domingo, 15 de diciembre de 2024

La Magdalena

 

Uno. Península y Palacio Real. Se celebró la reunión. Parece que, además de alguna foto, no ha habido muchos resultados. No se esperaba otra cosa. Hemos llegado a un punto en que la simple reunión entre contrarios, sin insultos por medio, ya es un éxito, La presidenta regional se vistió de rojo. Es una forma de destacar en la foto. Será por imitación a la moda de los EE.UU. Aquí los colores, rojo y azul, tenían otro significado Al día siguiente, ayer, los populares cántabros tenían como invitado a TT, Torrente Tellado. Orgulloso de todo lo que no hacen sus colegas locales. Escuché hoy unos segundos de su discurso mientras desayunaba y no me ha sentado mal el desayuno. Tengo un aparato digestivo que no me merezco. Y yo, que el jueves pensé que menudo chollo tienen los ciudadanos de Navarra y de Asturias, con unos gobiernos que se ocupan de los problemas de sus ciudadanos, de la mayoría de ellos. Podría pensar en reivindicar la figura de mi abuelo, el que me dejó el apellido y al que no conocí. Nacido en el concejo de Llanes. El ordenamiento legal reconoce la ciudadanía española a nietos de españoles que nunca han pisado la Península. Yo aparezco todos los años por Llanes… ¿Podría hacerme asturiano?

Dos. La Magdalena. Península y Palacio Real. Y campo de concentración y Universidad de verano republicana y Universidad Internacional franquista. Un espacio polisémico por encima de lo que los espacios urbanos suelen ser. En las afueras del recinto había convocada una contracumbre. Con un cartel muy desafortunado. Estar en contra de las políticas de todos los que aparecen en el mismo, abre un nuevo capítulo ¿A favor de qué políticas están los convocantes? En Sanidad, en Educación, en Vivienda, en Turismo sostenible… ¿De  Díaz Ayuso y su neoliberalismo desbocado o de Pedro Sánchez y su socialdemocracia posibilista con una mayoría parlamentaria más polisémica que el recinto de la Magdalena?

Tres. Más sobre la Magdalena. Uno de los peores negocios que hemos hecho los ciudadanos de Santander. A principios del siglo XX, y para fijar la capital de verano –entonces de algo más de tres meses- la ciudad regaló a los monarcas la finca con un palacio bastante digno. Casi setenta años más tarde, la ciudad compró al heredero de Alfonso XIII la finca y el Palacio. Dos veces hemos pagado por lo mismo. Seguramente en derecho penal está tipificado el delito. Ahora el nieto de uno y bisnieto del otro parece un buen árbitro cuando todo a su alrededor se encrespa. ¡Jo! Mi padre cumplía el servicio militar en el barco que llevó en abril de 1931 al rey a Marsella. La siguiente vez que pisó Francia lo hizo conmigo, y ya era 1976.

Cuatro. La bisabuela del rey-árbitro actual -Ena para los cercanos- tiene enmarcado en una pared de ese Palacio un bonito mensaje que adjunto. Está fechado el 28 de octubre de 1950. En Lausanne. Me enteré mucho más tarde. En aquella fecha cumplí exactamente siete meses. Aquella reina que sigue dando nombre a una de las vías más bonitas y señoriales de esta ciudad, -Reina Victoria- parece que pasó miedo auténtico a mitad de abril de 1931. El rey se fue a Cartagena de noche y bien escoltado. Ella y los hijos, menos el que  nos revendió la finca en 1977, se fueron en tren a París. Lo acabo de recordar leyendo 14 de abril, de  Paco Cerdá, hace menos de una semana.

Y cinco. La Magdalena, escolleras de. Un culebrón que podría acercarse a una duración de diez años si finalmente hemos alcanzado el final. Y ese final es un pacto a capricho de la alcaldesa popular de la ciudad. Con un despilfarro de dinero público que dudo que alguna vez denuncien los denunciantes habituales. Ahora quiero dos escolleras,- gobierno Rajoy-; ahora no me conviene si quiero seguir en el trono municipal, -pacto con Ciudadanos en 2019, no se construye la segunda y acepto demoler la primera-; Y ahora de nuevo me interesa y ese gobierno progresista, malo de toda maldad, traga y no solo no se carga la primera escollera, me construye la segunda…

No hay comentarios:

Publicar un comentario