lunes, 11 de octubre de 2021

El comunismo ha venido

 

Y Pablo Casado sabe cómo ha sido. El dirigente popular tiene un triunfo en su carrera política: Ha conseguido que sus exageraciones, ahora se encuentran muchas referencias a las hipérboles, tengan eco diario en un puñado de medios de comunicación con comportamiento de división blindada, y, lo que es peor, cada vez más en la CEOE. Antonio Garamendi,  parece estar sometido a mucha presión y ha empezado a dar bandazos. Lo más positivo de la pandemia, el acuerdo básico de los actores sociales, patronal y sindicatos, puede empezar a peligrar. El reciente Nobel de economía viene dando disgustos sobre el SMI… Lo del oligopolio eléctrico lleva párrafo a continuación. A muchos de ellos no les sonaba mal la socialdemocracia cuando la S-D no se comportaba como tal. Ahora, una tímida apuesta por ese rumbo, se rebautiza como comunismo. La mayoría de los países occidentales han tenido esas etapas alternando con las otras, las liberales, y creo que a nadie se le ocurrió decir que el comunismo había saltado el telón.

¿Distingue Pablo Casado entre hipérbole e hipérbola?

El presidente del gobierno, Pedro Sánchez, reclama a la Unión Europea mayor audacia frente a la política energética diseñada por no se sabe qué enemigo. Esa audacia, la falta de ella por parte del gobierno de coalición, se censuraba en este blog el 16 de agosto: “La nula audacia frente a los oligopolios eléctricos…”  Vamos avanzando pero a costa de mucho dinero de sectores que no andan sobrados.

De nuevo, el Tribunal Constitucional da pruebas de las razones que han llevado al P. P. a no darse por enterado de algún mandato constitucional. La composición actual de determinadas altas instancias de nuestra Justicia no responde a las leyes en vigor. Eso debería ser suficiente tratándose de ese ramo. Pero el escándalo empieza a ser de tal calibre que se va conociendo, incluso, algún rasgo de los debates internos antes de que se formulen votos particulares. Lo del recurso de VOX, que se ha merendado el alto tribunal, incluso haciendo que un magistrado cambie la resolución ya redactada y el sentido de su propio voto, si no fuera por todo lo que llevamos visto desde hace ya tres años, podía escandalizarnos de verdad. Pero estamos en un más-difícil-todavía permanente en este capítulo.

El hecho de que el artículo 56 de la Constitución declare que: La persona del Rey es inviolable y no está sujeta a responsabilidad, casi 43 años después de la aprobación de esa norma fundamental, y visto lo visto con el rey padre, reclama una urgente revisión y/o desarrollo de ese artículo. Hay muchos más artículos en la picota y muy poca oportunidad para ningún debate sereno sobre esa necesidad. El miedo a abrir el melón puede acabar con el melón podrido.

Y el Parlamento de Cantabria inicia la tramitación de una ley del suelo que puede poner contra las cuerdas a la mayoría de gobierno. No habrá problema para su aprobación, creo que todos los grupos de oposición votarán a favor. Es una ley regionalista que puede provocar tensiones en el partido socialista, a nivel regional y/o federal. A ver si el trámite parlamentario pule la norma en un sentido que no rechine con los objetivos del milenio y la agenda 2030: Saben, ¿ese pin que llevan casi todos los cargos socialistas?

También se abre un final de año movido en el Ayuntamiento de Santander. La resolución anticipada del contrato de limpieza urbana y recogida de residuos sólidos no ofrece la más mínima garantía de que la ciudad empiece a estar más limpia. Que el equipo de gobierno no escuche a la mayoría, sí mayoría, del Pleno municipal sobre la necesidad de crear una comisión de investigación sobre ese contrato define muy bien lo que se entiende por democracia en la capital de Cantabria. El comunismo no es el único sistema totalitario. Aquí necesitaríamos una hipérbole de Casado con urgencia.

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