El pasado miércoles se celebró el 66º aniversario de la
Declaración Universal de los Derechos Humanos. Mucho ha llovido desde 1948. Hay
mucho por hacer en ese terreno, pero el aniversario coincidió con la
oficialización de lo que hasta ahora era un #pareceque… Los Estados
Unidos, su senado, su presidente, reconocen que las prácticas instauradas
después del 11S están muy lejos de cumplir con la declaración de Paris de hace
66 años. La tortura parece que ha dejado de ser práctica aberrante. Si el fin
justifica los medios, las democracias dan la razón a los totalitarismos, a los
terrorismos de cualquier signo.
Nuestro ministro del Interior, meapilas oficial, también
tiene una peculiar manera de entender la declaración de 1948. Con su nueva ley,
que supuestamente incrementa la seguridad, las prácticas irregulares se
instalan en el ordenamiento jurídico. Decir cosas de éstas,
dentro de unas semanas, cuando la ley esté en el BOE, puede significar una
multa inabordable para un jubilado. Trabajan tanto, lo dice la vicepresidenta,
que no tienen tiempo para gastar lo que ganan. Eso si que es un divorcio. No le
pasa a casi nadie más entre 45 millones. El gobierno, con su mayoría absoluta,
tiene un problema realmente minoritario. Soraya
seguidora de la broma antigua de #nosemeacabalapastaniquemándola. Quién nos lo iba a
decir.
En el PP sobran bromistas. El alcalde de Valladolid sigue
empeñado en lucirse con declaraciones vergonzosas y nadie le recomienda un
bozal. Claro que al jefe no le gana nadie. Mariano
se descuelga ahora con lo de la crisis como historia del pasado. Si claro,
lo difícil es encontrar historia que no sea del pasado. En ese caso, hay que
poner un nombre distinto. Cuadrando el círculo también se puede hacer reír
mucho.
Otra historia, que parecía del pasado, es resucitada por el
presidente Diego. Aunque parece
soso, también hace reír y saca, en el último tramo de la legislatura, un pájaro
que parecía fallecido. Un remedo de AVE. Otra vez. Cansancio de aquí a la
eternidad…
Me estaba moviendo yo en un ambiente triste, pese a los
empeños del PP por alegrar las fiestas, con el recuerdo anunciado la semana
pasada de un naufragio en aguas de Alaska hace ahora 50 años. Allí desapareció
un vecino del pueblo. Graciano. En
aquel momento me podía doblar la edad pero era muy amigo de mi abuelo. La
desolación en su familia fue muy compartida por todos los vecinos. En esa
víspera de Nochebuena llegó también la noticia del fallecimiento de mi tío
Ángel, hermano de mi padre que vivía en California… Un hermano de mi abuela
murió en mi casa el día 31… Las navidades de hace 50 años fueron tremendas y
ayer me entero de otro fallecimiento mucho más cercano.
El Saint Patrick, que naufragó en las Aleutianas el 17 de diciembre de 1964, con un vecino de El Tejo a bordo
No puedo decir que era mi amigo pero teníamos muchos amigos
comunes. Le conocí cuando se dedicaba a una tarea anterior, promocionando
quesos de calidad. Joan Barril ha
sido una referencia entre los que hacen periodismo en esta parte del mundo.
Todavía en su necrológica he visto destacada su proximidad al partido
socialista. Eso engrandece lo que sigue. No creo que en la primavera de 1987
hubiera muchos subscriptores a El Món en Cantabria. Yo era uno.
Un editorial firmado por él, condenando los hechos sucedidos
en Reinosa aquel abril que acabaron con la muerte de un trabajador de la Naval,
era tan duro con el partido que gobernaba entonces, con el delegado en
Cantabria de aquel gobierno… que me impulsó a traducirlo y se lo pasé a un
amigo de aquí, muy cercano a los socialistas. No sirvió de mucho. A las
siguientes elecciones el PSC-PSOE se presentó en Reinosa con el mismo lema
electoral que en los otros 8.000 municipios: las cosas bien hechas. Reinosa:
las cosas bien hechas, en 1989, sangraba literalmente. El PSOE perdió
Reinosa. Después… incluso Barcelona. Descansen en paz todos ellos.
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