Niños y girasoles

 

En mitad del verano, asomados ya a este puente festivo en el que nos movemos millones de ciudadanos, el alcalde de uno de los principales municipios de esta comunidad se echa al monte con un tema bastante más delicado de lo que puede parecer: Hay un proyecto, del consistorio anterior a las elecciones de mayo con el gobierno regional y el gobierno de España para adaptar un local público en desuso y degradación desde hace años. Se trata de dignificar ese edificio para acoger personas con derecho a protección internacional. Hay un presupuesto, principalmente de la Unión Europea, de varias decenas de millones de euros…

Al alcalde se le ocurre que es mejor cambiar el proyecto y no acoger a esas personas. Pretende que el edificio se transforme en una residencia de personas mayores. El presupuesto no explica de donde saldrá. Ese alcalde ya ha pasado por el Congreso de los Diputados, es ya conocido alguno de sus episodios de confrontación con alguna ministra del actual gobierno. Este blog ya se ha ocupado de él. El tema ahora es el respaldo que recibe de la presidenta regional. Hace cuatro años parecía que estaban en partidos diferentes. Él, muy cercano al ex Casado. Ella, ninguneada por el ya poco recordado ex presidente del PP. Ahora ella se suelta la melena y dice que España es Grande – ¿y Libre y Una?- y que acojan a las personas con derecho a protección internacional en otro lugar. No explica ni dónde ni quién lo va a pagar.

Una cosa es partirse el pecho con fotos de refugiados de Ucrania, o de Afganistán y otra arriesgarse a que algún socio de extrema derecha les afee no se sabe qué. Porque ha habido muchas fotos con los refugiados de Ucrania. Porque los refugiados afganos se han jugado la vida después de haber servido a las fuerzas españolas del contingente internacional. Hace dos años, por estas mismas fechas, vimos imágenes sobrecogedoras en el aeropuerto de Kabul. Ahora, que se vayan a otro lado…

Ahora, la alcaldesa de Santander, con amplia colección de fotos con las asociaciones de ucranianos, declara que por primera vez el gobierno regional atiende sus demandas. Eso quiere decir que la última vez que el PP gobernó Cantabria, -2011/2015-  en la ciudad siempre, siempre, ha gobernado el PP  no les hacían caso. Los conflictos internos de la derecha se conocen solo cuando la sangre llega al río. No hay medios que aireen las diferencias hasta que es inevitable. Ahora le pasa a VOX. Parece que había una fracción neoliberal que ha sido laminada por la corriente neofranquista. Vamos cada vez mejor. En cualquier momento nos enteraremos del porqué Cuca Gamarra decidió apuñalar a Casado y unirse a los demás navajeros encabezados por un gallego o una madrileña, que eso todavía no está claro.

Al otro lado, el portavoz de Sumar, Urtasun, es entrevistado y como quien no quiere señalar, afirma que el socio mayoritario de la empresa es poco ambicioso. El periodista, supuesto suplente veraniego, aprieta tuercas para que el portavoz salga de vaguedades y concrete en algo esa falta de ambición y resulta que el globo se pincha. Era pura pose. La izquierda de la izquierda puede volver a ser insignificante por hartura de la clientela potencial. Eso sí, es posible que no se repitan las elecciones en vísperas de Navidad y que haya un nuevo gobierno de Pedro Sánchez con los difíciles números actuales. Pues esa izquierda de la izquierda debería tomar buena nota de los errores cometidos desde aquellas elecciones europeas de 2014 y del recorrido de estos diez años.

No son cosas de niños. Ahora mismo no necesitamos monstruos de lagos escoceses. Hay pateras que se pierden e incendios y sequías y temperaturas extremas e inundaciones y negociaciones para formar la mesa del Congreso de los Diputados. Así todo, hay quien necesita hurgar en crímenes tremendos, en niños que desafían a la AEMET con un montón de vaguedades y de cuyo nombre no consigo acordarme… Tampoco dispongo de buena conexión para investigar. Vivo estos días rodeado de girasoles. Del único que no escucho nada últimamente es de Jordi, el niño polla. Aunque queda el economista Niño para seguir con vaguedades y profecías diversas.