ETA y un número a continuación, IV, V, VI, tuvo un significado en el pasado. El recordatorio de los diez años sin actividad armada de ETA no ha servido para mandar un mensaje claro a quien pueda sentirse heredero político de aquella actividad. Tampoco ellos se han decidido todavía a ser totalmente claros. Es uno de los mayores lastres con los que carga nuestra sociedad. Es la victoria del sistema democrático contra la irracionalidad mayor que lo amenazó y solo sirve para que cada bando o fracción trate de sumar a su cuenta particular. Llegará el día, yo no tengo duda, en el que la ciencia histórica pondrá a cada uno en su sitio y aunque se trate de desdibujar esa certeza científica con contraataques de aficionados, ya nos pasa en la actualidad, la ciencia acabará ganando. Solo que a muchos nos habrán privado de celebrarlo.
Lo tendrá más difícil la ciencia histórica del futuro a la hora de aclarar las relaciones entre los tres poderes del estado de derecho en el marco de la Constitución de 1978. No hace falta indicar que la falta de equilibrio entre los tres es de una gravedad extrema. Pues después de años de bloqueo y cual parto de los montes, esta semana se anuncian desbloqueos a gogó. Los dos partidos mayoritarios siguen operando como cuando representaban los dos a una parte más que notable del electorado: no explican las razones que les han demorado el acuerdo, tienen testigos muy conformistas en partidos que desde los dos extremos venían a revolucionarlo todo y… nos colocan una mayoría archiconservadora, por ejemplo, en el Tribunal Constitucional. Y ese conservadurismo no es lo peor de dos de esos magistrados.
Por otro lado, la confrontación menos frecuente entre Legislativo y Judicial también ha tenido esta semana página de oro y podría ser que la presidenta del Congreso acabe su carrera política en algún recurso de apelación ante instancias europeas… Quienes no hemos estudiado Derecho estamos en inferioridad de condiciones. La realidad tiene demasiadas aristas para los legos en leyes. En eso no hemos cambiado mucho respecto al Antiguo Régimen, quiero decir el antiguo, antiguo, el anterior a la revolución francesa. Otra herencia envenenada.
Menos mal que la esfera local ha contribuido con una noticia festiva. Temperaturas muy altas, relativamente frecuentes en otoño cuando soplan vientos de componente sur, han llevado a las playas a muchos ciudadanos. Yo mismo acompañé a mis nietos el martes a jugar en la arena. Solo nos mojamos los pies. Las aguas ya están frescas aunque el aire se aproximaba a los 30º C. En esas circunstancias, un joven decidió bañarse desnudo en una de las playas más solitarias de la capital. La crónica no advierte si una señora que lo denunció ya le vio entrar, pero quedó ofendida al verlo salir.
En un prodigio de rapidez, la Policía Municipal llegó a la playa cuando el ciudadano todavía no se había vestido. Cuenta la crónica que los agentes bajaron los 157 peldaños de las escaleras de acceso al arenal –supongo que después los subirían, y la señora denunciante y el bañista nudista-. Parece una crónica del siglo pasado o anterior pero es de esta semana. La policía local denuncia a ese ciudadano por “exhibición obscena” aplicando la denominada ley mordaza… Y la Delegación del Gobierno deberá ejecutar la denuncia o no.
Quizás es el momento de definir, como en tantos municipios costeros de nuestro país, incluyendo ciudades del prestigio turístico de Barcelona, Cádiz o San Sebastián, en qué playas o en qué zonas de algunas playas de la capital, no es delito ni falta olvidar el bañador en casa… Quien crea que este Ayuntamiento no tiene problemas mayores es que no vive por aquí cerca pero sorprende la diligencia en esta represión cuando otros asuntos, claramente más importantes, se demoran años.
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