domingo, 25 de agosto de 2024

Volvió a llover

 

En París. Solo una pequeña parte de la tarde del sábado 24, pero llovió con ciertas ganas. En comparación con el total de cinco días pasados por allí, es un balance muy favorable para el turisteo. Lo peor es que habíamos decidido dedicar esa parte de la tarde del sábado a asistir al homenaje a los españoles que fueron la vanguardia en la liberación de París hace ahora 80 años. Las fechas son variadas. Hoy, domingo 25, es la fiesta oficial. Mañana, 26, será el aniversario del desfile del general De Gaulle por los Campos Elíseos. El 24, al atardecer, es el momento real en el que las avanzadillas de las tropas aliadas llegaron al centro de la ciudad, al Ayuntamiento, a la vista de Nôtre Dame, cuyas campanas, como las del resto de iglesias de la ciudad, repicaron durante horas. Cuatro años largos bajo el yugo nazi terminaban. Fue una fiesta. En la que todos parecieron ganadores y se olvidó durante lustros a algunos de los protagonistas. También se olvidó el ajuste de cuentas con quienes habían colaborado –muchos- con los nazis. Con Laval a la cabeza. No toda Francia fue resistente. No todos los resistentes en Francia fueron franceses.

Problemas de memoria y desmemoria. El acto del sábado quedó deslucido por la lluvia y aunque hay fotos que demuestran que algo hubo, yo me perdí casi todo. No fue así el viernes. Una charanga asturiana y una asociación memorialista, la 24 de agosto de 1944, ofrecieron un acto sencillo y ameno. Con su dosis de nostalgia o melancolía y sus concesiones más o menos carnavalescas. Como tantas otras de esas manifestaciones, el promedio de edad de los asistentes era bastante alto, pero el rigor narrativo no faltó. No es pequeño el problema con la memoria que tenemos los españoles, pero el que hayamos tardado tanto en poder celebrar nuestra participación junto a los ganadores de la II Guerra Mundial, es uno de los capítulos más amargos de esa desmemoria.

He pasado una parte importante de mi vida pensando en lo injusto de esa situación que no solo no ha mejorado últimamente. Con claridad está mucho peor que hace un cuarto de siglo, por olvidar ya completamente la centuria pasada. Sin ningún rubor se miente ahora descaradamente sobre lo que significó el régimen franquista y se fabulan cuentos para los que hace falta mucha imaginación. Poner datos contrastados sobre la mesa que revelan el paréntesis neto de veinte años, los que median entre 1935 y 1955, en cualquiera de los índices de producción, no pasan hoy los filtros de quienes tratan de decir que desde el 1 de abril de 1939 empezamos a crecer, a inaugurar pantanos y a vivir felices. Supongo que excluyendo a todos los que pasaban hambre –hubo racionamiento de productos básicos hasta 1954 y un ajuste brutal a continuación que expulsó de su lugar de residencia habitual al 20% de la población de 1960- y excluyendo también a los que además de hambre tenían bajas en sus familias debidas a una represión feroz. Y no hay manera. Solo quienes se sientan herederos de los golpistas de 1936 pueden estar interesados en camuflar la verdad histórica. Cualquier otro país de nuestro entorno habría celebrado desde el primer momento la gesta de la nueve, la compañía mayoritariamente española que constituyó aquella avanzadilla de los aliados llegando a París en agosto de 1944…

Hay otro(s) París(es), a la vez, el elegante, el diverso, el multicultural, - y el multicultural elegante, señor Albiol. El avión que trasladó a mi familia a uno de los aeropuertos de París tenía en sus asientos de clase superior un porcentaje de africanos que harían reventar sus mensajes en X- Todos ellos viven en la calle un verano aparentemente feliz, cálido, entre juegos olímpicos y paralímpicos; sin gobierno… con una industria turística que tiene una meca a la vez divertida y hortera pero que se apodera de la infancia y de los abuelos y padres de las criaturas. Hace más de treinta años puse como condición para acompañar un viaje escolar a París que el día que se visitase el parque Disney mis compañeros se encargaban de todo y yo quedaba liberado. Esta vez he asistido voluntariamente. Ninguna excusa ni arrepentimiento. Tampoco me he disfrazado. Ni de soldado de la nueve ni con las orejas de algún personaje Disney –y había muchos, incluso con barbas, imitando ratitas de lunares- No descarto que la locura se haya apoderado de casi todos/as y esta esquizofrenia de juntar en un sola estancia el parque de atracciones y el aniversario de la caída nazi en París, es solo una pequeña prueba. Pero tengo muchas imágenes de las caras de felicidad de mis nietos…

 

lunes, 19 de agosto de 2024

Agosto todavía

 

Una entrada al blog en el inicio de la recta final del mes más festivo y vacacional del año puede empezar por hacer autorreferencias. Diego, el pequeño de mis dos nietos, ha cumplido años ayer y ya va a empezar la enseñanza Primaria. Es, o puede parecer un topicazo, pero han sido seis años supersónicos en cuanto a la velocidad con la que los he percibido. En su momento quedó reflejada en el blog su partida de nacimiento.

https://robertoruisanchez.blogspot.com/2018/08/llego-diego.html

También se abordaban en aquella entrada aspectos, variados, que siguen siendo actualidad. Mi nieto es tremendamente espabilado pero todavía no sabe quién fue Federico García Lorca, ni que comparte aniversario con el crimen de Granada. Tampoco sabe que justo un año antes de su nacimiento ocurrió un crimen múltiple en las Ramblas, la vía más popular de la ciudad en la que nació su padre. Diego tiene todas las disculpas del mundo por no saber esas cosas y muchas otras. Lo peor es que adultos/as, con tareas de gobierno, fingen ignorar esos hechos y muchos otros.

La presidenta regional se ha instalado en una realidad paralela y le falta acuñar una expresión del tipo: Cantabria va bien para empaquetar los desastres del último año de su no gobierno, del descenso de viajeros en el aeropuerto a la crisis gravísima de la sanidad. Eso sí, amenazando con derogar la ley de Memoria. Esta es una comunidad muy pequeña. No renuncio a encontrarme algún día con ella y preguntarle por el crimen de Granada de agosto de 1936, ni por todos los demás ocurridos poco antes y mucho después.

La ministra de Defensa, que pasa por ser la moderación personificada del ejecutivo central, ha tenido que recordarle a Cuca Gamarra quién gobernaba en 2017, cuando la primera fuga de Puigdemont. Un poco de lo mismo. No tienen nada de lo que excusarse. Ni de los años 30 y 40, ni de los 50, 60 y 70. Su presidente fundador se sentaba en Consejos de Ministros que dieron el enterado a penas de muerte otorgadas en procesos que no pasan la prueba del algodón democrático. Su partido, cuando gobernaba el CNI, tampoco tiene nada que ver con la previsión de los atentados de marzo de 2004… Y hay un tema, especialmente uno, en el que es necesario el acuerdo entre los dos grandes partidos que, juntos, suponen una holgada mayoría parlamentaria. Y es el de las migraciones. Imagen de la Sexta

Me repugna afrontarlo desde ahí, pero es que es una estulticia máxima querer frenar lo que se necesita con urgencia para reparar el averiado sistema demográfico español. Me repugna porque es un tema, prioritariamente, de derechos de las personas, de derechos por el mero hecho de ser personas. Derechos ampliados, como no puede ser de otra manera, cuando las personas son menores. Bien, si no se quiere afrontar desde el ángulo de los derechos, que se haga desde el interés. Y cuando se alegue que de lo que se está en contra es de las migraciones irregulares –con su punto de lógica- que se explique qué cuotas se ofrecen y a qué países, para las migraciones ordenadas. Y es necesario y prioritario que la derecha homologable deje de comprar el discurso de los energúmenos.

Cumpleaños de Diego para empezar y subida de tono al ver que ya hace seis años que… No quiero terminar así. Es agosto y nos vamos a dar un gustazo familiar en los próximos días. Termino con una referencia esperanzadora. Por más de un rincón de las 725 entradas de este blog –que acaba de superar la cifra de lectores que hace poco se veía llegar- debe estar mi afirmación de que a mí me costó más saber algo de inglés que conseguir un título universitario. Una de mis prácticas para no olvidar lo aprendido es leer, al menos una vez al año, en inglés. En la biblioteca de mi barrio me encontré con un tomo de Grisham, del que no había leído nada pero sí que había visto dos películas basadas en sus obras: La tapadera y El informe pelícano. Y pensando que sería algo de ese tipo y sin mirar mucho más, la tomé en préstamo. Skipping Christmas, algo así como saltarse la Navidad, es un derroche de humor que recuerda a veces a Tom Sharpe, y aunque rozando el exceso de almíbar, al final la solidaridad vecinal se impone a la devoción por los cotilleos. Yo diría que recomendable.

domingo, 11 de agosto de 2024

Juegos dobles

 

Los de París y el de Barcelona. Daban ganas de adelantar esta publicación. El jueves tuvo lugar en Barcelona una sucursal veraniega de la jornada con la que se abren allí los carnavales, Carnestoltes. El Jueves Lardero, Gordo o Graso, Dijous Gras, en ocho de agosto. ¡Ay! un ocho del ocho. Menuda rima. En París se seguían perdiendo medallas que solo habían existido en alguna mente calenturienta. Yo, en una “porra” familiar, aposté por 30 medallas para nuestros/as deportistas. Alguna influencia había recibido. Incluso recorté el número de las que famosos periodistas deportivos aseguraban que íbamos a conseguir. Bueno. Es un tema en el que me reconozco muy lego –como en casi todos los demás- y aquí debería ir un emoticono de esos graciosos. Conseguir 18, 5 de oro, está bien, mal o regular, según con quien comparemos.

El distintivo de ese jueves, normalmente de febrero, es una butifarra de huevo, botifarra d’ou. Un embutido un tanto lujoso. De cuando el propio huevo era un artículo de lujo. Hacer una butifarra, en algún sentido, es algo muy parecido al corte de mangas, peineta,… No tengo claro y han pasado días, quién hizo la butifarra a quién el pasado jueves. En la parte de espectáculo, de escaparate, puede haber un  ganador que sea el mismo que pierde la trastienda. Pero es que llamar trastienda a presidir la Generalitat, o a votar a quien resulta elegido presidente, tiene muy poca realidad. Definitivamente, aprovechando que seguimos en verano y que el calor no nos perdona ni a quienes teníamos estado de gracia en ese terreno, os lo digo/se lo digo con claridad: no me importa. Tampoco hay que entenderlo todo. Yo, al contrario que Cuca Gamarra, lo del jueves no lo he entendido. Y juego con ventaja. Frente a ella y los suyos, yo no tuve nada que ver con lo ocurrido en 2017, que algo más grave que lo del jueves 8 del 8 creo que sí fue.

En verano los programas de radio y –supongo- los de televisión, tienen mucho suplente en acción. Los titulares están de vacaciones. Algunos suplentes son tan buenos que en esas suplencias estivales se ganan la titularidad para temporadas posteriores. Otros se quedan en pringaos de verano. He escuchado a un supuesto gracioso suplente el cual, para afirmar que la ceremonia inaugural de aquel lejano viernes en París, había sido un bodrio, y sin reparar que en Francia ha conseguido la aprobación de más del 80% de la población, se le ocurrió decir que también hay gente a quien le parece que Maná es un buen grupo musical. Presente, sí, graciosillo. A mí me gustó la ceremonia y me gusta lo que conozco de Maná y además creo que te va a costar ganar la titularidad.

Otra pringada de verano es Dolors Montserrat. Se ha quedado de portavoz suplente. Como siempre, tira por elevación. Illa, el nuevo presidente de la Generalitat, el que para los indepes es el más españolista entre los socialistas, resulta que para Dolors es indepe en sí mismo. Se sigue sin saber cómo piensa el PP, -que es posible que gobierne España, Catalunya incluida, sin que acabe esta década-,  realizar esa tarea de gobierno. Quizás como decían en el programa electoral de 2012 del que se acompañan unas líneas y que todavía se encuentra en la web del partido. Aquel que se titulaba Catalunya sí, -así con ny, como yo- España también.

Las portavocías populares de los últimos días han recuperado a un titular: Bendodo, espero haberlo escrito bien. Esa repetición de vocal y consonante se me atasca. Solo quiere que dimita todo el equipo contrario. Ganar sin jugar el partido. Como las jugadoras australianas del último minuto del partido de waterpolo. Cuando perdieron un oro que alguien les había prometido y estuvieron a punto de ahogar a alguna española. Es el único oro español que he visto en directo. Y anuncio, ahora que quedan unas horas: no pienso ver la ceremonia de clausura de esos Juegos.

 

 

lunes, 5 de agosto de 2024

Puñetas y puñetos

 

Hoy mismo veo una estadística sobre los porcentajes de hombres y mujeres en la carrera judicial y las edades de ellas y ellos. Me sigue sorprendiendo y dudo que haya más excepciones –salvando a los políticos electos, con el caso Biden quizá haya que empezar a regular también ese asunto- de edades superiores a los 70 años en activo. Nací en la mitad exacta del siglo pasado, a punto de empezar la guerra en Corea. No hay pues ningún interés personal, pero si los más eminentes catedráticos, cirujanos, … deben jubilarse obligatoriamente y después de pasar la etapa de eméritos, a los 70 años, alguien debería explicar –mejor- la excepción de la carrera judicial. Y es que a esa edad –todos seguimos estupendos, faltaría más-, mejor dedicarnos a lo nuestro, a lo de nuestra familia y amigos, y dejar la cosa pública para quienes nacieron más tarde.

En síntesis muy corta, la estadística refleja que mientras una mayoría amplia de la carrera judicial está compuesta por mujeres, eso no sucede –no es el único caso- en los puestos más altos de la pirámide jerárquica. En el Tribunal Supremo, el tanteador es 12 mujeres por 45 hombres. Y en cuanto a las edades, -en el conjunto de la carrera- por encima de los 70 –edad de jubilación máxima para cualquier otra profesión- hay once mujeres y treinta y cinco hombres.

Yo no conocía ese detalle con exactitud la semana pasada, el día en que un juez de esos 35 que ya deberían estar jubilados, pretendió sumar otro minuto de fama a su pobre carrera –que empezó con un acceso poco común-. Era el mismo día en que España se enfrentaba a Grecia en baloncesto en los Juegos de París. No soy capaz ahora de recordar las razones de mi presencia, abundante e interrumpida, al volante de mi coche esa misma mañana, pero al menos en tres ocasiones diferentes escuché la narración del partido con su resultado final favorable a España. Dado que el presidente del gobierno fue jugador de baloncesto en su juventud… y que la comparecencia ante el juez duró dos minutos… no se me quitaba la imagen de la falta en ataque cometida por el magistrado que debería estar ya en su casa. Al día siguiente Pedro Sánchez largó dos tiros libres más contra el juez, al recusarlo –ya era hora- abiertamente por prevaricación. De libro,  añadiría yo que no soy experto en Derecho. Y todo ello sin presuponer nada sobre la inocencia o culpabilidad de la señora Gómez. Pero las formas, al menos algunas veces, son imprescindibles. Y unirse al coro más radical de la extrema derecha –Cuca, Tellado- es muy poco esperanzador para el porvenir de este país.

Otro asunto en el que la derecha presuntamente moderada no acaba de definir proyecto es en el contencioso catalán. A punto de resolver un capítulo bastante importante que puede hacer presidente de la Generalitat a un socialista como Illa, seguimos sin conocer la postura del PP para enfriar ese contencioso. Si no hace mucho tiempo a Núñez Feijóo no le parecía mal un tratamiento fiscal singular para aquellas provincias del nordeste, ahora, como en tantas otras cosas, eso es pecado mortal, caca, demonio… Solo falta que una diputada de ERC se marque un tamayazo o que Puigdemont reaparezca en el Parlament disfrazado de lagarterana… Nada es como antes. Ni los veranos.

Estos días me ha dado por recordar con algunos próximos que se cumplen cincuenta años de un viaje que –en lo personal- empezó a definir mi futuro. Para empezar con un proceso contra mi jefe en la Magistratura de Trabajo de Barcelona…El destino del viaje fue Lisboa y era aquel verano que había empezado un 25 de abril…  Y a la sombra de una encina –azinheira- que ya no sabía su edad, juré tenerte por compañera… Y fuimos a Grándola doce años más tarde, y no íbamos solos…