domingo, 7 de febrero de 2021

Candelas

Ha llovido, pero muy poco, en el día de las Candelas. Quedará invierno o no. Como siempre.

Hace dos semanas aquí apareció una convocatoria que trataba de poner la guerra de Yemen en la portada y hacer recapacitar a la nueva administración de los EE.UU.  Ahora Biden ha hecho la llamada más seria en lustros a los saudíes. La guerra no se puede ganar y al final es posible que la monarquía feudal wahabita agradezca el gesto. Echar la culpa a los infieles siempre será una buena excusa. El wahabismo ha demostrado su poderío en paralelo a los precios del petróleo. Las energías alternativas pueden colocarlo en el lugar del que no debió salir. Como cualquiera de las demás creencias de todas las religiones, mejor en la esfera de lo privado.

Más hacia Oriente, hay estudiosos que presentan la nueva realidad de China, auténtico gendarme universal ya, como una reformulación del capitalismo.  A cada uno lo suyo: El PP y Maria Dolores Cospedal lo avalaron el día de Sant Jordi de 2013.

https://www.pp.es/actualidad-noticia/cospedal-firma-un-memorandum-entre-pp-partido-comunista-chino

La reformulación no nata de Sarkozy ya se ha olvidado y el  modelo sueco que tanto motivaba hace cincuenta años, es ahora una pura utopía. Otro modelo social estable, como el de Alemania y su fórmula de coalición universal, encuentra, con la jubilación de Merkel a la vista, un difícil  encaje con políticas ambiciosas de derechos humanos. Si hay un gasoducto por medio tampoco es cosa de ponerse muy delicados con los rusos: Menudo papelón el de Borrell en Moscú. Si el modelo chino acaba siendo el paradigma del capitalismo de este siglo, a mí me van a ir apuntando en el anticapitalismo.

Tengo una relación personal con Alcalá de Henares de esas que se labran a base de noches dormidas allí. Seguramente ocupa el tercer puesto en mi historia vital. Un curso completo debe dar por lo menos, descontando vacaciones y puentes, más de doscientas noches. Solo Santander y Barcelona están por delante en esa clasificación.  Por si no fuera suficiente, residen allí amigos de esos que parecen familia. Me importa mucho todo lo que suceda allí. Y ahora ha habido otra explosión. De maldad. De esa que se comentaba aquí la semana pasada. Y la réplica del más de lo mismo: Son “mis” sinvergüenzas y a mis sinvergüenzas ni tocarlos.

Otra cuestión son los sinvergüenzas de los otros. A esos más leña que al mono. Con las mejores cifras de gestión de la pandemia, en las últimas semanas solo por detrás de Canarias, se puede pedir aquí la dimisión o como mínimo la reprobación del consejero de Sanidad y callar o defender la postura de kapo nazi de la médica alcalaína.  También hay quien reclama  más vacunas al sursum corda y no recuerda las medallas que se autoconcedieron cuando los dirigentes europeos del grupo popular, sí, con Úrsula von der Leyen a la cabeza, parecía que gestionaban este embrollo con alguna corrección. Ahora que la diana ha rodeado a doña Úrsula, no he escuchado a nadie de por aquí recordar la adscripción partidista de la presidenta ni meter el dedo en el ojo a la industria farmacéutica, que muchas veces parece como si se dedicara a un sector menos vital.

Y en su toma de posesión y en la fiesta de su rehabilitación –enhorabuena- política, el consejero López Marcano ha lanzado un reto a Revilla para 2023. O a mí me lo ha parecido. Emplazar como inexcusable la presencia de Revilla en la cabeza de la  lista regionalista, seguramente tiene gato encerrado. Hace lustros que Revilla amaga con retirarse, que ha prometido por todas las hoscas y tasugas de la región que esta vez, y la otra y la siguiente, es/era la última… Aunque sea más claro el color de su piel, el PRC necesita una Kamala Harris dentro de dos años, con treinta años menos que el presidente y sin problemas de riñón. O no. Como lo del invierno, las candelas y la marmota.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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