lunes, 8 de diciembre de 2014

Reforma o derribo



Una ventaja, seguramente la mayor, o la única, de no salir de puente, es que no hay que regresar. Así, en esta primera hora de lunes festivo me dedico a lo que me he dedicado durante la mayor parte de los lunes del año. Además, aunque no parezca muy creíble, un tercio de mis lectores no me leen desde España. Casi la mitad de ese tercio lo hace desde los Estados Unidos. Si alguien tiene una explicación y me quiere un poco, que empiece a tratar de compartirla. Gracias.

Antes de que este blog sea etiquetado como un recordatorio de efemérides más o menos históricas, va una confesión. El pasado sábado, en el aniversario del referéndum que sancionó la constitución que nos rige, uno de los primeros recuerdos que me asaltó no fue nuestro paseo por la trasera de la feria de muestras de Barcelona, calle Méjico, camino del colegio electoral. Ni que voté esa constitución con un adhesivo en el pecho de un partido en el que entonces militaba y que pedía el si porque esa constitución abolía la pena de muerte. No.

Mi primer recuerdo del 6 de diciembre no se remontó 36 años. Solo la mitad. Adopto durante un par de líneas un estilo que no me gusta nada pero que ha hecho que el autor sea académico y, supongo, millonario, gracias precisamente a ese estilo. Mi primer recuerdo del pasado sábado fue para el gilipollas que hace 18 años, la mitad de 36 curiosamente, era portavoz del gobierno de Aznar. La constitución se ponía de largo y tal… Hasta aquí hemos llegado. Y ahora que si necesita reformas o derribo. Cuántos llevan en su casa más de 36 años y no han cambiado ni la caldera, o alguna ventana, algún pavimento… alguna remodelación más seria, tirar un tabique, cerrar una terraza… Seguramente la mayoría ha hecho algo de eso.

Que la constitución del 78 sea intocable en este momento para los que menos confiaron en ella hace 36 años, está en la misma onda de gracias diversas que nos acompañan últimamente a los españoles. Que no se precise el alcance de la necesaria reforma tampoco deja de ser gracioso. A mi no se me hubiera ocurrido dejarle libertad total al contratista para la reforma de mi casa. Bastante se disparaban los precios de obras ajustadas. ¿Es más barato una vivienda nueva que reformar la antigua? Hay casos en que eso ocurre. Lo que se ha hecho hasta ahora con la constitución, en comparación con lo que falta, es como cambiar la goma de la olla a presión. La mía tiene dos años más que la constitución. Y no pienso tirarla. Pero le cambio lo que hace falta cuando hace falta. Y eso ha incluido la válvula, varias gomas, asas, cierre...

No se cuántas veces iré al cine antes de que termine este año. Pero una curiosidad tremenda es que una de las primeras películas que he visto en 2014, y la que hasta ahora es la última, tenían parte del argumento común. Hacerse mayor, envejecer, llegar a la ancianidad. Gloria, chilena, abordaba diversos aspectos de la vida a edades muy maduras incluyendo, sin tapujos, aspectos de la vida sexual. Engaños incluidos. Su última carrera, alemana, otros aspectos de la vida individual y de pareja en edades todavía más avanzadas. Las residencias de ancianos, la pérdida de la compañera de toda la vida…alguna ventana a la necesaria esperanza en la ola de vejez que lo inunda todo. Constitución del 78 incluida.

Me queda otro lunes pero a modo de compromiso va este aviso final. En diciembre de 1964 yo era un adolescente con el pantalón largo recién estrenado. Se cumplen  50 años de tres hechos que me golpearon con dureza. Dos son de intrahistoria familiar. Pero el miércoles 17 es el 50 aniversario del naufragio del Saint Patrick, un mercante liberiano con mayoría de tripulación española. Ocurrió en las islas Aleutianas y yo conocía a uno de los marinos desaparecidos. (Continuará)

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