lunes, 23 de junio de 2014

Fuero y huevo




El fuero del rey debe estar marcando tendencia en las últimas horas. Respeto tanto a la Historia y a la mayoría de historiadores, que creo que no me voy a lanzar por el recordatorio del tiempo en el que las villas crecían y prosperaban gracias a un favor real en forma de fuero que, normalmente, establecía una alianza entre las incipientes burguesías urbanas y el rey para desplazar a los otros poderes de la época. Feudalismo en estado puro.

Una de mis primeras tomas de contacto académicas en Santander, de vuelta de una estancia de quince años en Barcelona en donde entre otras cosas había obtenido una licenciatura universitaria relacionada con la Historia, fue un curso monográfico sobre el VIII Centenario del fuero de esta ciudad, entonces villa,  desde la que escribo. Era 1987 y no he tenido que recurrir a la Wiki para recordar que el fuero de Santander es de 1187. Casi un cuarto de siglo antes Castro había obtenido el suyo. Los de Laredo, 1200  y San Vicente, 1210, completan la nueva situación para las cuatro villas de la costa de la mar del Reino de Castilla que prosperaron durante más de un siglo de una manera continua gracias a esas disposiciones reales.

El rey Padre, Juan Carlos I, parece que también ha prosperado mucho desde 1975. Se le calcula una fortuna de las sonoras a escala planetaria. También podrían llegar a los juzgados pleitos sobre filiación. No se pueden dejar casos tan importantes en manos de jueces básicos, quizá incontrolables. Y hay prisa para arreglarlo y muy poco sentido del decoro a la hora de anunciarlo.

En la maniobra de arreglar lo suyo a costa de lo que sea, a la que nuestras autoridades se han entregado sin desmayo desde hace dos años y medio, y que podría haber contado con la colaboración de altos estrategas, hay que poner mucho relieve al tema de la justicia gratis y las nuevas tasas judiciales. ¿Quién pelea ahora por el fuero? Con lo que les está costando a los que pelean por su propio huevo (preferentes, hipotecas enloquecidas/enloquecedoras…) no está el tema para la pelea por el fuero. La igualdad ante la ley se ha ido definitivamente a pique en esta esquina de Europa. Puede que siempre haya sido así pero ha habido momentos en que el disimulo era mayor. El descaro actual va a contaminar el recién estrenado reinado del rey Hijo, Felipe VI.

Como el misterio de la Trinidad está para lo que está y no hay que darle al César lo que es de Dios, nadie debe esperar un rey Espíritu Santo. Nadie. Hoy mismo se ha producido un relevo en la jefatura de la Casa del Rey. No se puede decir que no haya sido rápido.  Si Felipe quiere proponer un new deal a los ciudadanos, tiene menos de un año para convencer, en primer lugar a Rajoy y al resto de los aparatos de los partidos que han ostentado el poder desde 1978. En Madrid, en Barcelona y en Vitoria.

Unas elecciones generales en mayo de 2015, generales de verdad, locales, autonómicas y a Cortes Constituyentes, a ser posible unicamerales, podrían dar fortaleza a la nueva situación que se ha ido abriendo paso a lo largo de este mes de junio caluroso y húmedo.

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