Ongi etorri, bienvenido/a en lengua vasca. Fiestas de bienvenida que se han hecho a miembros de ETA cuando han regresado a sus localidades natales o de residencia después de cumplir sus penas de prisión.
No soy especialista en Derecho. No sé si pagar por un delito, con años de cárcel, hace que el reo pueda abandonar el calificativo de delincuente. No sé si una vez probado el delito penal y no pagar por ello porque dicho delito está prescrito o porque tu figura constitucional, única, te blinda como irresponsable, hace que no se te pueda llamar delincuente, pero el festejo organizado para recibir al rey padre tras su exilio voluntario de casi dos años, me ha recordado, cosas mías, los festejos que se han organizado en algunas poblaciones para recibir a los delincuentes de ETA una vez saldada su cuenta con la Justicia tras años de cárcel. Hasta ahí. No quiero comparar los delitos. Solo calificar a quienes festejan la llegada de los delincuentes.
El aquelarre de Sanxenxo además de vergüenza ajena, da penita. Mi infancia no son recuerdos de ningún patio sevillano. El incendio de 1941 llevó a mis padres a vivir desde el centro histórico a las afueras de la ciudad. En palabras de mi tía María, hermana de mi padre, al barrio de los valientes. Allí, recuerdo lo que se tenía por el súmmum de la desvergüenza y del sometimiento: No solo te sacan los ojos es que te mean en los agujeros. Eso se decía.
Foto: La Opinión de Murcia
Después tenemos un supuesto frente amplio de izquierdas, con ensayo general en Andalucía dentro de un mes. No lo ignoraba pero me ha sorprendido la sintonía que revela el nombre escogido para empezar a andar: La suma de Yolanda Díaz. A principios de este año una entrada a este blog se titulaba así:
https://robertoruisanchez.blogspot.com/2022/01/las-sumas.html
Pero no sé si ha habido contraprogramación de estilo
televisivo entre la vicepresidenta y el antiguo vicepresidente. Pablo Iglesias presenta un libro, con
horas de diferencia, y en el resumen que escucho en la radio no parece que se
apueste con fuerza por la suma antedicha. Y no vale más. O se suma o a
descansar. Y un poco más de loción jabonosa. La semana pasada me parecía que lo
de Macarena Olona como vecina de la costa
granadina era un fraude. Hoy parece que también opina lo mismo el Ayuntamiento
de Salobreña. No apuesto mucho por un final feliz de esa historieta pero un
compa yogui de Macarena ha manifestado que las trampas las hacen los otros.
Siempre igual. Aquí sabemos mucho. De Igual
sabemos mucho.
En una ciudad que no ha conocido transición democrática alguna, se ha establecido una especie de corte local. Con sus cortesanos y cortesanas. La alcaldesa puede mentir con descaro en programas radiofónicos semipublicitarios. Sin una sola aclaración, sin una repregunta. Debo estar sensible. He terminado anoche la lectura de “El Director” de David Jiménez. Una visión, lógicamente parcial, de los terrenos de encuentro entre prensa y poder político y económico. Pero con algunas afirmaciones escalofriantes que tres años después de su publicación no han obligado al autor a ninguna rectificación. Que yo sepa.
Nunca pudo imaginar Jean Paul Sartre la influencia que iba a tener entre algunos dirigentes de nuestras derechas su obra Huis clos, y el hecho de que el infierno sea, siempre, los otros. Gema Igual puede referirse un mes tras otro a lo mismo, demostrando que no se hace nada: La supuesta almendra central de bajas emisiones, sigue sin definir; el nomenclátor del callejero franquista, con años de paralización y sin ninguna prisa para cumplir esa ley que obliga como las demás… Que haya un instituto, y puede no ser el único, en un suelo que al parecer no es de dotaciones sino industrial, parece que ha ocurrido sin que el Ayuntamiento haya tenido nada que ver. Así, la gasolinera puede instalarse a la puerta del instituto… En ese programa de radio, una señora dirige una pregunta sobre la escasez de lavabos públicos en nuestras calles y la respuesta de la alcaldesa acentúa lo sucios que somos los ciudadanos… Y así, sin hacer nada o prometiendo dos papeleras y tres bancos, nos dirigimos al próximo programa. Y lo que es peor, a la próxima legislatura local. Por no hablar de una playa que ya lleva en el nombre toda su potencia: Peligros…
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