domingo, 2 de febrero de 2025

Candelaria y la marmota

 

Ambas festividades celebramos hoy. Aquí amaneció limpio pero antes de las diez el suelo estaba mojado y no ha parado en toda la mañana. Así, la tradición considera que lo peor del invierno ya ha pasado. A ver cómo amanece en Pensilvania, si luce el sol o no, con un resultado parecido al de nuestra lluvia. No es obligatorio creérselo pero hay tradiciones peores. Núñez Feijóo es muy probable que espere a ver la sombra de la marmota, o no, para posicionarse en lo que toque este próximo miércoles. Su grado de (in)coherencia hace mucho que ha dejado de ser noticia.

El pasado viernes tuve que buscar en la red de redes para verificar si lo que me parecía que había escuchado en la radio, en ese momento en que esperas a que el café se convierta en líquido, era lo que me había parecido haber escuchado. Y sí. No estaba tan dormido. Un joven –de la edad de mi hijo- un tanto irónico,  graciosillo a veces, tiene columna fija los viernes en esa emisora. Cerraba este viernes con una censura a las pensiones máximas. Lo dice desde un puesto al que los Presupuestos Generales del Estado dotan, según el portal de transparencia del Instituto Cervantes, de una cantidad aproximadamente del doble del importe de la pensión máxima. Y tres asteriscos que no me he molestado en entender bien pero que seguramente ocultan un suplemento por residencia, en Roma. Todo ello facilitado por este gobierno bolchevique que padecemos.

No parece que a ese gobierno le haya importado mucho su curriculum de escritor de los discursos de Rajoy y Cospedal. Supongo que sus intervenciones en los medios de PRISA no serán gratis. Claro que sí, señor Peyró, que tú lo vales. Más tenías que cobrar, como cuando estuviste en Londres en el mismo puesto de director, porque tú lo vales. Sigue haciendo méritos y te contratarán en un Banco o una energética y ganarás aún más y ya censurarás el salario mínimo. Y no serías el primero. Y si cotizas por lo que realmente ingresas y si no cambia el sistema, dentro de veinte años, el mero hecho de que exista una pensión máxima te perjudicará. Nos pasa a otros. A tu edad yo había cotizado ya 24 años. 16 de ellos en la categoría más cara.  Y me faltaban otros tantos antes de jubilarme anticipadamente. Y podría cobrar menos, naturalmente, y accedería a ello si me dejasen a mí poner orden en el conjunto de sueldos que salen de los impuestos de todos. Y de las cotizaciones de los que cotizan de verdad por todo lo que ingresan. Sin trampillas más o menos legales.

La otra cara de la semana tiene para mí dos protagonistas. El de casa, Nicolás Sartorius, con el mérito añadido de no haber ocupado nunca el lugar al que podía haber estado predestinado por razón de cuna, sigue manteniendo una coherencia intelectual que no se ha visto afectada en ningún momento y el hombre tiene ya una edad. Ha publicado el jueves en Infolibre una Tribuna titulada “Táctica de las cuatro fases” que me parece el análisis más lúcido y completo para explicar la España de los últimos tiempos. Algo que no es fácil. Hace tres semanas, en Barrabás, yo lo intenté pero me quedé a años luz del maestro Nicolás. La aparente incoherencia con que se expresan los ciudadanos en las investigaciones sociológicas, demuestra que las campañas del mal organizado, funcionan en las dos orillas del Atlántico.

Y Merkel. Varias referencias a ella en este blog y no todas positivas. Mis ídolos de la semana: un líder excomunista y una señora que en su juventud fue ciudadana de un estado totalitario de ese signo. Impresiona que prácticamente sola haya conseguido detener la deriva entreguista de su partido. La derrota parlamentaria de la mayoría de la CDU/CSU con el apoyo de los neonazis de AfD y de una izquierda rarita, solo se explica por la influencia de la ex canciller sobre algunos diputados de su partido. El peligro no está definitivamente conjurado pero la batalla semanal ha sido muy importante. En tres semanas votan los alemanes su nuevo Bundestag y quizá lo sucedido el viernes refuerce a los partidos que siguen siendo favorables al aislamiento de la extrema derecha. Solo hace ochenta años que los nazis estaban poniendo en el asador del frente sus últimas reservas humanas, adolescentes enviados al matadero. Todo fue posible, entre otras razones, por las fieras disputas entre socialistas y comunistas y el entreguismo del Zentrum. Sigo creyendo firmemente que la Historia no se repite porque nosotros mismos, cada individuo, es irrepetible. Pero se puede repetir algún error. No hace falta que sea día de las Candelas o de la marmota para recordar que parece ser que somos los únicos animales capaces de tropezar dos veces…