Alfonso. Es posible que sea injusto, pero
es mi protagonista semanal. Hay muchos ejemplos individuales, de miembros de la
vieja guardia socialista, que han tratado de salvar sus muebles a costa de
declaraciones que probablemente no benefician demasiado a su partido. Cada uno
tiene sus peculiaridades. Algunos están en altísimos cargos, europeos, en la
empresa privada,… Alfonso no, Alfonso sigue en ejercicio. Parece que es el
único diputado que lo ha sido ininterrumpidamente desde 1977 y con una edad que,
de haber sido funcionario, le hubiera obligado a jubilarse hace al menos tres
años.
Tiene su visión sobre lo que su partido debe hacer con sus
socios catalanes y la expresa como si no tuviera consecuencias. Otro bombero de
los que practican con gasolina. No recuerdo su opinión sobre el federalismo
asimétrico cuando la defendía ante el conjunto de ese partido y de la
sociedad, Pascual Maragall. Ahora
que la talla política del dirigente del socialismo catalán es menor, Alfonso no
duda en proclamar lo beneficioso que sería para el conjunto del PSOE romper con
el PSC.
Desde pequeño recuerdo una expresión muy poco piadosa/respetuosa
con las personas mayores: Ese viejo/a chochea. Yo tengo ya una
edad que me incluiría en el grupo que recuerdo de cuando era niño, pero Alfonso
Guerra tiene 10 años más que yo… a ver si, además de irrespetuosa, la expresión
infantil es cierta.
Hay encuestas recientes que radiografían los sentimientos
actuales de una parte muy notable de la población. La desafección de la que tanto
se habla, no es tanto con el sistema como con los dos partidos mayores.
Beneficiados desde 1977 por una ley electoral que, en la actual situación de
cabreo tan generalizado puede hacer saltar las costuras del propio sistema. Si
la legislatura se agota y cumple los dos años que queda, no parece imposible
que el próximo gobierno de España no pueda sustentarse ni en una gran coalición
de los dos partidos dinásticos.
En el campo de la izquierda, el sorpasso con el que soñaba Anguita
hace 20 años, puede hacerse realidad en muchas provincias. Empezando por las
catalanas. Sólo falta que en el PSOE, que está a pocas jornadas de una reunión
en la que parece que marcarán su rumbo político para el futuro próximo, se
impongan las tesis de Guerra. Ese sería el inicio de lo que creo que no ha
pasado nunca en esta etapa iniciada en 1977: Un PSOE extraparlamentario en
alguna provincia.
La otra parte de esa conferencia política, el relevo facial,
está previamente descartado. No es mi especialidad, pero creo que en las
técnicas de mercado es básico un cambio de aspecto del envase a la hora de
modernizar una mercancía. Justo ahora han corrido a declarar, mediante otro de
sus dirigentes de toda la vida, Jáuregui,
que la veleidad republicana ya no se relaciona con ellos. Hacerse
monárquico ahora mismo en España no deja de tener su mérito.
La amenaza de denuncia del concordato cuando se está en la
oposición mientras se cede lo que haga falta, dinero de todos para empezar,
cuando se gobierna o la última de ese capítulo, propuestas para el mausoleo de
Cuelgamuros cuando no hay posibilidad de que se abran paso y silencio o paneles
informativos, cuando hay alguna posibilidad… todo ello no ayuda a ganar
credibilidad.
El campo popular se ha convertido en un galimatías
básicamente financiero. Aquí, la indemnización previa al derribo de viviendas
ilegales, construidas creo que en el 100% de los casos con licencias de
alcaldes del PP, pondrá muy contentos a los que nunca han tenido vivienda, ni
han votado nunca al PP, a los que la han perdido por desahucio, y a muchos de
quienes si les votaron. En general a todos los que vemos lo que se hace con
nuestros impuestos, que no paran de crecer, cuando nos gobierna un partido
fanático del descenso de los mismos. Qué buena oportunidad para un proceso
judicial que no se demore lo que suelen demorarse y que acabase antes del final
de esta legislatura negando esa capacidad al presidente regional, al consejero
del ramo y a los diputados que, por 20 a 19, aplauden la medida.
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