O 4.0. No sé por dónde va la cuenta. Lo otro está en cinco gigas aunque a mi casa solo llegan cuatro. No me importa mucho. Tengo claro que en algún momento habrá que parar y decir: “Hasta aquí hemos llegado” y ni un Excel más, ni un Word avanzado, ni ná de ná. El mundo sencillo del sí/no, 0/1, presencia/ausencia, puede funcionar como sistema numérico especialmente adaptado para la Inteligencia Artificial. La Natural, la inteligencia a secas, el mundo real, no marcha así, opera con muchas dificultades con solo dos dígitos. Y sin embargo, a diario nos imponen ser de uno de ellos.
A lo de toda la vida, -durante el franquismo se bromeaba con lo de la España Libre porque se podía elegir entre el Sevilla y el Betis…- se ha ido añadiendo mucha salsa, rosa para empezar, amarilla para continuar… Hoy hay que estar con la señora filipina o con su ex escribidor; con necios comunicadores televisivos que se declaran guerritas para aumentar audiencias y algunas no pueden caer más bajo. No acostumbro a tomar las uvas de fin de año en la calle. Este año lo he hecho. En la plaza de la Catedral de Murcia. El escenario de la fiesta estaba conectado a la primera cadena de RTVE. No es fácil sentir más vergüenza ajena con el supuesto humor de unos supuestos cómicos. Sublime la supuesta traducción al chino de no sé qué gilipollez bienintencionada sobre la guerra de Ucrania…
RTVE puede reunir lo mejor y lo peor en el mismo día. El resumen del año a cargo de Luis Tosar resulta realmente impresionante. Nuestro presidente regional, tan aficionado al negocio del espectáculo, no se ha resistido a bromear con las cartas a los reyes que tenían que escribir los niños de no sé qué lugar. Parece que la edad le va haciendo cada vez más impresentable. Él, que debutó en las pantallas alardeando de mear junto al rey de Noruega, en la boda del hijo del rey padre, el fugado, ahora parece que ya no profesa aquel furor monárquico, o juancarlista a secas. Si nos da tiempo el tiempo, podría acabar confesando su republicanismo de toda la vida…
En fin, estoy suscrito a dos publicaciones, una nacional y otra local, consciente de que el periodismo serio hay que pagarlo. Grandes medios no paran de ofertar rebajas cualquier día del año. Mi publicación nacional amenaza con regalarme un libro de un apóstol de la tele basura si regalo una suscripción a alguien… Pues miren, no. Ya sé que el fulano confiesa ser muy progresista, pero hace programas de mierda y no me interesa mucho lo que pueda escribir. El ying y el yang, nunca he sabido bien de qué van, y tiendo a asociarlos con cuerpo y alma, que es lo nuestro clásico. Dúos a montones, Josema y Millán; Manolo y Ramón; Simon y Garfunkel; Tip y Coll; Benedicto (Ratzinger)–DEP- y Francisco (Bergoglio)…
La muerte de Nicolás Redondo a alguien como yo, que tuvo una etapa de metalúrgico comprometido, no le resulta ajena. Redondo/Camacho pudo ser otro dúo. Detesto la costumbre hipócrita de alabarlo todo después de la muerte,.. Redondo, como todos, con luces y sombras. Desmarcarse del rumbo al que le llevaron sus colegas, convocar una Huelga General contra el gobierno de su propio partido, sin duda hace que resalte su independencia. Pero diez años antes algo tuvo que ver con que en España no se pudiese mantener el sindicalismo que se había ejercido en los tiempos más duros de la dictadura franquista. Aquel modelo unitario no pudo ser por orden de Alemania o de Washington, pero se acató. Ni Benedicto ni Nicolás van a ser santificados por mí. Ni ninguno de los demás mencionados hoy, que son muchos.
La última mención de esta primera entrada de 2023 es para Joyce. No me enganché a su Ulises hace unos cuarenta años. Creo que no pasé de la página 50. Terminado el centenario y con varias horas de tren por delante, he tentado de nuevo a la suerte. Y ahí voy. Ya ha caído más de un tercio de un tocho de 1.000 páginas. Irreverente, blasfemo, meticuloso con la lengua, las lenguas, con más menciones a España de las que yo hubiera tenido noticia…No sé qué opinarán de la falta de higiene observable en el Dublín de hace un siglo quienes han nacido con las comodidades actuales. A quienes conocimos la ducha semanal y el papel higiénico de “El Elefante”, no nos parece extraño casi nada de ese terreno. Dejo dos hilvanes para recoger posteriormente. Una milicia de Ohio mandada por oficiales españoles –no sé de qué momento histórico habla- Y una aversión a las ostras que tengo que calibrar mejor. Quizá para no volver a probarlas…
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