Urbi et orbe, para la ciudad y el mundo, el pasado miércoles he recibido la primera dosis de la vacuna antiCovid19 y tengo cita para la segunda. Son cosas que destacan en la vida de un jubilado y quiero que se sepa. El pasado miércoles se cumplían dieciséis años de mi último contacto con el tabaco y era el cumpleaños de un amigo que hace ya tiempo que no podemos celebrar con él, pero del que procuramos mantener la tradición con su viuda y los amigos cercanos, aunque sea en estas circunstancias difíciles. Y sí, también se cumplía un aniversario histórico. El pasado miércoles era 14 de abril. Han pasado noventa años desde aquel 14 de abril histórico.
Si nuestro país no hubiera tenido una Historia reciente tan desafortunada, el miércoles pasado hubiera sido festivo en todo el territorio. Como el 4 de julio en EE.UU o el 14 en Francia. Hay mucha confusión interesada en España sobre lo que significa la idea republicana en general y el significado histórico de nuestra II República en particular. Y hay algo parecido a un fuego cruzado entre los que asimilan la II República a una experiencia bolchevique y quienes, defendiéndola, solo destacan los meses más convulsos y aciagos que siguieron al fracasado golpe de estado de los militares traidores del 18 de julio. Y es en su primer periodo, hasta noviembre de 1933, cuando se produce el mayor y más intenso periodo reformista de nuestra Historia. Algo que casi un siglo después sigue pareciendo milagroso.
Quien siga este blog con alguna regularidad, que tiene su mérito, ya sabe que a mediados de Floreal- calendario republicano donde los haya- se celebran elecciones autonómicas en Madrid. Como se está acabando Germinal, empieza la campaña electoral. (Y quien no se aclare puede visitar la entrada del 21 de marzo, cuando empezaba la primavera, Germinal)
Ahora que ya ha empezado la campaña electoral oficial, es legítimo preguntar: ¿Qué es lo que ha habido hasta ahora?, ¿Qué exactamente? Ya se sabe que hecha la ley, hecha la trampa y que seguimos siendo un país de listillos y del rey abajo…todos haciendo relojes. Tampoco está de más dedicar un par de líneas al lenguaje que se cruzan los representantes políticos y que deja el mítico mal hablar de las tabernas brillando más que muchas cátedras. La mayor parte de las veces, los emisores de esos mensajes trufados de insultos, son personas que suelen pavonearse de la buena educación recibida, habitualmente en escuelas no públicas.
No sé cuándo alcanzará la consideración de intolerable la utilización de una pandemia, que ha costado en primer lugar decenas de miles de muertes extra, como arma electoral ¿No es el reflejo de una sociedad enferma? Si los ciudadanos no lo toleramos, si no lo jaleamos, si dejamos de seguir los diarios y emisoras de radio y televisión que se dedican a avivar el fuego, ¿se atrevería una ex consejera de Sanidad, aquí, en Cantabria, a esa alianza con el sector más retrógrado de la Hostelería, negando la mayor sobre los contagios? Si a alguien medianamente normal el Tribunal Superior de Justicia le rechaza por sexta vez, sexta, un determinado recurso, ¿No debería esforzarse en buscar otra vía que favorezca más a sus socios?
Si en la comunidad autónoma que más se parece a Cantabria en tamaño poblacional, Navarra, con su régimen fiscal más favorable y sus mejores recursos, se han producido más del doble de fallecimientos que aquí, ¿no es aquí donde se debería hacer un ejercicio de elegancia y reconocer que algo se ha hecho medio bien, o mejor que en casi cualquier otro territorio? ¿Cuánto hace que la ex consejera pidió la dimisión del consejero de Sanidad? Es poco soportable.
Quienes ponen las opiniones por encima de los datos están a punto de triunfar, de momento en Madrid. Lo dicen todas las encuestas. El esperpento tiene en nuestra literatura una antigüedad ligeramente superior a la de la II República, pero resulta que ahora el esperpento se presenta a las elecciones madrileñas. Y nadie duda de que vaya a ganar. La única duda que cabe es la magnitud del triunfo.
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