domingo, 11 de diciembre de 2022

Lo de siempre

 

Salvo alguna vez. Este último podría ser un subtítulo, rajoyano, para certificar el pase de la selección española por el mundial de Qatar. De haberlo adivinado, qué buena ocasión para el boicot… Ahora, a apostar por un vecino: Francia o Marruecos. No he visto ningún partido desde el martes. Tuve ración suficiente. Más de 800.000 residentes de origen marroquí, muchos de ellos con ciudadanía española, tuvieron el corazón partido ese día. La mayoría de ellos lo celebró de una manera mucho más normal que lo que ocurrió en Bélgica. Otro motivo de felicitación.

Ni lectura política ni comentario patriotero por el hecho de que Marruecos eliminara a nuestra selección el día 6 de diciembre, festivo en España en recuerdo de aquel referéndum de hace 44 años que sancionó la Constitución en vigor. La que aprobamos la inmensa mayoría y hoy parece que tiene un dueño distinto: Una parte notable de quienes entonces no la quisieron. Y siguen adaptándola a sus intereses en un acto de magreo intolerable. Cuatro años de boicot a un mandato constitucional y  mucho ofendidito si se presume que puede haber vías de  desbloqueo. Portada de Léconomiste, el primer diario económico de Marruecos del día 7

En la víspera de esa jornada aciaga desde el punto de vista futbolero se publicó una de las encuestas electorales que suelen afinar más. Falta un año entero para las legislativas. Puede pasar de todo. La foto de ahora ha definido dos cosas claras: El globo Núñez Feijóo se ha pinchado ya casi absolutamente. No se aprecian  diferencias con la etapa de Casado. Alguna vez habrá más luz sobre esa sustitución en la dirección del partido conservador.

La otra, en el otro bando, es una perogrullada. La izquierda de la izquierda, junta, en una sola opción electoral, puede recuperar el mejor resultado de 2016, con aquellos más de cinco millones de votos y más de setenta escaños contando con las distintas marcas territoriales. Junto a nacionalistas vascos y catalanes, la posibilidad de una nueva legislatura con tinte progresista. Separados, en dos o más listas, sin opciones para ser la tercera fuerza en casi ninguna provincia, se diluye a modo de terrón de azúcar: Gobierno de PP con la ultraderecha. Parece que no hay mucho más que comentar.

Alguien puede imaginar a Núñez Feijóo dirigiendo la oposición en enero de 2024, y diciendo eso de que Bildu saca más rentabilidad que ETA ¿Qué le parece mal de esa situación? ¿Preferiría que obtuvieran beneficios con acciones terroristas? La limitación de la subida de alquileres en un contexto de inflación desconocida en decenios ha sido una condición de Bildu para aprobar los PGE de 2023 ¿Cree que incluso a votantes del PP que no tengan casa propia –alguno habrá- le parece mal ese logro de los que, con brocha muy gruesa, ellos llaman filoetarras?

En una entrada en este mismo blog hace algo más de un año me preguntaba si Pablo Casado distinguía entre hipérbole e hipérbola. Al ex presidente de Galicia le pasa lo mismo https://robertoruisanchez.blogspot.com/2021/10/el-comunismo-ha-venido.html y una vez que las encuestas señalan lo que señalan, vienen las prisas. La ofensiva ahora, con los PGE aprobados para el año próximo, va encaminada al adelanto electoral ¿Alguna razón seria? Hay quien parece que probará con una moción de censura …

Y, con mucha precaución porque allí casi todo es distinto, hasta el sentido del giro del agua en los desagües, para eso están en el otro hemisferio, en el que está a punto de empezar el verano, Cristina Fernández ha sido colocada en fuera de juego por la Justicia argentina. La misma que ha sido capaz de encontrar culpables a sus generales traidores - lo que todavía no ha ocurrido aquí- o de instruir causa contra algún crimen de franquismo. Ella cree que ha sido condenada por una mafia judicial. La mitad aproximada de los argentinos lo que creen es que la mafiosa es ella. En esta su madre patria muchos le regalan el título de campeona del progresismo…

 

 

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