domingo, 16 de abril de 2023

La batalla de la aritmética

 

Es una pena que algunos políticos no perciban cuestiones pre-políticas. Tensar la soga entre los partidos que sostienen al actual gobierno lleva a un resultado a la andaluza. Después lloraremos por el Doñana que toque. Tampoco está mal para titular: Sonrisas y bilis. Finalmente, sumar o dividir y eso ya no es un titular, está en el cuerpo del mensaje que se quiera enviar. Por aquí no gano amigos en un sector que abrazó el color morado, pero he alcanzado una edad en la que me lo puedo permitir. Y aunque estemos prácticamente en campaña, no voy a callar lo que no soporto. 

Tampoco soporto al Núñez Feijóo que se hace pasar por rural, qué risa tía Felisa. Sus zapatos de más de 200 euros hace mucho que no han pisado boñiga si no ha sido por error. Su credibilidad a la hora de hablar de Sanidad tiende a cero. En España, en Galicia y aquí. Y el problema de la vivienda no empezó en junio de 2018. Tener memoria ya es un problema y que traten al personal como si todos fuéramos bobos de baba, también. Además, los hechos van demostrando que el dirigente popular tampoco era el más espabilado de su comunidad de vecinos.

Día de no hacer amigos decía más arriba. Tampoco aquí luce mucho la sanidad pública después de ocho años de gestión socialista de la misma. Pero lo que más me molesta no es que el día de San Fermín del año pasado me dieran cita para el mes de mayo próximo en Oftalmología –tengo alguna experiencia más y alguna incluso mejor- lo peor es que  el Servicio Cántabro de Salud intenta explicar que los datos que nos colocan en el peor puesto entre todas las CC.AA a la hora de recibir atención médica especializada son unos datos bla-bla-y-más-bla. Espero no haber fichado por la ONCE antes del 23 de mayo.

¿Por dónde seguir? La semana pasada comenté dos hechos de hace cincuenta años, el festival de Eurovisión y la muerte de Picasso. Aquella primavera de 1973 también empezaron las conversaciones que acabarían dos años más tarde con la guerra en Vietnam. No parece que en esta primavera se vaya a dar nada parecido. Y en casa, por primera vez después de la guerra civil, la jefatura del Estado y la del Gobierno empezaron justo en aquella primavera, a estar en cabezas distintas aunque no distantes.

El nombramiento de Carrero Blanco tuvo sus más y sus menos entre las distintas familias del franquismo. El enfrentamiento entre ellas que supuso el caso Matesa estaba más vivo de lo que se quiso admitir.  Fraga aspiraba al puesto y quizá no era el único. El cargo no le duró mucho al almirante que, como es sabido, murió antes de terminar el año en uno de los atentados más espectaculares de ETA. La operación Ogro, la voladura del coche del almirante Carrero a pocos metros de la embajada de los EE.UU en Madrid, todavía sigue dando para series de algún misterio. Aunque es cierto que la tecnología ha progresado mucho en estos cincuenta años, no resulta fácil admitir que los servicios de seguridad de la embajada, o la estación de la CIA en Madrid, no detectaran el operativo previo… Aunque seguir el camino de que lo supieron y lo ocultaron también abre vías sospechosas. Como mínimo de conspiranoia y de eso tenemos raciones extra.


El próximo domingo es día de rosas y libros y se clausura aquí la Asamblea General Federal de la sección española de Amnistía Internacional. “Protejamos la protesta” va a ser el lema del acto público de esa asamblea. Un pasacalles-manifestación que el sábado hará el recorrido entre Gamazo y Farolas. La ley mordaza parece que seguirá en vigor al final de esta legislatura ¡Ay!

 

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