O rien de tout. Nada de nada; nada en absoluto. Del rey – en este caso emérito- abajo ninguno. Aquí nadie se enmienda, nadie pide perdón, y muy pocos permiso. Yo tenía la sensación de que el país, la mayoría de sus habitantes, íbamos por una senda, con sus dificultades y sus alegrías, con los amigos/as y las familias y los compañeros/as de trabajo… y después, por otro carril, la gente que se supone que manda, que nos representa, que nos juzga, que nos multa y que nos hace pasar ratos de los que hacen subir la tensión arterial a los hipotensos. Una nueva etapa de las dos Españas. Ya veremos cómo acaba la partida. Ojalá de alguna manera original, nueva. Las otras las conocemos y son poco apetecibles. Pero al final, disculpen/disculpad el suspense, puedo señalar que empiezo a caerme del guindo. Y que el mal rollo sí que ha traspasado el seto de separación de los carriles mencionados.
Ni rien de rien el presidente Sánchez,-nada de moción de confianza- ni rien de rien Núñez y su no moción de censura, ni
rien de rien la presidenta Buruaga
–nada de disolver el Parlamento por lo mismo que exigen a Sánchez-. Al gobierno
regional y sus presupuestos rechazados por la mayoría que tiene el conjunto de
la oposición, se le puede pasar la prueba de la traducción directa: Si la
oposición en Cantabria hace daño a la región al no aprobar los presupuestos del
PP ¿No vale lo mismo cuando el PP no aprueba los presupuestos del gobierno de
España? El consejero de Economía, Agüeros,
trata de explicar las cosas desde un nivel de conocimiento técnico notable.
Después están los “hooligans”, Media, Silva, el senador Fernández…
no tienen nada que explicar porque para empezar no suelen saber de qué hablan.
La culpa siempre es del otro y ellos no están en el cielo porque todavía están
vivos…
El P.P recibe a la nueva fiscal general con algo más que
dudas ¿Pero cuándo fue distinto? ¿Recordamos altos cargos de la judicatura que
parece que eran absolutamente independientes? O es que quien los nombró los
consideraba independientes? La Wikipedia ofrece parte de los currículos de Cardenal, de Divar, de Fungairiño, Lesmes, Torres-Dulce… Puro
orden alfabético y sé que con la poca memoria colectiva que nos gastamos, pocos/as recordarán a esos próceres
y las que pudieron liar. ¿Ha terminado el poder judicial español la Transición
que empezó para los demás hace cincuenta años?
El aspirante Núñez no da más de sí. Del ridículo en el
Congreso por su facilidad de palabra, al lenguaje en el día contra la violencia
contra la mujer: Proteger a la mujer de verdad o proteger de verdad a la mujer.
La fórmula se parece pero… ¿estamos en aquello de “la mujer, mujer” de Aznar?
O es que hay dirigentes populares con un interés tardío por las mujeres. Puede ser,
otra vez, el espejo demoscópico.
Acabo como empecé. Ayer, en la librería Gil de la plaza de Pombo se presentó “Palestina, la tierra estrecha” de la periodista Beatriz Lecumberri. La charla, el coloquio, todo iba por el carril de sensatez del que hablaba al principio. Y muy al final, cuando tocaba terminar, en la última petición de palabra un asistente intentó darle la vuelta a todo, respaldando la posición israelí con la misma soberbia y nivel provocador que Netanyahu, negando el genocidio reconocido internacionalmente… Asistía una familia de origen palestino que hasta ese momento no había abierto la boca… Hay quien no quiere entender que la mayoría apreciamos los intervalos grises, y que el blanco, blanco o el negro, negro, solo sirven para cuentos infantiles. En este blog está dicho hasta el aburrimiento: La gente buena está, estamos, con las víctimas. En este caso con las 1.200 asesinadas por Hamás y con las 70.000 asesinadas por Israel. ¿Por qué hay que estar contra las unas si se está a favor de las otras?
Gaza, vergüenza de la humanidad;
Gaza, siempre en la memoria

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