Por estos días se cumplen 68 años del horror que se iba
conociendo sobre los terribles descubrimientos que, en el final de la guerra,
las tropas aliadas se habían encontrado en los campos nazis. Todos los
paralelismos que se quieran buscar con situaciones y épocas distintas no pueden
tener buen final. Pero no he sido yo el primero a quien se le ha ocurrido
comparar con el nazismo algunas de las últimas cosas que van ocurriendo en
nuestro país en esta guerra peculiar que ya llevamos tres años soportando.
Ayer domingo 12, en toda España se han vivido actos
conmemorativos del inicio de la protesta ciudadana, que no ha hecho más que
empezar, que hace dos años puso algunas de nuestras plazas, fundamentalmente la
Puerta del Sol de Madrid y la Plaza de Catalunya de Barcelona, en todas las
portadas de los informativos mundiales.
La coherencia, el combate por mantenerla a lo largo de la
vida, es uno de los más difíciles de una vida humana. Del regocijo poco
disimulado que algunos dirigentes del PP exhibieron en el principio de la
protesta de lo que ya está homologado y con significado sociopolítico universal
como 15M, al entender que en plena campaña electoral, municipales y autonómicas
2011, aquella protesta antigubernamental les favorecía, se ha pasado a lo que
no es fácilmente reproducible en horario infantil. La señora Cospedal, número dos de los populares,
rivaliza con Enzo Colloti y Angelo Tasca en los foros de entendidos
en totalitarismos de ese género. Pero estoy seguro que también sabe más que
nadie de bolchevismo. Es una lista, simulada y en diferido, pero una lista.
Pero en el otro campo, el del PSOE, no paran de saltar
sorpresas. Una de sus dirigentes jóvenes, que no hace muchas semanas llenó los
titulares por una crítica abierta a los modos actuales de la socialdemocracia,
y censuró incluso el lugar en el que se reunían, un hotel de cinco estrellas en
el marco de uno de los lujos más decadentes del continente, Estoril, hace pocos
días también ha arremetido contra los nuevos movimientos populares de protesta.
Lo que me deja mucho más confuso es que el propio Ramón Jáuregui, del que no hace muchas semanas ya tuve que señalar
algo en el mismo sentido, confesando mi respeto personal por el socialista
vasco, también se dedica ahora a hacer amigos en lo que
convencionalmente hemos situado a la izquierda del PSOE.
No sé si alguien con más eco que el que alcanza este blog
personal empezará a acuñar una nueva pinza, PP/PSOE, que radicaliza y sitúa en
el averno todo lo que no comulgue con el apestoso bipartidismo instaurado hace
35 años.
No veo más que dos salidas. Primera, los dos grandes partidos promueven un nuevo
reparto, con una nueva constitución, que posibilite salir del fuera
de juego a la mayoría de la población -la mayoría de los que tuvimos
algo que decir en el parto del sistema actual estamos jubilados o a punto, y no
somos, ni hemos sido nunca, radicales antisistema.
Segunda, las costuras saltan. La rebelión de los pecheros no
es fácil adivinar como se encauzará o como se institucionalizará pero lo que no
puede durar ya mucho es esta sobreexplotación. Los privilegiados se comportan
como marquesonas del XVIII y eso indigna mucho. La parte del presupuesto
destinada a pagar intereses de la deuda nos puede dejar en la más absoluta de
las miserias durante una generación, por lo menos. Y si quienes han recetado y
aplicado los recortes no ofrecen otro camino que perseverar en lo mismo…
Cualquier día de éstos se conoce la otra cara de las
preferentes y se arma la marimorena. Una cosa es que te estafen y que no esté
muy claro como se ha evaporado tu dinero. Y otra que se empiece a divulgar el
número y los beneficiarios de las condonaciones de créditos de las mismas
entidades. O sea, que se sepa quien tiene tu dinero. En ese momento yo estaré con
mi hermana y con mis amigos estafados y con todos los demás. Y los distraídos,
aquellos que tomaron los créditos y olvidaron devolverlos y
nadie se lo exigió, si tienen tiempo, deberían hacer las maletas. Ese día los
escraches dejaran de denominarse escraches.
En una ciudad archipacífica como ésta, el sábado pasado, la
bicifestación a su paso por la sede central del Banco Santander coreó Botín
recuerda, tenemos una cuerda y Mírala, ahí está, la cueva de Alí Babá
Hay jugadas de farol pero también hay síntomas que se detectan tarde y mal y
revoluciones que triunfan, que han triunfado a lo largo de la Historia.
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