domingo, 18 de mayo de 2025

Tallas XS

 

Sigo perseverando en la intención de escribir sobre Praga a pesar de mucha actualidad en contra de los deleites del retrogusto. Dos puntos hoy y promesa de seguir. La memoria del pasado anticomunista, parece que mucho más libre y apreciada que la correspondiente de nuestro pasado antifascista. Hay un grupo escultórico en la falda de la ciudad alta para el que solo encuentro correlato en Santander con los que recuerdan respectivamente el incendio de 1941 y la reconstrucción, tan del gusto de aquel régimen. Y dos. Cuando se viaja con mochila pequeña –para que Ryanair no se forre- el equipaje no da para ir de etiqueta al Rudolfinum, una de las salas del palacio de la Philarmonie. Pero el 8 de mayo, aniversario de la derrota nazi y festivo en casi todas las esquinas del continente, asistimos a un concierto conmemorativo. Bastante caro para el nivel checo y presentado únicamente en inglés. Es posible que no hubiera ningún nativo entre los asistentes.

Y el otro tema apuntado en la entrada anterior: He terminado la lectura de “El malestar de las ciudades” de Jorge Dioni López. Hacía mucho que no subrayaba tanto.  Apunta el autor un peligro real: la victoria del neoliberalismo, -creciente desde hace casi medio siglo, poco nuevo bajo el sol-, puede llevar a un conflicto civil, que  aparece cuando el Estado renuncia a su función de establecer el marco de convivencia y el mercado se convierte en el principal regulador de la vida social”. Y en esa batalla estamos en España desde la moción de censura de hace siete años. El gobierno de Sánchez, arena y cal/cal y arena, con bastante timidez, es algo así como la última esperanza blanca en Europa de contener la ofensiva. Con demasiadas cesiones, o no. Gustos y colores. La disputa se presenta en otros términos. Los enemigos de lo público tienen que ocultar todo lo que les resulte posible sus intenciones verdaderas. De otra manera el éxito que parece cercano no llegaría nunca. A los defensores de lo público, sanidad, enseñanza, pensiones, … les corresponde acertar en la maniobra de desvelar las verdaderas intenciones de los contrarios. No digo que sea fácil pero no hay que perderse en caminos sin salida.

Me hubiese gustado seguir escribiendo de Praga y del libro de Dioni pero se muere Pepe Mujica y es el aniversario de la muerte de Julio Anguita. Y al acto convocado en la Facultad de Derecho de Córdoba en homenaje al primer alcalde de la democracia de aquella ciudad, no acude Irene Montero. Una espantada más. Parece ser que I.U, ahora es un partido belicista en opinión de la eurodiputada. Por cierto, ¿sabemos qué tareas ha desarrollado en el último año entre Bruselas y Estrasburgo? Mientras Israel llama a la embajadora de España para protestar por la postura de nuestro gobierno en todo el amargo tema palestino, algunas creen que somos los mejores aliados del sionismo. Más miopía política que amargura o viceversa. Cuando eran ministras y su alma mater vicepresidente, ¿cuál era la diferencia? Han fichado alguna vez de madrugada, saliendo del turno de noche o entrando en el de mañana? ¿Qué saben de los problemas reales de la gente normal? Tal volumen de impostura parece imposible que quepa en una talla política XS. El populismo supuestamente de izquierdas, ¿en qué se diferencia del otro?

Sobre el juez Peinado –al que la Audiencia Provincial ha vuelto a llamar al orden- he leído esta semana algo que supongo que puede llevar al periodista que lo escribe al juzgado del antiguo secretario de segunda: “Peinado resume un año de instrucción, cargado de errores, diligencias anuladas o cuestionadas por la Audiencia Provincial, y mentiras gruesas para justificar otras imputaciones…” Si añadimos aquello de Aznar: “el que pueda hacer que haga” o el entusiasmo de Díaz Ayuso con algunos jueces, vendría a ser un blanco y en botella. Pero toca seguir con alguna confianza en algo. Ya se avista el verano.

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