Me van a perdonar un inicio un poco farragoso pero
precisiones históricas me obligan. Esta entrada se la voy a hacer llegar a una
famosa periodista de la radio. Pepa Bueno ha entrevistado hoy a un
dirigente de ERC. Joan Puigcercós
cree que hasta hace muy poco las celebraciones del 11 de septiembre no han sido
masivas. Ha llegado a hablar, no es estrictamente textual pero muy aproximado,
como quien dice de cuatro gatos,
supongo que hasta que la celebración ha cobrado un sentido mayoritariamente
independentista.
He vivido quince años en Barcelona y eso incluye algunos 11
de septiembre. En esa fecha de 1970 todavía tenía un examen pendiente en
Santander y ayudaba a unos amigos en el rodaje de una película vanguardista. Hacía
una semana que en Chile había ganado las elecciones Salvador Allende aunque la votación final, parlamentaria, que le
llevó a la presidencia de aquel país fue
en octubre.
En esa fecha de 1971 si estaba en Barcelona, me movía
bastante, después de salir de trabajar, por los alrededores de las Ramblas y no
recuerdo absolutamente nada que pudiera recordar una reivindicación política y
eso que en esa fecha dice la Wiki que falleció Kruschev. Faltaban unas semanas para la presentación de la Assemblea
de Catalunya, organismo unitario de la oposición que condujo casi todo el
proceso de lucha por las libertades en aquel territorio. En esa fecha de 1972 el
servicio militar obligatorio de mantenía entre Burgos y Santander.
Recuerdo muy bien el 11.09.1973. Yo empezaba una nueva
vida tras la mili y recuerdo algún altercado en Canaletas, pero creo
sinceramente que las primeras noticias del golpe en Chile alimentaron esos
incidentes más que una reivindicación nacionalista y yo, activista de la oposición, ignoraba entonces el
significado histórico de la fecha. Tengo en blanco los dos años siguientes.
Quizá había retrasado mis vacaciones. Me gustaba hacerlo cuando podía.
Y ya aparece el 11 de septiembre de 1976. El señor Puigcercós
no había cumplido diez años en esa fecha. Seguramente no se acuerda, pero a la
vez, también estoy seguro que le suena que fue la primera gran manifestación
tras la muerte de Franco. Se acuñó
una cifra de unos 70.000 participantes, el gobernador civil desterró el
encuentro a Sant Boi, era un día laborable, había estado prohibido el acto
hasta horas antes … No éramos cuatro gatos. Y al año siguiente, con las
elecciones de junio que habían dado una gran mayoría a la izquierda en
Catalunya muy frescas, con el grito a favor de la autonomía que se unía al que
en el resto de España reclamaba libertad y amnistía… en jornada laborable, en
el Paseo de Gracia se dijo entonces que habíamos estado entre un millón y millón
y medio. Muchos gatos.
Me gustaría evitar juicios de valor pero si un ciudadano
nacido en 1966 recuerda los actos del 11 de septiembre como muy minoritarios
tiene que ser por no haber asistido a los que se convocaban con carácter unitario
en torno al cruce de la Gran Vía y el Paseo de Gracia. En 1978 empezaron incidentes de alguna violencia en el Fossar de
les Moreres al término de la gran manifestación unitaria. Yo nunca asistí a
esos actos pero me consta que mientras viví en Barcelona si eran muy
minoritarios. Las declaraciones de hoy del señor Puigcercós avalan una tesis. El
soberanismo ha reconvertido esa fiesta.
Me gustaría que el gobierno español hubiera reaccionado de
forma distinta ante el conflicto que se ha ido agigantando en una tierra en la
que conservo algún pariente y la mitad de mis mejores amigos. Una tierra
cuya lengua e historia conozco con cierto detalle. Pero a la vez no dormiría hoy tranquilo si no
recordara el asesinato de Allende y de la democracia en Chile y el atentado terrorista
que en la misma fecha de 2001 se cobró miles de víctimas inocentes en Nueva
York. El conflicto catalán ha eclipsado
hoy las otras dos efemérides. No me gusta. Puedo decirlo y lo digo y pienso
estar en Catalunya dentro de dos semanas. Quiero ver el final de la campaña en directo.
Ya me cuesta entrar aquí. Acaso Wordpress sea un agujero negro... Pero a lo que vamos.
ResponderEliminarOjo con esa memoria prodigiosa, pues chocará sin remedio con el gaznápiro que no la posee (no estaba donde dice) o la falsea deliberadamente (estaba bien alineado con los hijoputas). De estos asuntos versa la magnífica novela "El impostor" (J. Cercas), ambientada vayapordios en Barcelona.
Aquí nadie lloró delante del cadáver de Franco, en cambio había 7 millones de comunistas combatientes en la clandestinidad, alguno tan habilidoso para la clandestinidad que su padre era gobernador civil.
Quiere decirse que las manifas no dicen gran cosa. Claro que va gente sincera y meditadamente convencida (quién sabe si la mayoría), pero también van niños convenientemente disfrazados, van gregarios que lo mismo dicen una cosa y la contraria, y van esos peculiares oportunistas que en un Berlín portaron antorchas y banderas. En el momento de la verdad, es decir cuando los años vayan desdibujando las caretas, todos estuvieron allí o ninguno estuvo, quémediceusted o deningunamanera.
Respecto de la burda manipulación del número 1715, mejor lo dejo para otro día, que prefiero seguir tomando solo una pastilla diaria.
Te pasas un año. Es 1714
ResponderEliminarCierto. Hay una indolente amnesia que recorre el pensamiento independentista. Están pedaleando si darse cuenta de que se les salió la cadena hace unas cuantas décadas. Esforzados de la estulticia
ResponderEliminarNace en Weimar Carl Philipp Emanuel Bach, quinto de los siete hijos del Bach más famoso, que también alcanzará renombre como compositor.
ResponderEliminarEn el palacio inglés de Kensington, muere Ana I de Estuardo, que llevaba 12 años siendo reina de Inglaterra, Escocia e Irlanda.
De todo esto no fui testigo directo y tengo un recuerdo más bien vago. De hecho, aunque no estoy seguro, creo que dichos acontecimientos han influido relativamente poco en mi vida. En su día seguramente fueron la bomba, con corresponsales, espías y embajadores a tutiplén -las cancillerías obsesivamente al loro-, pero ha transcurrido el tiempo y nada es más dañino para la memoria.
Aquellos hechos tuvieron lugar en 1714. Naturalmente, he tenido que recurrir a un catálogo de efemérides para desvelarlos. A fin de cuentas, eso es un libro de Historia: un catálogo que se hilvana con ciertos pensamientos añadidos y que vaya usted a saber.