lunes, 16 de junio de 2014

Alcahuete




 Tengo una cita dentro de una hora y no me puedo entretener ni para aclarar el titular, de momento. Como pensionista no tengo posibilidades para encargar a una agencia de detectives de Moscú el asunto y el asunto es ¿quién me lee en Rusia? Es que de una manera constante, a distancia de los Estados Unidos, faltaría más, en Rusia me leen mucho. En Norteamérica tengo familiares a los que les debe hacer gracia practicar su comprensión lectora de la lengua de algunos ancestros con los escritos de este primo. Pero en Rusia puedo jurar ante santos del este y del oeste que no conozco a nadie. Y en la estadística de este blog, Rusia figura en el quinto lugar, a distancia de Alemania y Colombia, y por detrás del solar patrio y el de los primos gringos.

En Alemania tengo familia y amigos y sobre Colombia he escrito y algún amigo me queda. Lo de Rusia no lo voy a entender de momento o sea que cerrojazo a ese asunto y a polemizar con las cosas dinásticas que es lo que se va a llevar en los próximos días. También es posible que se abra paso lo del Mundial de Brasil. La paliza que nos dieron los de los Países Bajos el viernes no solo nos ha devuelto la final de Sudáfrica, era también por lo de los tercios de Flandes, el antepasado de Cayetana y a saber que rencores más nos tenían en una de las bases de aquella leyenda negra que tanto gustaba a los de las lucecitas de El Pardo.

Pues mira Mariano, ahora que estabas a punto de atreverte con un #Españavabien2, lamento comunicarte que hay muchas posibilidades de que Zapi te gane en títulos futboleros. Para ser justos no estaba fácil que pudieras empatar. Si el futbol se te acaba y te tienes que centrar en lo tuyo, despide a Floriano ya. Hay programas de humor en radio y televisión donde el elemento será bien recibido. Pero que desde el alto cargo que ostenta ¿es alto, verdad? en el partido que ¿nos gobierna? se atreva a decir lo que ha dicho sobre el cumplimiento de los programas electorales, solo se puede considerar en tono de broma. El tío es un cachondo y lo intenta disimular con las corbatas que se pone.

Y ahora lo dinástico, no se me vaya a olvidar. Solo un diputado socialista me va a seguir pareciendo coherente, Odón Elorza. Si alguno de mis amigos que todavía siguen encuadrados allí quiere, lo podemos discutir. El asunto del alma republicana en un cuerpo monárquico no se le ocurrió, me parece, ni a San Agustín ni a Santo Tomás. Lo de las dos ciudades no iba por ahí. Podían haber sido best seller en su momento por la parte de Túnez o entre Roma y Nápoles, que yo una vez visité la abadía de Monte Casino, y el impresionante cementerio que recuerda lo que les costó a los aliados llegar a Roma, y allí al lado estaba el pueblo de Santo Tomás. La escolástica para quien se la trabaja han decidido en Ferraz y allá se han ido todos menos dos o tres.

Como siempre que uno de los dos grandes partidos, en un sistema bipartidista, se dedica a no-se-sabe-qué, el cuerpo, el monárquico y el republicano, el cuerpo de la ciudadanía, al completo, sufre. Y ahora, entre el merengue y el almíbar de la coronación, la subida de glucosa está asegurada. Como daño colateral no está de más señalar que abjurando el PSOE de su historia y metafísica, por la parte del alma, se lo dejan mucho más fácil a los que asocian república a infierno con pocos o ningún matiz. Rojos rojísimos, hoces, martillos y #queseyoquemás

¿El titular? Parece que no voy a estar solo para decirle a Durao Barroso, al que nuestras autoridades académicas le dan una medalla esta mañana en el Real Sitio de la Magdalena, que lo que de verdad se merece es un viaje con billete solo de ida a Bagdad. Acompañando a Aznar, Blair y Bush. En 2003 fue el alcahuete de las  Azores y ahí empezó su carrera mundial, la que nos ha llevado a los europeos del sur a una miseria creciente y a los iraquíes a morir en cantidades industriales. Y siguen. Solo Blair ha intentado una justificación ante los últimos acontecimientos en Irak. La UIMP le condecora por tanto mérito acumulado. Otros vamos a manifestar nuestra condena.

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