lunes, 2 de diciembre de 2013

Gracias por la acción (Preferente)



No se los millones de pavos que habrán caído al otro lado del océano el pasado jueves, en la celebración de la acción de gracias, Thanksgiving, el momento del año en el que el país más poderoso de occidente se paraliza de verdad, más que en Navidad y Año Nuevo, más que el 4 de julio. Ha sido una semana en la que se conmemoró, a mi juicio poco o menos de lo esperado, o yo he estado más a otras cosas, el cincuentenario del asesinato del presidente Kennedy.

En esta orilla del Atlántico las acciones de gracias nunca han tenido ese relieve aunque la semana ha sido generosa en noticias relacionadas con otras acciones. Las protestas se encadenan mientras el mundo virtual en el que se mueve la mayoría de los dirigentes políticos y unos pocos ciudadanos de distintas profesiones que parece que todavía no se han enterado del volumen del iceberg contra el que hemos chocado, piden más música a la orquesta.

Condenas firmes a dirigentes que parecían estar por encima del bien, del mal y de la lotería nacional y sus colegas como que no va con ellos, que los demás también tienen lo suyo… Cuánto puede durar esto? Todos nos distraemos, es legítimo. Hay que respirar y si es posible reír un rato, y comer, y… entre la manzana y la previsión del tiempo te enteras, casi sin querer, que un montón de miles de familias no se pueden permitir poner la calefacción este invierno, y cuidado con las demás, la factura energética amenaza con disparatarse todavía más, mientras el ministro listo que nunca se cayó de su propio guindo parece que ha perdido algún envite frente a UNESA y a alguno de sus compañeros de pupitre. Es como si yo apuesto, pierdo, y alguno de los que pueda leer esto tiene que pagar.

Una gracia. La misma que va a tener cuando se vaya descubriendo el nomenclátor completo de los que cobraban de entidades hoy arruinadas, descapitalizadas, intervenidas, rescatadas, nacionalizadas,… por el mero hecho de no hacer nada. De nuevo salta a la primera plana el exministro y expresidente de Baleares, Matas, que buscaba y supongo que obtuvo, ese tipo de canonjías para su esposa o exesposa, que entre el es y el ex mi corrector me dispara el puño al mentón directamente.

Parece que algo parecido teníamos aquí mismo, en la caja local, con el marido de la secretaria general del PP, Cospedal… y las que van a ir cayendo. Salvo que se hayan borrado más discos duros de los que se sabe. Los créditos ¿perdonados? por los amigos políticos que gobernaban las cajas, ¿tienen algo que ver con la captación de activos en forma de estafa o algo muy parecido según va apareciendo ya en muchas sentencias?

Cajas de Ahorro #antiRobinHood, timando a gente llana para engordar a los amigos, ¿se podrá llegar a conocer el detalle y que literalmente no lluevan hostias de canto? Los políticos de los partidos mayoritarios, en el conjunto de España y/o en algunas comunidades autónomas, que han ocupado lugares de importancia en los consejos de administración de esas instituciones, empiezan a correr peligro.

Y nuestros conservadores reaccionan a la manera clásica. Siempre que el binomio autoridad/libertad corrió algún tipo de desequilibrio, en toda nuestra historia contemporánea, los conservadores eligieron el primer término. Ahora preparan una nueva legislación que merece duros calificativos, de hace pocos días, en el Guardian, el cual, la última vez que entré en sus páginas digitales no tenía el subtítulo de órgano del comité central de ningún partido comunista. 

http://www.theguardian.com/world/2013/nov/21/spain-government-strict-anti-protest-laws

Se parece mucho a una ley para proteger a los delincuentes. Esta legislatura 2011-2015 si ninguna providencia se apiada y la termina antes, puede ser realmente histórica a escala planetaria. Ningún bandido, en ningún momento histórico democrático que yo recuerde ahora, aspiró a tanto: Cambiar la ley para desproteger a las víctimas protegiendo a los culpables.

Y Forrest Gump en el ministerio del Interior, “es ofensa lo que ofende”. Tu ofendes a España Fernández, al menos a una parte nada despreciable de ella (pásate las cuchillas, de la valla de Melilla, por donde a mi se me ocurra, verás que erosiones más tontas)  y tus colegas, y muchos de los del banco de enfrente,… ¿Ofender? ¡Si que se nos ha puesto fina la piel! Yo el día que no pueda encender la calefacción voy a estar muy ofendido.

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