniendo sus poderes sobre la mesa, se ha negado a retirar nosequé de la dieta del colegio… Una señora llama a la radio para decir que ella ha escuchado a Abascal en el Palacio de Festivales  y que de nazismo nada. Señora, si llega esto a sus ojos, le recomiendo la lectura de “La Alemania nazi” de Enzo Collotti. Si va usted apurada de tiempo, empiece por las páginas 65 a 69, después ya… queda en sus manos.

Uno de esos floretes que llegan con muy mala intención trata de confundir el nivel actual de la deuda pública, con el periodo en el que se ha generado, para concluir que es mérito del actual presidente del gobierno. Cuántos millones de votantes se pueden creer que en ocho meses se haya cometido tal proeza? Yo no votaré nunca a quien me tome por tan tonto. Empieza a haber conciencia de esa guerra de embustes pero… pongamos por ejemplo a Adolfo Suárez Illana, cómo pensar que es cierto que ha dicho lo que ha dicho?

El nivel local también anda con sus cosillas. Ningún líder se resiste a fotografiarse con una vaca. Ponga una vaca en su vida puede ser un mensaje muy transversal para los recaudadores de votos en Cantabria. No me imagino con vacas a Vidal de la Peña, presidente de la CEOE regional hasta hace un par de días, con un discurso durante años de enfant terrible y ahora de segundón en el PP, detrás de la que no quería Casado. En la acera de enfrente escucho perplejo al máximo dirigente de las CCOO regionales acariciar un proyecto de mina a cielo abierto…

Muy cerca del mercado nacional de ganados escuché la semana pasada, a propósito de si Europa debe o no recibir migración exterior, una ponencia magnífica quizá porque era simplemente sensata. Me quedo con una diapositiva: Nuestras sociedad deberían regirse por un enorme cuidado a las esferas ambiental, social y financiera en este orden. Estamos haciendo absolutamente lo contrario. La variable ambiental puede no tener curación. La demográfica, a corto y medio plazo solo es viable con migración exterior. La otra lleva cuarenta años de absurda primacía.

Habitantes de las zonas más despobladas de España han tratado de poner en las agendas, quién sabe, quizá también en los programas electorales, esos enormes problemas que afectan a cientos de miles de ciudadanos que eligen casi un tercio del Congreso de los Diputados y algo más del Senado. Frente a una franja costera que mantiene algún dinamismo, también hay una Cantabria vacía(da). Un décima parte del territorio acoge a más de dos tercios de la población. Nadie, nadie, habla de estas cosas a la hora de pedir nuestros votos. Banderas y mentiras y banderas…

Hoy, primero de abril, se ha rendido definitivamente Sanchez Ferlosio, a quien tan buenas narraciones debemos. Un contrapunto menos trágico: Han decidido que Dolors Montserrat pase a amenizar el Parlamento Europeo. Mientras sigamos convirtiendo esa institución en cementerio de elefantes, no podremos exigirles nada. Otra curiosa transversalidad en los partidos españoles.

Una entrada en mi blog de estas fechas debe tener al menos una referencia personal. Hace tres años mi vida empezó a cambiar. No tengo que mirar el calendario para saber que era viernes. …Estaba esbozado ya entonces. Ha continuado.

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