Veo
que se ha pasado una semana larga y no he encontrado el momento de volver por
aquí. Ha habido asuntos que han llevado su tiempo, pero sobre todo ha habido un rosario de fechas
que me recordaban tristezas diversas, desde el cumpleaños de mi padre, hubieran
sido 101, aunque el contador se paró en 80, casi 81; al doble significado del
20-N: De la muerte del Generalísimo al triunfo de Mariano, pasando por el
remember que la Fundación que lleva su nombre quiere hacer en un local que
parece que gestiona como funcionaria la anterior presidenta madrileña. Uf, uf.
Liberales de papel de fumar.
Ahora
que voy progresando con el alemán, la lengua, no la enfermedad, cualquier día
aprendo a decir fundación y pregunto por la fundación Hitler que seguro que
tiene sede en las principales ciudades alemanas. El caso es que el 21 se que se
cumplen años, 12, del asesinato de Lluch. Me cogió en el hospital recién
intervenido de una hernia discal y me dolió tanto como lo otro, pero eso no
llevaba operación. O sea que ayer tampoco escribí.
Y
hoy, el aniversario del asesinato de JFK, el primer presidente católico de
aquel país, ha ocultado bastante, o a mi me lo ha parecido, los millones de
pavos que habrán caído en estos días, pues el nombre oficial es Thanksgiving,
día de acción de gracias, ya saben aquello de la primera cosecha, los
fundadores y los indios, … pero quien lo paga es el pavo. Millones de pavos en
las mesas esta noche.
He
estado en Dallas en más de una ocasión y quiso el azar que una fuera 22 de
noviembre, lunes, a tres días del día del pavo. Era 1999. Ya había visitado el
museo del magnicidio en julio de aquel año y allí me enteré de la desaparición
de la avioneta en la que el hijo del presidente asesinado volaba hacia un fin
de semana en un lugar reservado a las élites. Sólo hay que poner en Google el
apellido y julio 1999 para enterarse que era el día del Carmen de aquel año,
creo que viernes, pero podía ser sábado.
Pero
realmente no era de estos pavos de los que yo venía a escribir hoy. El
diccionario oficial de nuestra lengua, en su segunda acepción, tras el ave,
dice que pavo es un hombre soso o insulso. El femenino coincide en la sosez,
pero añade desgarbada a la cualidad de la pava. Sosa y desgarbada. ¿Se merece
la exministra de Vivienda María Antonia Trujillo la segunda acepción del
diccionario a la voz pava? Y su colega Bono? Y el ministro de parte de las
pelas, Montoro? Y nuestro presidente regional que te vende el Racing en cuanto
le preguntas la hora? Y …
Mucho
pavo y mucha pava y sin tradición de comerlos, al menos no en la misma
proporción que al otro lado del océano. El que tenga un amor que lo cuide,
María Antonia, y el que tenga una deuda que la pague, que no se hubiera
endeudado. Y desde la dirección actual se habla de no se que alma socialista.
Estamos condenados al moco (del pavo) En pocos días el pavo hablará catalán.
Será un gall d’indi.
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