El fuero del rey debe estar marcando tendencia en las
últimas horas. Respeto tanto a la Historia y a la mayoría de historiadores, que creo que no me voy a lanzar por el recordatorio del tiempo en el que las
villas crecían y prosperaban gracias a un favor real en forma de fuero que,
normalmente, establecía una alianza entre las incipientes burguesías urbanas y
el rey para desplazar a los otros poderes de la época. Feudalismo en estado
puro.
Una de mis primeras tomas de contacto académicas en
Santander, de vuelta de una estancia de quince años en Barcelona en donde entre
otras cosas había obtenido una licenciatura universitaria relacionada con la
Historia, fue un curso monográfico sobre el VIII Centenario del fuero de esta
ciudad, entonces villa, desde la que
escribo. Era 1987 y no he tenido que recurrir a la Wiki para recordar que el
fuero de Santander es de 1187. Casi un cuarto de siglo antes Castro había
obtenido el suyo. Los de Laredo, 1200 y
San Vicente, 1210, completan la nueva situación para las cuatro villas de la
costa de la mar del Reino de Castilla que prosperaron durante más de un siglo
de una manera continua gracias a esas disposiciones reales.
El rey Padre, Juan Carlos I, parece que también ha
prosperado mucho desde 1975. Se le calcula una fortuna de las sonoras a escala
planetaria. También podrían llegar a los juzgados pleitos sobre filiación. No
se pueden dejar casos tan importantes en manos de jueces básicos, quizá
incontrolables. Y hay prisa para arreglarlo y muy poco sentido del decoro a la
hora de anunciarlo.
En la maniobra de arreglar lo suyo a costa de lo que sea, a
la que nuestras autoridades se han entregado sin desmayo desde hace dos años y
medio, y que podría haber contado con la colaboración de altos estrategas, hay
que poner mucho relieve al tema de la justicia gratis y las nuevas tasas
judiciales. ¿Quién pelea ahora por el fuero? Con lo que les está costando a los
que pelean por su propio huevo (preferentes, hipotecas
enloquecidas/enloquecedoras…) no está el tema para la pelea por el fuero. La
igualdad ante la ley se ha ido definitivamente a pique en esta esquina de
Europa. Puede que siempre haya sido así pero ha habido momentos en que el
disimulo era mayor. El descaro actual va a contaminar el recién estrenado reinado
del rey Hijo, Felipe VI.
Como el misterio de la Trinidad está para lo que está y no
hay que darle al César lo que es de Dios, nadie debe esperar un rey Espíritu Santo. Nadie. Hoy mismo se
ha producido un relevo en la jefatura de la Casa del Rey. No se puede decir que
no haya sido rápido. Si Felipe quiere
proponer un new deal a los ciudadanos, tiene menos de un año para
convencer, en primer lugar a Rajoy y
al resto de los aparatos de los partidos que han ostentado el poder desde 1978.
En Madrid, en Barcelona y en Vitoria.
Unas elecciones generales en mayo de 2015, generales de
verdad, locales, autonómicas y a Cortes Constituyentes, a ser posible
unicamerales, podrían dar fortaleza a la nueva situación que se ha ido abriendo
paso a lo largo de este mes de junio caluroso y húmedo.
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