Entrada publicada hoy en http://www.aquiconfidencial.es/
A y A vienen a decir lo mismo. Arzallus explícito, el fin de ETA es cuestión de días, de semanas, pero antes del 20 de noviembre. La cifra es exacta, con gobierno socialista. No sé si el patriarca del vasquismo agrio es de los pocos que todavía apuestan a favor de que seguirá habiendo gobierno socialista en Madrid después de esa fecha.
Aznar, amante de circunloquios y de trabajar en ellos, tan agrio como el anterior, o más, lo ha dicho a su manera, a gritos, invocando el peligro de que otros hagan lo que ya se hizo bajo su mandato, cuando evidentemente no tocaba, en relación con los presos de ETA.
Por otro lado se ha demostrado que la apuesta del PP vasco, en torno a sostener el gobierno del socialista López, era mucho más fuerte que lo que se pudo dejar ver hace ya dos años y medio. Ya se ocuparán los historiadores, pero una parte nada desdeñable en el final de ETA la habrá tenido el relevo de 2009 en Ajuria Enea.
Otra figura más que notable en el proceso es el dirigente actual del PNV Iñigo Urkullu. Parece que ha sido quien más ha influido en Rajoy, seis entrevistas secretas en un año, para que el candidato popular a la presidencia del gobierno se vaya desmarcando de los postulados más intransigentes de su partido en relación con el futuro de un País Vasco sin violencia pero con un movimiento independentista cada vez más fuerte.
Y esa va a ser la nueva situación. Si Arzallus acierta y el fin explícito de ETA se produce en los próximos cuarenta días, en la foto, le disguste a quien le disguste, van a tener que estar Rubalcaba y Rodríguez Zapatero. Ambos ya tienen asegurado su lugar en la historia del fin del terrorismo vasco, pero si ese fin se adelanta a las elecciones, podría cambiar el resultado pronosticado de las mismas. Y ese es el auténtico terror en algunos sectores del PP.
Un terror que ya escenificaron en la legislatura 2004-2008 por mucho que fuera la propia banda terrorista la que dinamitó el proceso con el atentando de Barajas. En expresión castiza ese día de diciembre la banda “bebió aceite”. Nunca más ha vuelto a tener más poder o influencia de lo que había tenido hasta entonces. Y ya parece que el proceso es irreversible y cuestión de días o semanas. Y el proceso hasta ese día tiene protagonistas.
Y es necesaria una grandeza que a muchos de nuestros políticos hay que suponérsela pues al primer bote, ni al segundo o tercero, no aparece. Pues eso, que ya veremos si la doble A, cada una en su estilo, acierta. Los ciudadanos honrados, de las provincias vascas y de todas las demás, llevan decenios deseando que llegue ese día. A los demás, habrá que desearles raciones oportunas de tila. Y que el hecho influya el 20 de noviembre lo que tenga que influir.
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