La resaca de la pandemia ha hecho
que me decida a pasar una buena parte del verano en casa, y el resto, en
territorios conocidos y, aparentemente, seguros. Viviendo en una zona tan
visitable, es muy probable que este sea un verano de reencuentros familiares y
comidas con algún descontrol… Pero recibiendo agasajos sobre lo afortunados que
somos por vivir aquí…A pesar de todo lo que hemos intentado molestar a la
naturaleza.
A pesar de todo, y de los cupos
cerrados para entrar en algunas playas. No me importa confesar que ni en la
peor pesadilla pensé que eso pudiera ocurrir y ya lo he visto. Las pleamares de
esta primera luna llena del verano dejan nuestras playas con poca superficie.
Sumamos buen tiempo y fin de semana y… Lleno hasta la bandera en sentido más
literal que nunca…Hay nativos que sabemos contrarrestar ese fenómeno: Madrugar
un poco y utilizar la bajamar. Ayer domingo he conseguido bañarme en una playa
a menos de quince minutos de casa en la que solo había dos personas más. Eso
sí, saliendo del agua a las diez de la mañana. Me ha parecido más duro encontrar auténticas procesiones ciudadanas en la bajamar nocturna. Lo que hasta hace muy poco era un rito de especialistas, silencioso, para observar la biología marina en calma, se ha convertido en aventura de parque temático, con niños que no han sido advertidos de lo contraproducente del ruido... y mediante pago de entrada. Mal, muy mal.
Playas, comidas, un poco de bicicleta y otro poco de
senderismo…No necesito mucho más para sentirme en unas vacaciones afortunadas.
Pero no va a durar mucho este estado de tranquilidad dentro de un orden, sin
mirar hacia la comarca de Lleida, ni a la Marina lucense, ni a algún valle guipuzcoano, ni siquiera a nuestra calle Nicolás Salmerón. El domingo próximo hay elecciones en dos de
las nacionalidades históricas definidas en el texto constitucional, más o menos
definidas, y según las divisiones blindadas de la comunicación, los resultados, mediante encuestas de encargo, ya se están escrutando una semana antes de que se pronuncie la ciudadanía. Con el ABC, sí, ese
mismo del que ofrecí una portada histórica hace unas semanas, como unidad de vanguardia: La ofensiva polaca de septiembre de 1939...
No son territorios muy favorables
para comprobar cómo ha salido el gobierno de la gestión de los primeros embates
de la pandemia. Pero parece que quien puede cosechar peores resultados no es el partido socialista. Eso puede ayudar a explicar el ruido que se está montando desde la otra formación que participa en el gobierno de España. No sé si hay fuego amigo en Podemos en este momento. Quizá ya no quedan amigos. Pero el fuego amigo siempre ha matado mucho. Alguna prueba reciente: El Page manchego
y su amor hacia un negocio privado en la enseñanza, junto a los restos de las
carrozas del viejo PSOE… quizá alguno tenga relación con la difusión de un
desnudo involuntario de un concejal socialista de Torrelavega. La acción no es
para aplaudir, pero quizá, otra vez quizá, sin la colaboración del fuego amigo, la difusión hubiera sido menor. Miserias de este calibre mientras el mundo se
contagia. Cada vez más difícil de explicar al posible extraterrestre que se nos pudiera acercar.
Nivel de dificultad de explicación solo comparable al de nuestra familia real, que también está ayudando mucho a que rebroten virus variados.
No hay comentarios:
Publicar un comentario