domingo, 11 de agosto de 2024

Juegos dobles

 

Los de París y el de Barcelona. Daban ganas de adelantar esta publicación. El jueves tuvo lugar en Barcelona una sucursal veraniega de la jornada con la que se abren allí los carnavales, Carnestoltes. El Jueves Lardero, Gordo o Graso, Dijous Gras, en ocho de agosto. ¡Ay! un ocho del ocho. Menuda rima. En París se seguían perdiendo medallas que solo habían existido en alguna mente calenturienta. Yo, en una “porra” familiar, aposté por 30 medallas para nuestros/as deportistas. Alguna influencia había recibido. Incluso recorté el número de las que famosos periodistas deportivos aseguraban que íbamos a conseguir. Bueno. Es un tema en el que me reconozco muy lego –como en casi todos los demás- y aquí debería ir un emoticono de esos graciosos. Conseguir 18, 5 de oro, está bien, mal o regular, según con quien comparemos.

El distintivo de ese jueves, normalmente de febrero, es una butifarra de huevo, botifarra d’ou. Un embutido un tanto lujoso. De cuando el propio huevo era un artículo de lujo. Hacer una butifarra, en algún sentido, es algo muy parecido al corte de mangas, peineta,… No tengo claro y han pasado días, quién hizo la butifarra a quién el pasado jueves. En la parte de espectáculo, de escaparate, puede haber un  ganador que sea el mismo que pierde la trastienda. Pero es que llamar trastienda a presidir la Generalitat, o a votar a quien resulta elegido presidente, tiene muy poca realidad. Definitivamente, aprovechando que seguimos en verano y que el calor no nos perdona ni a quienes teníamos estado de gracia en ese terreno, os lo digo/se lo digo con claridad: no me importa. Tampoco hay que entenderlo todo. Yo, al contrario que Cuca Gamarra, lo del jueves no lo he entendido. Y juego con ventaja. Frente a ella y los suyos, yo no tuve nada que ver con lo ocurrido en 2017, que algo más grave que lo del jueves 8 del 8 creo que sí fue.

En verano los programas de radio y –supongo- los de televisión, tienen mucho suplente en acción. Los titulares están de vacaciones. Algunos suplentes son tan buenos que en esas suplencias estivales se ganan la titularidad para temporadas posteriores. Otros se quedan en pringaos de verano. He escuchado a un supuesto gracioso suplente el cual, para afirmar que la ceremonia inaugural de aquel lejano viernes en París, había sido un bodrio, y sin reparar que en Francia ha conseguido la aprobación de más del 80% de la población, se le ocurrió decir que también hay gente a quien le parece que Maná es un buen grupo musical. Presente, sí, graciosillo. A mí me gustó la ceremonia y me gusta lo que conozco de Maná y además creo que te va a costar ganar la titularidad.

Otra pringada de verano es Dolors Montserrat. Se ha quedado de portavoz suplente. Como siempre, tira por elevación. Illa, el nuevo presidente de la Generalitat, el que para los indepes es el más españolista entre los socialistas, resulta que para Dolors es indepe en sí mismo. Se sigue sin saber cómo piensa el PP, -que es posible que gobierne España, Catalunya incluida, sin que acabe esta década-,  realizar esa tarea de gobierno. Quizás como decían en el programa electoral de 2012 del que se acompañan unas líneas y que todavía se encuentra en la web del partido. Aquel que se titulaba Catalunya sí, -así con ny, como yo- España también.

Las portavocías populares de los últimos días han recuperado a un titular: Bendodo, espero haberlo escrito bien. Esa repetición de vocal y consonante se me atasca. Solo quiere que dimita todo el equipo contrario. Ganar sin jugar el partido. Como las jugadoras australianas del último minuto del partido de waterpolo. Cuando perdieron un oro que alguien les había prometido y estuvieron a punto de ahogar a alguna española. Es el único oro español que he visto en directo. Y anuncio, ahora que quedan unas horas: no pienso ver la ceremonia de clausura de esos Juegos.

 

 

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