domingo, 2 de marzo de 2025

Los impresentables

 

O los desastres de una semana de vacaciones escolares. Disfrutando con los nietos de esas vacaciones no he dejado de poner un ojo/oído  a las cosas que pasaban por ahí, más bien lejos del reducto pirenaico en el que nos encontrábamos. A modo de premios Oscar en negativo, la lista de impresentables a escala local se relaciona con quienes llevaron la voz cantante para derogar la ley de memoria de Cantabria que el Tribunal Constitucional, al admitir a trámite el recurso del gobierno de España, ha restaurado en toda su plenitud. Los diputados de Vox que presentaron en los primeros días de la legislatura -septiembre de 2023- su proposición no de ley que el grupo popular abrazó encantado. Dentro de ese grupo, y al lado de la presidenta Buruaga, siempre máxima responsable, el senador Fernández, rescatador/rescatista de un lenguaje que se relaciona poco y mal con la concordia que dice querer predicar. Aquí, y al margen, un cariñoso recuerdo para la defenestrada y entonces consejera de Cultura Eva Guillermina, a la que le faltó tiempo para soltar el fetiche ultraderechista: “Paracuellos bla, bla, bla…”

Otro campo muy embarrado como es el de Ucrania, que nos llevará al final a los impresentables de nivel planetario, también tiene su eco local. El Ayuntamiento de Santander colocó durante mucho tiempo la bandera de Ucrania en su balcón principal. No sé si sigue haciéndolo, pero se echan en falta declaraciones de quienes buscaron fotos en los días de la invasión rusa y en los aniversarios sucesivos. Se echan en falta tomas de postura de la alcaldesa Igual, por ejemplo, que también es diputada. Es lamentable que se abracen a los aliados de Putin –Vox- cada vez que les hace falta y que no sean más solidarios  con las víctimas de la agresión rusa.

La escala española de impresentables de la semana tiene una estrella principal, el presidente valenciano Mazón y todos sus encubridores. Ha visto, o se lo han chivado, el peligro real de imputación penal y ya no sabe qué cuento elegir de los muchos que ha contado en los últimos cuatro meses. Me parece impagable, como monumento a la desesperación, que le atribuya a la oposición famosos intentos de relato -cuentitos nivel parvulario-, protagonizados por su propio partido: Prestige y 11 M, con olvido del Yak 42… En el mes crucial para Valencia, el marzo fallero, ya es un inicio de castigo grueso no poder salir a la calle ni presenciar las mascletás desde los puestos privilegiados de las autoridades. Y faltan algunas horas y muchos minutos por aclarar dónde los pasó el president aquel fatídico 29 de octubre. Y se acabará sabiendo.

Sin conocer si de la reunión de hoy en Londres sale algún premiado más, el ganador/winner del impresentable, no solo de la semana, es el presidente Trump. No había visto imágenes por el asunto vacacional mencionado al principio pero está al alcance de todos en youtube. Es un espectáculo bochornoso. Deberían avisar sobre contenido para adultos. Tres cuartas partes de mi vida activa las he dedicado a la enseñanza en su nivel intermedio, la secundaria, en estos momentos de seis años -cuando empecé solo eran cuatro-. Las sucesivas leyes educativas también han ido rectificando la representación de los alumnos. En todas ellas se empieza por la elección de delegados del grupo/clase. Algunas veces, en algunos centros, el más patán o el más gracioso era el elegido. Normalmente la corrección se imponía más pronto que tarde con dimisión/sustitución de ese/a delegado/a o por la propia rectificación de la actitud gamberra del elegido/a.

Donald es un prototipo de alumno malcriado al que nunca le ha faltado nada, ni nadie, ni siquiera la Justicia, ha conseguido situar en la realidad, sacándole de su realidad paralela. Es el delegado de una clase muy poderosa y él no va a rectificar. Y ahí estamos ahora. Al margen de la simpatía personal que se pueda sentir por Zelenski, de cero a cien, eso no importa ahora. Quienes tengan claro que el lado bueno, positivo, moral… es estar con las víctimas, no pueden tener dudas. La víctima es Ucrania y Zelenski su presidente. No lo tiene fácil Europa pero es la única esperanza. El derecho internacional establecido con la derrota nazi en 1945 ha saltado por los aires y el nuevo orden que parece implantarse tras la entente Washington-Moscú es muy preocupante.

Esperando, de esperar con esperanza, que de Londres hoy salga algo tangible, que pueda llegar a facilitar la paz. Paz que es más que un alto el fuego. Sin escandalizarme por negociaciones previas bilaterales: Starmer-Meloni, Starmer-Macron o Starmer-Trump. En una vida anterior formé parte, dos veces, de la comisión negociadora de un convenio colectivo que afectaba a más de 30.000 trabajadores. Y en una de esas ocasiones salió bien. Y no pasa nada por sondear -al margen de los plenos- si se hace bien y honradamente. Eso es política sana.

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