domingo, 12 de diciembre de 2021

Llover, escampar

 

A ver si dejamos de anunciar: “con la que está cayendo”, que luego cae de verdad y se acercan auténticos desastres. Tres semanas de lluvia intensa por aquí, con pocas treguas, hacen que este soleado domingo y la previsión para los próximos días nos haga ver el mundo de otra manera. Otra expresión con menos adeptos en la actualidad es la de lo que aprieta Dios sin llegar a ahogar, aunque a veces falte la respiración. El Papa y Yo…landa podría ser un titular de cierto éxito y también una incitación a la manipulación. Personalmente no lo he entendido bien aunque siempre queda el consuelo de ver que muchos otros lo han entendido peor. La que anunció una cumbre comunista en el Vaticano probablemente no fue a catequesis el día que hablaron del camello, el rico –que pueden ser dos individuos distintos- y el ojo de la aguja.

De fondo y fuera de ninguna broma, el hecho de que a la cabeza de la Iglesia católica se encuentre una persona que, salvo el breve paréntesis de Juan XXIII, entronca con una escasa tradición en esa Iglesia: La de ser coherentes con el mensaje evangélico en su práctica cotidiana. En más de un siglo, y anteriormente nada, al menos desde que el catolicismo se convirtió en la religión oficial del Imperio romano, tres Papas –salvamos a León XIII- se han acercado con sinceridad, hay que dar ese margen de confianza, a una puesta al día de la Institución con los problemas reales de la gente, que desde hace más de doscientos años se relacionan con la industrialización y todos los cambios que ese sistema impulsó.

¿Es Jorge Bergoglio anticapitalista? Lo dudo mucho pero creo que Yolanda Díaz está lanzando un proyecto político mucho más cercano a la tradición socialdemócrata, de buena gestión del sistema, que de cuestionar el sistema en sí para lanzarse a la toma de cualquier palacio, de invierno o de entretiempo. La novedad de su proyecto se relaciona con que hace mucho tiempo que los partidos socialdemócratas renunciaron a hacer la política que se supone que les daba sentido. Y nombre.

 A diario vemos y/o escuchamos auténticos delirios que procura el sistema capitalista desbocado. Es el mercado, pudo decir un delincuente tratando de salvar sus propios delitos. Quién recuerda ya que Rodrigo Rato fue vicepresidente y estuvo a punto de ser presidente del gobierno de España y que dirigió el Banco Mundial… Ahora en la esfera que se entiende intocable, por privada, aunque drene recursos públicos de muchas cifras, el Banco Santander tendrá que pagar una cantidad cercana a los 70 millones de euros a un individuo al que no llegó a contratar. Supongo que es una decisión de un juzgado distinto a los que convalidan despidos sin indemnización o con unos pocos cientos de euros.

El trabajo del individuo en cuestión se relacionaba con la mejora en la cotización de las acciones del banco… No soy especialista, pero si ese día, parece que fue en Nueva York y supongo que no iban descalzos por el parque, Ana Botín hubiera decidido cenar sola y gastarse los 70 millones en comprar acciones del banco… Quizás éstas se hubieran revalorizado ¿no? Así, 70 millones de golpe, entrando un día en la Bolsa… Con tantos ejemplos de esos, es muy difícil creer en una sociedad de iguales.

Cerrando se me ocurre que ahora que Pablo Casado se ha ido a hablar de memoria nada menos que a Chile y a Argentina, que han dado pruebas de tener más y mejor memoria que la madre patria, a donde debería ir sin tardar mucho es al Vaticano. No digo yo que la memoria de Bergoglio sobre los años de plomo de las juntas militares de su país sea todo lo ejemplar que se podría esperar del que después ha resultado un Papa tachado de comunista… Pero precisamente por eso y porque Casado es de mucha obediencia evangélica, quizá pueda iluminarle. Todos cambiamos. Todos podemos cambiar.

Es que hace sol y habíamos perdido la costumbre.

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