lunes, 29 de octubre de 2012

Sandy




Cada vez estoy más convencido de mi rareza. No uso singularidad, que podría pensarse que me adorno. Raro por extraño, con todo el sentido negativo que se quiera cargar. Una vez consultado el diccionario tampoco parece que se cargue mucho. Al final me pasará como al consejero de Educación y ¿Descanso? que creyó necesario, al utilizar el termino “cortarse”, añadir que es un castellano vulgar. 

“No me corto al decirle a los profesores de inglés lo mal que lo hacen” Más o menos textualmente en entrevista radiofónica del viernes 19. Cortarse está recogido en el diccionario de la RAE en el sentido que le daba el consejero. La RAE no añade que sea ningún vulgarismo. Al consejero le pueden cortar, los profesores de inglés o de otras materias, o los padres, o los alumnos o cualquier ciudadano que pase por la calle Vargas, a saber que parte de su anatomía. Las providencias no lo quieran.

No se me ha ido Sandy, ni mi rareza, es que se me ha cruzado mi consejero preferido. Entre lo que hay que Wert y el local del ramo, van a dejar la educación pública como dijo Alfonso Guerra que iba a quedar España. Profético el sevillano.

El caso es que subo la persiana el último lunes de octubre, hay la luz que debería haber habido todo el mes, si no fuera por la manera en que hacemos lo que hacemos, y con el retroceso horario veo la nieve en la Cordillera antes de mediodía y ni eso me motiva. Quiero ver imágenes. Oigo en la radio que no abre la bolsa de Wall Street y no es por celebrar los aniversarios de las jornadas negras de 1929. 

Tengo amigos que viven en la zona de impacto de Sandy y estoy intranquilo. No es la primera vez que les llega un huracán. También tengo amigos y parientes en Florida pero allí al inscribirte en el Registro Civil del Condado, por nacimiento u otras causas, ya te dan el manual de manejar el asunto, las vías de escape y el equipo que en ninguna casa puede faltar -este último no te lo dan pero te aconsejan que lo compres.

Nueva Inglaterra es otra cosa. Son como más de aquí, les puede coger despistados. Una vez que he vuelto al telediario de la 1, hacía semanas que lo había abandonado, ya he visto que hay quien se hace fotos en las playas, más o menos cerca de Sandy Hook, el cierre sur de la bahía de Nueva York. Sandy y Sandy. Demasiada arena. La primera referencia del Hook la tuve en la contraportada de mi Geografía Física, coloquialmente el Strahler, que debe hacer ya cuarenta años que me entusiasmó y que he consultado cientos de veces después. 

A partir del verano de 1988, durante mi primera visita a Nueva York, también supe que aquella zona que se podía ver desde el Verrazano o Coney Island si la bruma lo permitía, contaba con magníficas playas. En alguna de ellas la tolerancia parecía europea. Espero que el Sandy, huracán, no destroce el frágil equilibrio de Sandy Hook y ya, puestos a esperar, que los irresponsables que van a por la foto de su vida no resulten dañados. El huracán, que no parecía gran cosa hace 15 días, lleva más de 60 víctimas entre sus isobaras.

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