viernes, 23 de noviembre de 2012

Pavos



Veo que se ha pasado una semana larga y no he encontrado el momento de volver por aquí. Ha habido asuntos que han llevado su tiempo,  pero sobre todo ha habido un rosario de fechas que me recordaban tristezas diversas, desde el cumpleaños de mi padre, hubieran sido 101, aunque el contador se paró en 80, casi 81; al doble significado del 20-N: De la muerte del Generalísimo al triunfo de Mariano, pasando por el remember que la Fundación que lleva su nombre quiere hacer en un local que parece que gestiona como funcionaria la anterior presidenta madrileña. Uf, uf. Liberales de papel de fumar.

Ahora que voy progresando con el alemán, la lengua, no la enfermedad, cualquier día aprendo a decir fundación y pregunto por la fundación Hitler que seguro que tiene sede en las principales ciudades alemanas. El caso es que el 21 se que se cumplen años, 12, del asesinato de Lluch. Me cogió en el hospital recién intervenido de una hernia discal y me dolió tanto como lo otro, pero eso no llevaba operación. O sea que ayer tampoco escribí.

Y hoy,  el aniversario del asesinato  de JFK, el primer presidente católico de aquel país, ha ocultado bastante, o a mi me lo ha parecido, los millones de pavos que habrán caído en estos días, pues el nombre oficial es Thanksgiving, día de acción de gracias, ya saben aquello de la primera cosecha, los fundadores y los indios, … pero quien lo paga es el pavo. Millones de pavos en las mesas esta noche.

He estado en Dallas en más de una ocasión y quiso el azar que una fuera 22 de noviembre, lunes, a tres días del día del pavo. Era 1999. Ya había visitado el museo del magnicidio en julio de aquel año y allí me enteré de la desaparición de la avioneta en la que el hijo del presidente asesinado volaba hacia un fin de semana en un lugar reservado a las élites. Sólo hay que poner en Google el apellido y julio 1999 para enterarse que era el día del Carmen de aquel año, creo que viernes, pero podía ser sábado.

Pero realmente no era de estos pavos de los que yo venía a escribir hoy. El diccionario oficial de nuestra lengua, en su segunda acepción, tras el ave, dice que pavo es un hombre soso o insulso. El femenino coincide en la sosez, pero añade desgarbada a la cualidad de la pava. Sosa y desgarbada. ¿Se merece la exministra de Vivienda María Antonia Trujillo la segunda acepción del diccionario a la voz pava? Y su colega Bono? Y el ministro de parte de las pelas, Montoro? Y nuestro presidente regional que te vende el Racing en cuanto le preguntas la hora? Y …

Mucho pavo y mucha pava y sin tradición de comerlos, al menos no en la misma proporción que al otro lado del océano. El que tenga un amor que lo cuide, María Antonia, y el que tenga una deuda que la pague, que no se hubiera endeudado. Y desde la dirección actual se habla de no se que alma socialista. Estamos condenados al moco (del pavo) En pocos días el pavo hablará catalán. Será  un gall d’indi.

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