domingo, 13 de febrero de 2011

Anexo citado en la entrada anterior

Las necesidades de paginación del medio con el que colaboro habitualmente me dejan, algunas veces, sin la posibilidad de comentar acontecimientos de primera magnitud. Lo que puede ser el inicio del triunfo de una revolución democrática en Egipto, dada la lentitud con la que el dictador Mubarak hizo las maletas, se quedaba en el tintero. 
Del mismo modo, la posibilidad cada vez más cierta de que el cabeza de lista del PP en Valencia no pueda ser el señor Camps, por sus problemas con la justicia y el sastre. Del calderero creo que no se sabe nada. El espía está en manos de Cospedal y Le Carré frotándose las manos. A Soldado no le guardo ningún cariño debido a su etapa en el Getafe, pero es bastante seguro que tiene tan poco que ver como el calderero en el asunto de su presi (Soldado es valenciano y además este año juega en el Valencia)
Y perdonadme la frivolidad, pero el corazoncillo de uno es su corazoncillo propio y hablar de Soldado y los rotos que el Getafe - curiosamente el próximo rival- le ha hecho en  los últimos años a mi/nuestro Racing me lleva a apuntar algo de lo sucedido anoche en El Sardinero.
Primero y más importante, desde el minuto 1, el cambio de actitud del equipo local. Estaba empezando un sms para comentárselo a alguien muy querido y llegó el 1-0. Tan temprana como la nueva actitud del Racing se vio otra: la del equipo arbitral. Les faltó un cartel anunciador del decreto que traían de la cumbre del fútbol español: "El Racing no puede ganar este partido". La Federación está tan cerca de la democracia como el Egipto de Mubarak y pasa lo que pasa. Espero no tener que comentar nunca un desastre por culpa del colegiado de turno. 
La amarilla a Munitis, muy temprana también, anunciaba lo que llegó después: Dos penaltys en contra y roja directa a Christian. Lo normal. Eso le pasa a todos los equipos. Empezando por el Madrid en el Bernabeu y el Barça en el Nou Camp. Y algunos periodistas-mercenarios, confundiendo churras y merinas, al nuevo propietario y sus guardaespaldas con la supuesta ceguera arbitral, cargan las tintas contra los jugadores locales. Durante más de la mitad del partido me estuve acordando de un ensayo que debe tener al menos 40 años y que se titula "La Santa Mafia" pero no trata de la FIFA, ni de la UEFA ,ni de la RFEF. El enlace lo aclara.
http://www.opuslibros.org/libros/Santa_mafia/indice.htm
El orgasmo final, con el gol de Arana, rompiendo el decreto de la victoria imposible del pequeño, fue lo que fue. Una explosión. Y el nuevo patrón, pero también por un rato el alcalde y los consejeros de Cultura y Economía, ambos de un conjunto selecto y meritorio, el de los torrelaveguenses que también son racinguistas, y los otros 20.000 saltamos de alegría. 
Y Pernía no sólo guardó las formas, tenía cara de estar pasándolo mal. Allá él. No es Del Nido el mejor ejemplo para casi nada. Pero es cierto. El palco requiere un respeto con el contrario. Sólo una vez he estado en un palco en un partido del Racing, fuera de casa y a los pocos minutos el resultado era favorable 0-2 aunque al final nos remontaron y acabamos empatados. Hay lugares en los que hay que disimular la alegría. Alguien se lo dirá a Alí. Además el parecido con Bollywood es aterrador.

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