lunes, 9 de septiembre de 2013

Continuamos




Aunque pudo parecer lo contrario, el mundo no se acabó la noche del sábado en Buenos Aires. Los análisis reales o imaginarios nos ocuparán ahora un tiempo y algo más tarde se olvidará. La clase dirigente de nuestro país lleva siglos jugando al azar, como el ciudadano desesperado que gasta sus últimos euros en algún billete de lotería o quiniela. Desde el supuestamente rico, casi siempre en apariencia, barroco, no por ello menos espléndido desde el punto de vista artístico, hasta bienvenido Mr Marshall, y hasta la tercera candidatura olímpica frustrada de la capital, seguimos montados en el cartón-piedra, pero tampoco somos Hollywood. La famosa marca España, ahora mismo es lo que es, algo más divertida por el concurso de la alcaldesa de Madrid.

En este segundo lunes de septiembre no tengo heridas mayores que lamerme en relación con ese trafalgar del sábado. Estaba más cerca del 9% que no se lo creía o quería, que del 91% de mis conciudadanos, que parece que siguen poco interesados en lo que ocurre y se cuenta fuera de las fronteras patrias. Un dato relevante para aficionados a juegos de azar no se ha tenido en cuenta. Las casas de apuestas online daban por seguro ganador a quien ha ganado.

Después está el aspecto ético y moral. Suspender un examen a manos y ojos del COI quizá no sea tan malo. Quiénes son ellos, quiénes los han elegido, qué representan, etc. De los tres españoles, sólo uno ha sido un deportista de relieve. Otro podría demostrar que el cargo es hereditario y la tercera, solo se explica por ser hermana del rey. No tengo mucho interés en cotejar si el pedigrí de los de fuera es semejante, pero hay cierto consenso en que no es muy distinto.

A mí esta semana no me van a distraer los de los cinco aretes- de oro, platino y diamantes- de mi propio dolor. Hoy es el aniversario de la muerte de mi padre y el sábado se cumple el cincuentenario de la desaparición de mi abuelo Julio, mi primera aproximación consciente a la muerte de un ser querido, muy querido. Días más tarde, la llegada del otoño hará que recuerde la muerte de mi sobrina Irene que nos dejó con quince años hace 30. Otro torpedo en la línea de flotación familiar. Si septiembre da para tanto dolor familiar, qué decir de lo de fuera.

Pasado mañana es aniversario, muy redondo en algún caso, de tres dolores diversos. El 11 de septiembre más lejano, en lo cronológico y en este momento en mi sentimiento, es lo que se celebrará en Catalunya, si, con ny. El cuarenta aniversario del golpe de Pinochet sigue siendo en mi sentimiento profundo el 11 de septiembre a secas. La muerte de Allende y la masacre de la experiencia chilena de los años 70 inundó de sangre el continente y borró muchas esperanzas. Algún responsable directo pudo obtener después el Nóbel de la Paz… Este mundo es muy difícil de entender al completo.

El estremecimiento del 11 de septiembre de 2001 me ha sido recordado hace pocos días leyendo a John Irving, la última noche en Twisted River… Sólo cabe esperar que no se elija pasado mañana para empezar otro conflicto, ahora en Siria y a manos de otro Nóbel de la Paz, parece que con el secreto apoyo de nuestro gobierno que no escatima charcos en los que meterse. Y si no es mucho pedir, que eso no ocurra nunca, ni en 11 de septiembre ni en cualquiera de los otros 364 días, lo cual no quiere decir que no haya que buscar una solución, otra solución, a los dramas que viven los sirios hace más de dos años.

Vamos, hoy también es el cumpleaños de dos personas queridas. Cris, Raúl, felicidades!

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