Se acabó. Mañana es septiembre y Yolanda sigue sin aprender inglés. Leña al mono hasta que aprenda. Según voceros cavernosos debe ser la única española en esa situación. No como los dirigentes patrióticos, desde alcaldes pedáneos al aspirante. Los patriotas de bolsillo, ¿saben en qué idioma hacen las preguntas los corresponsales españoles en Londres, Washington…? O sea, en vez de censurar a un corresponsal extranjero por no hacer la pregunta en castellano, aprovechan para cepillar a la vicepresidenta. Ese patriotismo desatado que ya ha encontrado la conexión entre fútbol femenino, Rubiales y la maldad intrínseca del presidente del gobierno en funciones… Alimentando el odio hasta que suceda algo… como aquello de: de victoria en victoria hasta la derrota final.
Tan partidarios del embudo que no excluyen
que se pueda mendigar al malvado un poquito de Moncloa para el aspirante, pongamos
dos años. Lo difícil aquí es pensar que ya lo hemos visto todo. El escenario
está así de divertido pero tras los cortinajes, la presidenta madrileña ya
tiene preparada la silla para jugar con ese mismo aspirante. Una silla y dos
candidatos. Alguien se quedará de pie.
Es hora de reconocerle al Rasputín de la Puerta del Sol sus
méritos. Al final, Díaz Ayuso no es
más que una intérprete –mejor de lo que pudo parecer en el inicio de su
carrera- pero el director y guionista tiene que ver reconocida su aportación.
Fundamental. Miguel Ángel Rodríguez
no consta que goce de anatomía fantástica como el monje ruso, ni siquiera que
sea amante de la reina de Madrid,
pero no voy a ser yo quien le niegue sus muchos méritos. El principal en esta
etapa, su discreción. No aparece en pantalla. Solo le pasa el texto a la
ventrílocua… Y ella, hoy mismo, inicia el curso lanzando dardos envenenados al
supuesto jefe…Abran juego…
Y un sin vivir para afrontar el otoño: La madre de Rubiales y su miaja
de apechusque. Alguien la va a roscar antes de fin de año. Hay unas
declaraciones en la televisión manchega de una señora que emplea esos modismos.
Mi sorpresa es que apechusque figura en el diccionario de la RAE. El de mi Word
se volvía loco subrayando. Ahora ya sabe que es correcto. Roscar, por palmarla,
todavía debe estar en trámite. Los corresponsales extranjeros no lo tienen
fácil en este país diverso en el que ni los nativos nos aclaramos.