lunes, 31 de mayo de 2021

De Gaza a Ceuta (i/v) II


Por cumplir el compromiso, porque el sábado participé en una marcha contra la situación que viven los palestinos, porque el domingo próximo actuaré en un festival en favor de los derechos del pueblo saharaui…Aquí está la segunda parte anunciada hace unos días. Los dos conflictos en realidad son uno solo o a mí me lo parece. Hay un mismo padrino en la sombra, con una política exterior desigual, que algunas veces ha podido parecer sensata, pero que en caso de duda siempre tiene un beneficiario asegurado: Israel o Marruecos. Incluso ha conseguido del país vecino que abandone la causa de los suyos para abrazar la del adversario/enemigo. Eso dirá mucho de la diplomacia de la superpotencia y lo mismo y de signo contrario del tirano de nuestro sur.

 Hay ya tantas vulneraciones del derecho internacional que fijarse en alguna de ellas puede parecer partidismo. Justifico un poco. La partición de Palestina en 1948 y todo el conflicto heredado tiene casi la misma antigüedad que la ONU. Es el conflicto decano de todos los conflictos del planeta. El caso del Sahara occidental, aunque a veces intentemos olvidarlo, es nuestro caso. Los españoles de cierta edad estudiamos un ordenamiento territorial que los incluía en supuesta igualdad con los demás. Los mayores de 65 años, pudieron hacer el servicio militar obligatorio en esa antigua “provincia”. Muchos de los habitantes de aquel territorio conservan documentos de su propio pasado personal como españoles. Súbditos como los demás. No había ciudadanos en aquel momento. 

Una tercera pata de los dos conflictos es la política internacional de la Unión Europea. A veces inexistente, siempre tímida, con momentos de esperanza para los desfavorecidos de ambos conflictos pero, como la de los EE.UU., en caso de duda, con ganador anticipado aunque los pronunciamientos del Parlamento Europeo se divorcien a menudo de la política real, del mismo modo que los de la Asamblea General de la ONU se reconocen pocas veces en las resoluciones del Consejo de Seguridad. Por el camino, van muriendo inocentes. Muy frecuentemente inocentes al cubo, por excesivamente jóvenes.(*) Y nuestra propia política exterior, la española. Como se ha visto recientemente en Ceuta, una vez más, tenemos una frontera muy caliente en nuestro sur. No siempre somos conscientes de eso. La respuesta de la Unión, esta vez, ha puesto la mira en el culpable del conflicto, el rey de Marruecos.

Pero una de las decisiones más controvertidas de nuestra política exterior en el postfranquismo fue el ingreso de España en la OTAN. Al margen de cualquier otra consideración, los negociadores de UCD y del PSOE, no pusieron en la mesa lo que debían haber puesto. Si Ceuta y Melilla son territorio español a todos los efectos, se entiende muy mal que no sean objeto de defensa común para todos los países miembros en caso de agresión extranjera. En la creación del pacto, y hasta la independencia de Argelia, Francia consiguió que aquel territorio estuviera dentro de los límites de la Alianza…

No todo es geoestrategia. España ocupa el puesto número 25 en el IDH de la ONU. Israel el 19. Palestina el 115 y Marruecos el 121. El muro de Cisjordania y el estrecho de Gibraltar son dos fronteras formidables en lo socioeconómico. Más incluso que en lo físico. El régimen de Israel, con cientos de pruebas a diario, es democrático y confortable para los ciudadanos de primera. Los demás están a la altura de los no blancos de la Sudáfrica anterior a Mandela. Los 14 kilómetros que separan el sur de la Península Ibérica de la costa de Marruecos son la diferencia de potencial socioeconómico más fuerte de todo el planeta. Cualquiera que haya cruzado el Estrecho lo ha apreciado, al margen de las cifras que revalidan la sensación.

Dos notas más de la semana. La vicepresidenta Yolanda Díaz, hospitalizada, recibe el saludo de De Quinto, el diputado más rico del Congreso hasta hace un año, cuando viendo que se había equivocado de equipo y que por ahí no llegaba a ministro, se apeó en marcha de la política. De momento. Ironiza el señor de la Coca Cola con la capacidad de trabajo de la ministra del ramo la víspera de la firma de la prórroga de los ERTEs. Se supone que el tal de Quinto es un caballero muy trabajador. ¿De qué otra manera se llega a ser tan rico?  Y como las  desgracias suelen venir en compañía, tenemos por ahí los fuegos artificiales, de esta semana y de las próximas.

Los indultos a los políticos catalanes presos. Tracas y más tracas. Mi objeción principal: La cobardía de ERC, la de sus dirigentes. Y en segundo lugar la duda de que el gobierno quiera, sepa y pueda explicarlo. En la mayoría del territorio y, a buena  parte de la población, visceralmente, le sale un “no”. Un “no” que se podría reequilibrar solo con una amplia y buena explicación. Que pudiera neutralizar las políticas de los políticos viscerales. Una postura pública clara de ERC ayudaría pero no creo que se pueda esperar.

(*) Tanto el Haaretz israelí como el New York Times se han hecho eco en portadas de la semana pasada de esas víctimas más inocentes

martes, 25 de mayo de 2021

De Gaza a Ceuta (i/v) I


Después de la abstinencia del último año espero no aburrir con dos semanas seguidas con el cine en portada. El mismo día que publiqué la entrada anterior, me quedé impresionado con la obra que han lanzado a medias entre Héctor Abad y  Fernando Trueba. “El olvido que seremos” tiene tantos perfiles que no es fácil analizarlos en una entrada de este tipo. Solo una recomendación: Que no se la pierda nadie, se haya leído la obra literaria antes o no. Creo que no es, en este caso, muy importante. Me lo parece mucho más insistir en que se hagan las dos cosas, en cualquier orden. Literatura y cine o viceversa.

Con horas de diferencia, una pérdida que millones de personas que no le conocimos personalmente hemos sufrido como cercana: Franco Battiato, algunos éxitos reconocidos y una obra larga mucho menos conocida y la sensación de que el mundo pierde un hito de tranquilidad en un momento en que hace tanta falta… También hubo horas de diferencia entre el fallecimiento de Battiato y la maniobra frustrada del rey de Marruecos sobre Ceuta. En un país autoritario el jefe es el máximo responsable. Parece que hay un cierto acuerdo en los análisis respecto a que esta vez le ha salido literalmente el tiro por la culata.

Después de más de nueve meses sin salir de Cantabria, el sábado, desayunando en una localidad costera de Catalunya, quien nos atendía, marroquí de nacimiento, hijo de guardia civil  y poco amigo de los rifeños, hizo unas declaraciones que es una pena que no hayan conseguido un micrófono más escuchado. Entre tostadas de pan con tomate y cafés, desde la sencillez de su análisis, Mohamed VI quedaba más desnudo que el rey de la fábula. Y se está viendo en los días siguientes.

Perogrullo ha podido pasar esta vez por Bruselas, pero la Unión Europea tiene fronteras terrestres en otros continentes aunque no las tengamos presentes a diario. Mucho más amplias que las de Ceuta y Melilla son las de Guyanne. Pero las primeras son las únicas en África y no solo ha sido Mohamed VI quien se ha pasado de frenada. Es más grotesca y vergonzosa la actuación de quienes pretenden ser los guardianes de las esencias del patriotismo y se colocan con el tirano extranjero contra su gobierno democrático… Su visión del abrazo entre una voluntaria de Cruz Roja -estudiante de F.P. en prácticas- y un inmigrante subsahariano es un diagnóstico gratuito de su enfermedad. Puedo considerar tan español como yo  mismo  a un portavoz autorizado de esa enfermedad aunque se llame Hermann y se apellide Tersch. A la vez le reclamo que no se considere más español que yo.  

El motivo fundamental del viaje que ha justificado que rebasara las fronteras regionales, después de tanto tiempo, ha sido asistir al estreno de un documental, más cine, titulado “Condenadas en Gaza”. Una de las directoras de ese documental que narra el triple sufrimiento que tienen las mujeres de Gaza que enferman de cáncer, por ser mujeres, estar enfermas y por ser gazatíes, falleció hace un año de esa misma enfermedad, como una de las protagonistas del mismo. Ana Alba era sobrina de una amiga de esas que hace tiempo adquirieron la categoría de hermana. La otra autora, Beatriz Lecumberri, explicó en el coloquio que siguió al estreno que habían intentado hacer un documental que no fuera político. Pero no es posible. Todo lo que toca Gaza es político. El copatrocinio del Gobierno de Cantabria va a posibilitar que la segunda proyección del documental sea en Santander el próximo mes de junio.

Suceden cosas muy graves en muchos lugares del planeta. Esta primavera me siento muy tocado por dos conflictos que son primos hermanos o hermanos a secas. Palestina y el Sahara. Espero demostrar pronto que no es una afirmación gratuita.  

 

domingo, 16 de mayo de 2021

Los prodigios de un decenio

 

No hay todavía perspectiva histórica para juzgar lo que empezó a ocurrir a mitad de mayo de hace diez años. Así, cada cual puede pensar que estamos mejor o peor y eso es el terreno de los sentimientos y ahí no es fácil entrar. Con la guerra de las vacunas como segundo episodio de la guerra de las fases de la pandemia, con la sensación de que el divorcio entre políticos profesionales, de todos los colores, y electores es creciente… las fiestas del fin del estado de alarma han podido provocar sonrojos pero solo un ratito. Enseguida han servido de más munición. Quienes no han querido estado de alarma lloran por su final y quienes lo han defendido han podido terminarlo, hartos, antes de tiempo o de mala forma. ¿De verdad era necesario terminarlo un sábado por la noche? Cuántas cosas hemos tenido que hacer mal entre todos para que se pueda seguir viendo/escuchando a diario: que seguimos en una dictadura fascista o que tenemos un gobierno bolivariano comunista… No sé si es solo amor por la hipérbole o el masoquismo ha ganado ya un terreno irreversible entre nosotros.

Ya se ha cumplido un año de la muerte de Luis E. Aute ocurrida durante el cerrojazo del primer estado de alarma. Nos cantó mucho y bueno. Nos relacionó el cine y los sueños… Cine, cine, cine. Ha pasado ya medio siglo desde 1971, que fue un buen año de producción cinematográfica. Eso da una perspectiva histórica más exacta. No creo que las añadas del cine se celebren como las del vino pero de esa cosecha son: El Decamerón de Pasolini; El violinista en el tejado de Jewison; La naranja mecánica de Kubrick; Muerte en Venecia de Visconti; Perros de paja de Peckinpah  o La banda de los Grissom de Aldrich… y muchas más. El mundo se podía estremecer a diario con la guerra en Vietnam o la hambruna en Bangla Desh, pero también se acudía al cine. Más que ahora.

Españolas en París” de Roberto Bodegas es de esa añada. Una película sencilla pero que retrataba con bastante fuerza un “así éramos”. Españoles, y españolas en este caso, que salían a buscarse la vida a la Europa rica. En el panorama español de la época, la película rompió de manera radical con la “españolada” o con otro cine muy   minoritario e intelectual, condenado al fracaso comercial, y planteaba unos problemas reales que le sucedían a la gente real. Como podía haber hecho el cine italiano veinte años antes. Al final, las “palabras para Julia” de Goytisolo, en la voz de Paco Ibáñez, con Ana Belen en una ventanilla de la embajada frente a un funcionario muy de aquel momento...También constituía un guiño fácil de entender.


Y otra película española poco convencional de 1971  es “Canciones para después de una guerra”, de Basilio M. Patino, pero esta tuvo menos suerte con la censura. No se estrenó hasta 1976. Después del entierro del dictador. Yo vivía entonces en Barcelona y todavía estaba soltero y creo  recordar que se estrenó en aquel circuito confuso que permitió algunas alegrías desde finales de los 60 que fueron las salas de arte y ensayo. Solo recuerdo una de aquellas canciones, el “Ya hemos pasao” de Celia Gámez, (*) que no he escuchado nunca más, ni antes ni después, y que me ha venido a la memoria recientemente con motivo de las elecciones autonómicas madrileñas. Alguien le podría cantar ahora mismo a Netanyahu algo similar. Patino, ya fallecido, pasó hace ahora ocho años por la Filmoteca de Cantabria con su documental sobre el 15 M. Ese que cumple ahora diez años y del que decía al principio que no tenemos todavía perspectiva histórica para evaluarlo, aunque en los últimos dos o tres días ya he visto que no es un criterio muy compartido y estamos evaluando lo de 2011 como si no hubiera un mañana… 

A mí se me han agolpado y no he querido ni podido evitarlo, recuerdos de otros días de mitad de mayo. Coincidencias. En 2012, regreso de un viaje muy especial a África. 2015, final de una estancia larga en Berlín; o 2016, con foto de una manifestación a favor de los refugiados sirios y esa foto equivalía y equivale a un cambio de estado civil. Y no, no tengo mi foto en la Plaza Porticada en 2011. No pasé más de tres veces por allí aquella primavera. Me parecía muy interesante lo que sucedía pero, a la vez, creí que ya no me tocaba. Al fin y al cabo mi cosecha es ya una reliquia.

 

(*) (…)¡No pasarán!, decían los marxistas

¡No pasarán!, gritaban por las calles(…)

¡Ya hemos pasao!, decimos los facciosos

¡Ya hemos pasao!, gritamos los rebeldes(…)

 

domingo, 9 de mayo de 2021

Monedero y Einstein

 

Tenía cita para la segunda dosis el 5 de mayo. Ha sido una suerte. No solo por estar ya vacunado. Acudir al centro de salud me ha librado de un montón de sesudos análisis sobre lo ocurrido el martes 4 en Madrid. Es cierto que antes de salir de casa ya llevaba en mi pantalla interna el mapa de la comunidad capitalina que, como la muñeca, iba vestido de azul. El mapa no lo dice todo pero dice mucho. Pero España tiene un mapa en el que Madrid representa menos del 2% del territorio y un 15% de la población. Desde Madrid no se ve bien pero un 40% de esa población total tiene una lengua propia distinta al castellano. Y en casi todos esos territorios, salvo en Galicia, la derecha y la extrema derecha no suelen sumar. En el País Vasco y Catalunya, el PP está directamente desaparecido… Traducir el 4 de mayo madrileño a la escala española puede tener interés partidista y del corto plazo. Nada más.

El perfil del candidato socialista, máximo perdedor de la jornada, no da para una guerra sucia. Salvo que ya lo tengas en la familia, a Gabilondo cualquier ciudadano/a le puede querer para cuñado, o suegro, o jefe de escalera. No lo hizo nada mal como ministro de Educación y, seguramente, hubiera sido un magnífico presidente de la comunidad madrileña, como cabeza de la lista más votada hace dos años. Pero de jefe de la oposición, en estos dos años tan difíciles… no ha ejercido.  Y no será suya toda la responsabilidad pero alguna debe tener. Que, ahora, con arritmia por medio, todo va a ser buscar malotes por otros sitios. A Mónica García, en cambio, los votantes de izquierda se lo han reconocido.

Sé que en un contexto de auge del populismo como el que vivimos hace tiempo, agarrarse a los datos frente a las creencias, puede estar pasado de moda. Pero, yo soy muy de los datos. No voy a negar que la desaparición de C,s o la jubilación anticipada como político de Pablo Iglesias no tengan su importancia, pero la comunidad madrileña lleva desde 1995 gobernada por el Partido Popular. Recurriendo cuando ha hecho falta a… lo que haya hecho falta. Incluyendo la compra-venta de diputados. Anteriormente, entre 1983 y 1995, la comunidad estuvo presidida por Joaquín Leguina, que, comprobado recientemente, como izquierdista, tiene un  recorrido limitado. O sea, que si el terremoto del que se va a seguir hablando durante meses se puede reducir a los seis escaños que han cambiado de un bloque a otro… no es mucho más que un argayo. Eso son datos. Después vienen las interpretaciones.

Desde que los gurús se han adueñado de las lecturas, los dirigentes están un tanto embobados aunque alguno/a podía ya venir bobo/a de casa. Entre los gurús con mando en plaza, no hace mucho he citado en este blog a M.A.R. que parece que está cómodo detrás de las cortinas y no como cuando hacía de portavoz de Aznar, con la lata de enfrentarse a diario a los periodistas. Al otro gurú, al de la Moncloa, no le pongo cara, pero con un poco de memoria se puede recordar su carácter más mercenario. Iván Redondo ha fabricado los mensajes a un alcalde xenófobo de Badalona y a un dirigente del PP vasco antes de convertirse en el valido de Pedro Sánchez. Me pregunto, por antiguo, recuerden que ya tengo las dos dosis inoculadas, ¿no hace falta comulgar un poco con el mensaje que se lanza a la arena política? ¿Es un puro agente comercial? ¿Le da igual vender camisas que calamares congelados?

Dos puntos para acabar. No solo han sido Leguina y el hijo de Nicolás Redondo los que han trabajado a favor del triunfo del PP en Madrid. Además de los medios cavernícolas, otros llevan tiempo en una cruzada personal contra Pablo Iglesias y contra este gobierno. Alguno se ha desvivido incluso por aclarar que Ayuso ha tenido muchos votos prestados. Y alguno sabe de lo que habla.  Vuelvo al titular, lo que no se recomienda en los estudios de comunicación.

Hay mucha costumbre y chistes y chirigotas carnavalescas que hacen mofa de los obreros de derechas. “Nada más tonto” se viene a decir. La falta de respeto se podría manejar en determinados contextos de confianza, amistad, intimidad… Pero es absolutamente inadmisible en un personaje que no sé si llega a gurú. Juan Carlos Monedero ha dado su versión de los obreros de derechas metiendo por medio a Einstein. No sé cuánto sabe Monedero de la teoría de la relatividad pero acompaño un texto clásico, de Friedrich Engels, en el prólogo de la edición de 1895 a “Las luchas de clases en Francia” de Karl Marx, un texto que sin duda Monedero conoce y trabaja con sus alumnos. Ahí está una clave que a los antiguos nos suena, y que está pasada de moda. La labor “larga y perseverante” es la que los partidos de izquierda llevan lustros sin practicar. A pesar de todo, algunas veces, los resultados avalan las posiciones de los altos mandos… Pues, enhorabuena a los premiados.

domingo, 2 de mayo de 2021

De Móstoles a Núremberg

 

 

No siempre es la Historia más reciente la que puede provocar controversias. Hace un par de años me sentí obligado a matizar, en una red social, un  comentario sobre la festividad del 2 de mayo. Determinadas posturas, supuestamente muy progresistas, pueden creer que no hay nada que celebrar en esta fecha. Siempre al margen de que la Comunidad de Madrid la tenga incorporada como su festividad autonómica. Es cierto que Móstoles, o la Puerta del Sol o La Moncloa están en Madrid. Y que la carga de los mamelucos o los fusilamientos ocurrieron allí. Pero no es menos cierto que Zaragoza y Girona, El Bruc o Bailén, Arapiles o San Marcial o el obispo Menéndez de Luarca no tienen mucha relación con la capital del reino. 1808 tiene un significado español por encima del madrileño.

Que, con unas elecciones autonómicas a menos de 48 horas, la festividad haya estado más manipulada que nunca, podría entrar en lo aceptable dentro de lo que resulta normal en nuestras formas políticas. Que la candidata del PP trate de adueñarse de la herencia patriótica de la insurrección antinapoleónica ofende cualquier sentido, académico o de barra de bar. La Guerra contra los franceses de 1808 a 1814 es más compleja de lo que puede parecer a primera y a segunda vista. Y los bandos participantes otro tanto.

En Francia, mucho más cerca en el tiempo, entre 1940 y 1944, no todos fueron resistentes antinazis. En España entre 1808 y 1814 tampoco. Y dentro de los resistentes, no todos eran reaccionarios. Una parte del bando antifrancés fue capaz de elaborar nuestra primera Constitución, en Cádiz, única ciudad libre de la presencia francesa en 1812. Muchos liberales pagaron con sus vidas su lucha antifrancesa y su apuesta modernizadora cuando el más indigno de nuestros reyes volvió a territorio español y se pasó la Constitución de 1812 por su real forro. ¿De verdad cree Díaz Ayuso ser la única heredera de los constitucionalistas de Cádiz? ¿Y quien hereda a los colaboracionistas? ¿La ignorancia exime o agrava?

Asistimos a otra controversia de las que dejan planos los ojos. Desde las izquierdas europeas pocas veces se ha tomado en serio la posibilidad de que en los EE. UU se puedan desarrollar políticas intervencionistas y redistribuidoras según el  modelo que aquí pensamos más acabado, pongamos el escandinavo. Biden, ahora mismo, a los cien días de su toma de posesión y con dos años de mandato con las dos cámaras del Congreso a favor, parece que ha apostado decididamente por las políticas que debería predicar en Europa la socialdemocracia. Pero en los últimos lustros el vehículo clásico de esas políticas, los partidos socialistas, en la práctica se encuentran desaparecidos y quien reclama algo parecido es fácilmente tachado de extremista. Ahí hemos llegado.

También hemos llegado a situaciones en las que resulta normal, desde los sectores reaccionarios, acusar de activismo a los oponentes. El activismo, a secas, ¿qué tiene de malo? Ser activo a favor de la paz, de los derechos humanos, ¿se ha convertido en algo negativo? Una organización no gubernamental muy seria en sus procedimientos, Human Rights Watch, acusa abiertamente al estado de Israel de practicar el apartheid en los territorios palestinos ocupados. Tener una posición activa en favor de quienes sufren ese apartheid, ¿a quién le parece negativo? Yo quiero morirme como activista de algunas causas. Recientemente, Angels Barceló se vio obligada a proclamarse activista de la democracia. Enfrente, literalmente metiéndole el dedo en el ojo, tenía a Rocío Monasterio, que, aunque ella quiera ignorarlo, también es activista. Ella lo es en  favor de causas ya juzgadas por la Historia y por el tribunal de Núremberg.