domingo, 23 de enero de 2022

Las sumas

 

Entre la tensión en Ucrania, una “caldera de inestabilidad” según el secretario general de la ONU, Guterres, y los cruces de insultos, ahí hemos llegado y no será difícil superarnos, ha trascurrido otra semana de enero, con luna llena. No tengo claro si es más grueso pollaboba – dirigido a Garzón- o carapolla –en este caso para Almeida-. Nunca aprendí la diferencia entre boludo y pelotudo y hubo intentos de enseñarme… El caso es que al primer toque de carácter militarista del gobierno, del gobierno, sí,  por fin se suma el PP. El milagro es que se sumen a algo, no digo yo que me haya alegrado que se sumen a esto, pero es que habían sido llamados a la moderación por, nada menos, que Espinosa de los Monteros, a propósito de la que han liado ante las instituciones comunitarias con el tema de los fondos europeos.

Estoy leyendo una novela del Nobel alemán Günter Grass, El paso del cangrejo, y para mi asombro, ya hace veinte años que en las redes sociales, al menos en Alemania, se ventilaban encuentros notables de odio, con poca broma, a favor o en contra nada menos que de las cámaras de gas y de aquella perversión que denominaron la solución final. O sea, que el tema no es muy nuevo y por aquí dichas redes están, en este mismo momento, ardiendo. Rescatar el No a la guerra me parece no solo legítimo, es un deber moral. Pero a mi edad no puedo seguir colgando el cartel de malo malísimo solo a uno de los contendientes, no me acaba de convencer. Hay un reflejo condicionado en un sector de la izquierda, que curiosamente nunca fue muy favorable al modelo soviético, a pensar que la Rusia de Putin sigue siendo aquella madre patria de otro sector de la izquierda. La izquierda tiene más sectores que un círculo. Es una de sus mayores desdichas.

Muchos ciudadanos que apoyan y votaron las opciones que consiguieron formar gobierno hace poco más de dos años siguen sin cuidar la suma, y lo único que vale es la suma para seguir haciendo las políticas que se supone que favorecen a esos sectores sociales. Si no se cuidan las sumas, el resultado está cantado. En la mitad de las circunscripciones se eligen cinco diputados o menos. Es muy difícil lograr acta en ellas fuera de los partidos mayoritarios. Hasta hace poco ni se conocía ese fenómeno,  pero sigue siendo difícil. Mucho más fácil aún es regalar mayorías en el Senado con un sistema de elección diferente. No se me cae ningún anillo por predicar en el desierto, pero una señal para el electorado progresista, para que ese electorado pueda creer que las dirigencias se creen lo de las sumas, sería formular candidaturas unitarias al Senado. La suma, esa operación sencilla que esta misma semana me ha hecho babear viendo a mi nieta de cinco años empezando a sumar con cierta soltura.

Personalizar puede humanizamos. Yo conozco a un ciudadano de Ucrania. Ya me pasó en el conflicto anterior, el que acabó con la segregación de Crimea. Entonces él  no tenía edad para ir a la guerra pero ahora sí. Cuando se lía en su país me acuerdo de aquel niño que llegó a casa de mi suegra, en Bilbao, con siete años, muy rubio y muy guapo. Un poco mofletudo. Que quitó sus primeras nostalgias cantando y cantaba muy bien. Sigue cantando muy bien. Que fue atendido durante once o doce veranos por mis cuñadas y su entorno. Que asistió como uno más de la familia al entierro de mi madre…No es el precio del gas ni el resto de muertos que tendrá que haber si hay guerra. Del primero que me acuerdo y que me empuja a decir otra vez: No a la guerra, es Vladimir, familiarmente Vova. 

 

  Personalizar…Ahora que hay una campaña electoral aquí al lado y que hay dirigentes que no dudan en fotografiarse en las granjas… qué le podrían prometer a un paisano que me encontré hace muy poco paseando por una de las maravillas geológicas de Cantabria. A primera vista podía ser un palurdo con ganas de cháchara. Ganas de hablar tenía, como casi todos los solitarios, y de palurdo nada. Multiplicaba por doce con soltura –decía su edad en meses y traducía la de los demás- y había sido pastor en Arizona y Colorado a los 18 años. Podía decir alguna frase más o menos comprensible en inglés y lo que realmente quiere es no estar solo. Eso es más difícil de arreglar que lanzar bulos por las redes y hacerse fotos en las granjas.

Foto: Iglesia de los Jesuitas de Lvov. Julio 2019. Tras el letrero, fotos  de los "mártires" del conflicto de 2014

1 comentario:

  1. Confieso que he de releerlo para sacarle el jugo,yo soy de las que no se quedarme con un vistazo, del mismo modo que no se limpiar por encima. El tema es muy serio,de preocupar.

    ResponderEliminar