El diccionario más oficial de nuestra lengua, RAE, en su
acepción número 23, que ya es descender y que es la última, dice que “figura” también
es, coloquialmente, una persona que sobresale o se distingue de otras y que se
utiliza en sentido irónico y ejemplifica: “El tío es un figura que quiere
hacerse famoso como sea”.
Poco más que añadir, ¿no? Como no tenemos entre manos nada importante y esta sociedad nuestra se divide con facilidad entre culés y madridistas, béticos o sevillistas, taurinos y anti… Ahora, ya se han formado los bloques: A favor de, y en contra, del presunto artista. Y que conste que tengo una visión muy amplia del Arte y mucha prevención a la hora de utilizar presunto, que también tiene al menos un par de acepciones. Y después está el término en portugués: Jamón. Favorable sin reservas.
A los que tenemos cierta edad y no fuimos pasivos contra la dictadura, nos tienen muy poco que contar de la libertad de expresión, y de la de asociación y de la de manifestación, y del conjunto de todas ellas, que es solo una. Y de sus límites. Durante la dictadura caían doce años de encierro por saltar esos límites y no era fácil que se rompieran escaparates para reclamar la libertad de un preso por, pongamos, propaganda ilegal. Todavía quedan personas que lo sufrieron. Lo pueden contar. Pero era la dictadura.
Hay quien dice, aquí y ahora, que vive en un estado fascista. Pregunten en casa. Padres o abuelos se lo explican rapidito. Montar dramas cuando solo hay sainetes, o poco más, no es propio de artistas verdaderos. Y sí, llámenme raro, o lo que es peor, equidistante, pero estoy en contra de todo abuso policial y de los desórdenes callejeros que causan daños que pagamos todos. Y tan en contra del supuesto, otra acepción de presunto, artista como de la presidenta de Madrid que ha llevado su estilo más barriobajero a la Asamblea de su Comunidad. Nuestra sociedad es más fácilmente divisible que el bebé aquel de Salomón y con sectores, puede que amplios, partidarios de confundir velocidad y tocino o culo y témporas. Después tenemos los figuras. Y mi corrector, que no debe tener el hilo de la RAE, me hace subrayados.
Un figura puede simpatizar con los desórdenes porque los provocan antifascistas ¿Estás seguro, Echenique, de que son antifascistas? ¿En qué lo has notado? Y si no lo fueran, ¿sería condenable? Esta moral a trazos, intermitente, debería llevar a alguna reflexión. Como a buena parte de los medios de comunicación que tienen montado el pimpampum contra el gobierno y todo vale y si hay que mentir, se miente. O se manipula. Todo vale cuando todo vale. Como si no se valiera el gobierno, en solitario, para hacerse todo el daño que pueda.
Me llaman especialmente la atención los figuras del poder judicial. ¿Ejercen de contertulios en horas de oficina o hacen extras? Opinan sobre la formación de los médicos o sobre la presencia de comunistas en cualquier rellano de escalera. Faltaría más. ¿No hay temas en las oposiciones a jueces que ilustren sobre el papel de las diferentes fuerzas políticas en el proceso de cambio que llevó de la muerte del dictador a la Constitución de 1978? ¿Sabe algo de Jordi Solé Tura un altísimo magistrado castellano-leonés –Pepete para los amigos-? Sin necesidad de instrucción básica, hay cadenas de televisión que pagan a diario a colaboradores/as, más de lo que supone mensualmente una pensión media de jubilación. Un drama nacional-educativo.
No quiero que se me escape ni una semana más la Asociación de hostelería de esta región, con su presidente y su aparato jurídico en cabeza. Están entre mis figuras favoritos. Cuando todo esto pase, se podría promover que los hosteleros no pertenecientes a la Asociación, que son muchos, se identifiquen. Así todos sabremos dónde entramos. Preciso para quienes leen deprisa: Hablo de la Asociación, no de los hosteleros. ¿Necesitan, para reclamar sus justas indemnizaciones, poner en tela de juicio las decisiones administrativas y judiciales que tratan, a veces incluso lo consiguen, de protegernos a todos de la pandemia?
Si yo fuera rapero, y no tengo edad, mi última estrofa aclararía que todo puede ser un malentendido. Al fin y al cabo empiezo a no ser de este mundo. El jueves me enteré en un programa de radio de que existe una cantante muy popular de la que no había escuchado, nunca, nada. Tiene partidarios de su versión anterior y otros que la prefieren ahora, parece que con uñas muy artificiales. Y no tengo cuenta en Twitter. Y el jueves me puse a mirar el televisor como una vaca al tren. No lo había hecho desde las campanadas de Nochevieja. El Perseverance llegó a Marte y debe su nombre a un alumno de Secundaria. Una esperanza.
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