Aunque pudo parecer lo contrario, el mundo no se acabó la
noche del sábado en Buenos Aires. Los análisis reales o imaginarios nos
ocuparán ahora un tiempo y algo más tarde se olvidará. La clase dirigente de
nuestro país lleva siglos jugando al azar, como el ciudadano desesperado que
gasta sus últimos euros en algún billete de lotería o quiniela. Desde el
supuestamente rico, casi siempre en apariencia, barroco, no por ello menos
espléndido desde el punto de vista artístico, hasta bienvenido Mr Marshall, y
hasta la tercera candidatura olímpica frustrada de la capital, seguimos
montados en el cartón-piedra, pero tampoco somos Hollywood. La famosa marca España,
ahora mismo es lo que es, algo más divertida por el concurso de la alcaldesa de
Madrid.
En este segundo lunes de septiembre no tengo heridas mayores
que lamerme en relación con ese trafalgar del sábado. Estaba más cerca del 9%
que no se lo creía o quería, que del 91% de mis conciudadanos, que parece que
siguen poco interesados en lo que ocurre y se cuenta fuera de las fronteras
patrias. Un dato relevante para aficionados a juegos de azar no se ha tenido en
cuenta. Las casas de apuestas online daban por seguro ganador a quien ha
ganado.
Después está el aspecto ético y moral. Suspender un examen a
manos y ojos del COI quizá no sea tan malo. Quiénes son ellos, quiénes los han
elegido, qué representan, etc. De los tres españoles, sólo uno ha sido un
deportista de relieve. Otro podría demostrar que el cargo es hereditario y la
tercera, solo se explica por ser hermana del rey. No tengo mucho interés en
cotejar si el pedigrí de los de fuera es semejante, pero hay cierto consenso en
que no es muy distinto.
A mí esta semana no me van a distraer los de los cinco
aretes- de oro, platino y diamantes- de mi propio dolor. Hoy es el aniversario
de la muerte de mi padre y el sábado se cumple el cincuentenario de la
desaparición de mi abuelo Julio, mi primera aproximación consciente a la muerte
de un ser querido, muy querido. Días más tarde, la llegada del otoño hará que
recuerde la muerte de mi sobrina Irene que nos dejó con quince años hace 30.
Otro torpedo en la línea de flotación familiar. Si septiembre da para tanto
dolor familiar, qué decir de lo de fuera.
Pasado mañana es aniversario, muy redondo en algún caso, de
tres dolores diversos. El 11 de septiembre más lejano, en lo cronológico y en
este momento en mi sentimiento, es lo que se celebrará en Catalunya, si, con ny.
El cuarenta aniversario del golpe de Pinochet sigue siendo en mi sentimiento
profundo el 11 de septiembre a secas. La muerte de Allende y la masacre de la experiencia chilena de
los años 70 inundó de sangre el continente y borró muchas esperanzas. Algún
responsable directo pudo obtener después el Nóbel de la Paz… Este mundo es muy
difícil de entender al completo.
El estremecimiento del 11 de septiembre de 2001 me ha sido
recordado hace pocos días leyendo a John Irving, la última noche en Twisted
River… Sólo cabe esperar que no se elija pasado mañana para empezar otro
conflicto, ahora en Siria y a manos de otro Nóbel de la Paz, parece que con el
secreto apoyo de nuestro gobierno que no escatima charcos en los que meterse. Y
si no es mucho pedir, que eso no ocurra nunca, ni en 11 de septiembre ni en
cualquiera de los otros 364 días, lo cual no quiere decir que no haya que
buscar una solución, otra solución, a los dramas que viven los sirios hace más
de dos años.
Vamos, hoy también es el cumpleaños de dos personas
queridas. Cris, Raúl, felicidades!
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