El viaje a Barranquilla, desde Cartagena, ha durado una hora y media. Una furgoneta de once plazas, bien aprovechada. Pocos turistas extranjeros. Este tipo de transporte debe componer un circuito para iniciados. Me ha recordado los "taxi pirata" de hace cuarenta años en España pero con vehículos muy aceptables. Lo mismo que el precio, ya que es un puerta a puerta, de hotel a hotel, con lo cual se ahorra el importe de los dos transportes, taxi normalmente, en origen y en destino. Mañana por el mismo medio a Santa Marta. 25.000 pesos cada uno de los trayectos, unos 10 euros cada uno.
¿Qué he venido a hacer a Barranquilla? Pocas guías deben recomendar una parada aquí. Yo quería ver la desembocadura del río Magdalena. Misión cumplida. Y de qué manera. Es de esas veces en que las cosas deciden salir bien o que las energías positivas de la Negrarosalindapuntocom o el dios de Nelson de Playablanca se han puesto al curro.
He llegado al hotel pasadas las dos de la tarde. Ya había preguntado en recepción por un restaurante cercano para un almuerzo de nativos. Ayer en Bocagrande me quedé sorprendido de lo bien que se puede comer por menos de cuatro euros a condición de no andarse con muchos remilgos a la hora de establecer la blancura del mantel.
También le he comentado a Marcos, del Puerta del Sol, mi deseo de ver la boca del Magdalena. Antes de las tres ya estaba en el taxi de Tomás camino de las Flores el suburbio de Barranquilla donde desemboca el río.
En coche se llega hasta cierto lugar, pero quedan más de ocho kilómetros hasta la punta del tajamar. ¿Tajamar? Escollera, rompeolas, dique, que estrecha la boca del Magdalena para hacer que el caudal circulando más rápido (Asististeis a la clase de Física el día que explicaron lo de los caudales y las secciones de los tubos?) limpie de forma natural la entrada, la barra peligrosa, tan peligrosa que hoy mismo un carguero ha embestido el tajamar -ver foto del destrozo- y otro está varado en la orilla derecha.
Hay dos maneras de llegar a la punta -Bocas de Ceniza. En unas plataformas ferroviarias, que circulan por los carriles que se utilizaron para transportar las rocas calizas con las que se construyyó el tajamar, con un cierto horario y lentas y cayendo la tarde ... o en moto. Y ahí ha aparecido Chiqui Buitrago Plautt, os lo adjunto en su moto del Afrika Korps y si tengo tiempo en otro momento hablaré más de su vida y milagros. Marino, parapsicólogo, trabajador social, casi mercenario en Sudán, exiliado de su departamento por no aprobar a los paramilitares ... He pasado de turista a viajero en un ratito. Lo peor es que viajando por Colombia y hablando con su gente se le pierde respeto a García Márquez. Aquí las novelas están en la calle. Sólo hay que escuchar.
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