La doble p hace que mi corrector se enfurezca, pero ya debería estar acostumbrado. No aprendí el término original ni en el Colegio, ni en el Instituto, ni en la Universidad. Puede que sea excepcional, pero la primera vez que descubrí el significado, ya era padre y eso quiere decir que tenía ya una cierta edad. El lío montado por el PP con su verano azul, que quiere ser el de Chanquete, el de Mercero, el de TVE,… es un trampantojo de libro. Ni playa ni nada que se le parezca. Si el estado mental de la mayoría de compatriotas no fuera, al parecer, el de la ofuscación, el PP de Semper, de Feijóo, el supuestamente moderado, habría descubierto todas sus cartas. Es difícil que un ejemplo lleve la realidad hasta ese punto. Prácticamente todo lo que cuentan es como esa playa, inexistente.
Por si a alguien le pasa lo mismo que me pasó a mí, aclaro que para la RAE un trampantojo es, en sentido coloquial, una trampa o ilusión con que se engaña a alguien haciéndole ver lo que no es. Tal cual. El supuesto verano azul esconde mucho azul y creo que poco verano. Aunque por otro lado y quizás por despiste, también han anunciado algo de lo que piensan derogar si alcanzan el gobierno de la mano del camarada Abascal. Para echarse a temblar. Pero voces mucho más autorizadas que la mía insisten en que estamos, colectivamente, en estado de ofuscación mental. El tratamiento de choque puede llegar a partir de septiembre.Y hay más vida y más muerte fuera de
nuestras fronteras. Escribí un mensaje el viernes con algo que pensaba, y
pienso, hacer mañana lunes y me parece un prodigio de adaptación a estos
tiempos en los que casi a diario suceden cosas inesperadas. Mi mensaje decía:
“Salvo que empiece otra guerra, todo decidido por mi parte…” Aquí debería ir un
taco de cierto tamaño pero ayer, cuando me enteré de que los mercenarios de Wagner habían tomado Rostov del Don en
señal de clara rebelión contra Putin…además
de no poderlo creer, recordé mi mensaje. ¿Estamos como en el siglo XIV?
Mercenarios, pestes, guerras…Esas cosas que, si nos las hubieran anunciado, de
ninguna manera hubiésemos podido creer. La inestabilidad en Rusia a saber cómo
se va a ir traduciendo en nuestras vidas diarias. Y de cara a la geostrategia
global… que una compañía de mercenarios de unos miles de integrantes deje sin
respuesta al supuestamente poderosísimo ejército ruso…prefiero no aventurar una
opinión firme. Vamos a dejarlo en todo-muy-raro.
Cierro con algo ya expresado
anteriormente. El sábado por la mañana un grupo de trabajo ciudadano convocó
una acción en la calle en el aniversario de la matanza de Melilla. La respuesta
ciudadana, escasa, cubría un arco de 180 grados o más. Desde simpatía
manifiesta, pasando por sorpresa, hasta oposición firme y gestos hoscos por
parte de los transeúntes que quizá se sintieran molestos por el recordatorio en
un día espléndido para estar en la playa. El estado de ofuscación mental
colectiva debe ya alcanzar las respuestas al drama de los naufragios. En el
manifiesto que se leyó se pide un cambio en las políticas de migración y
fronteras de la Unión Europea y el año próximo hay elecciones al Parlamento
comunitario. ¿Alguna esperanza? O a seguir comentando las diferencias entre
refugiados de primera y los otros, entre los náufragos ricos y los pobres.
Personalmente le aclaré a un señor que entabló conversación conmigo que además
de los españoles me interesaban todos los seres humanos, independientemente de
dónde hayan nacido. ¿Puedo estar equivocado?
La vida mejoró por la tarde-noche.
Olivia, mi nieta, que todavía no ha cumplido siete años, participó en el cierre
de curso de su academia de baile. En la mejor tradición de abuelo trastornado,
creo que fue la mejor y aquí no voy a ceder. No puedo estar equivocado. Y algún
día de esta semana última del mes, se va a cumplir el medio centenario del
final de mi servicio militar obligatorio. Aquel regreso de Burgos a Santander y
el baño en Liencres del día siguiente… son capítulos importantes de la memoria
personal.