domingo, 25 de abril de 2021

Del alboroto al tiroteo

 

Parecía que la semana iba a ser la de Florentino Pérez y las cosas empiezan a no irle bien a un hombre acostumbrado a ganar. Hay varias capas ya por encima de su superliga. El photoshop de la vida real también usa capas. No me fío nada de las revoluciones en el futbol. Un día parece que los hinchas son famélica legión que se pone en pie y en horas pueden aparecer como gatitos de angora. Yo ya me creí una revolución en el Racing, debe hacer unos siete años y miren hasta dónde hemos llegado. Anteriormente también me había creído alguna otra revolución. A mi edad es muy difícil creer. Justo lo que vemos, y no todo.

Por ejemplo, alguna de las cosas que pasan de verdad, tengo tendencia a no creérmela. Puede que no sea bueno, pero si me las creyese, ¿a dónde me conduciría? Yo no voto en Madrid… y no soy judío, ni sindicalista, ni casi nada. ¿Debería preocuparme por algo? Tengo algún conocimiento académico de la Historia y una edad que me aproxima, antes de que se me empiece a olvidar, a la cumbre del conocimiento vital adquirido. Pese a que hay mucha insistencia en afirmarlo, la Historia no se repite. Me lo enseñó uno de mis mejores profesores en la Universidad y se apoyó en uno de los más reputados historiadores del siglo XX, E.H. Carr, “¿Qué es la Historia?

La Historia no se repite, pero puede haber, como en la ficción mala, capítulos que se parecen unos a otros. Han pasado noventa años desde que empezó a pasar lo que pasó en Europa y que nos llevó a la II Guerra Mundial. Eso sería suficiente. Pero es que comparar a Monasterio, Abascal, Olona… con Himmler, Heydrich, Hitler,… teniendo en cuenta que, además de neofascistas, son bastante mindundis, sería hacerles mucho favor. Qué más quieren ellos y ellas.

Me parece mucho más preocupante que después de más de cuarenta años de régimen democrático, la derecha homologable no trace líneas rojas con el neofascismo nada más que de vez en cuando. Esta semana Ayuso ha dicho que VOX es extrema derecha a ratos. Pero eso es imposible. Muchas cosas no se pueden hacer a medias, o se es o no se es. Hay tratados de filosofía sobre el asunto. “Lo que es, es, y lo que no es, no es”. Puede que Ayuso no sepa mucho de Parménides pero estoy seguro que Casado, con lo aplicado que fue en sus estudios, sabe mucho de ese filósofo y de Heráclito y de toda la selección griega de filosofía.

Confieso que esta semana he vuelto a consultar el libro de Collotti cuya imagen acompaño. Lo hago casi cada vez que escucho aquello de que Hitler llegó a la cancillería por haber ganado las elecciones. Que no es falso del todo pero es una verdad a medias. Llegó al poder, desde donde desmontó el sistema democrático en un tiempo récord, porque dos partidos conservadores, que podrían no haber votado a los nazis, lo hicieron. Aquí y ahora, el PP se ha valido de Ciudadanos y VOX para que en las últimas elecciones no gobernara la lista más votada en Andalucía, en primer lugar, y después en Madrid, Murcia y Castilla y León. Todo legítimo. Se podría incluso comprender el cansancio con los gobiernos del PSOE en Andalucía. Pero no se aplicó el mismo criterio, por ejemplo, en el Ayuntamiento en el que pago mis impuestos.

Pinados (plantados) así los bolos, ahora, en Madrid, después de los escándalos de esta semana con Monasterio y los sobres con balas… cualquier indecisión de los populares es para echarse a temblar. “Hasta aquí hemos llegado” le dijo Casado a Abascal el otoño pasado ¿Era cierto? El discurso del odio se ha abierto paso. Tienen más que perder los que menos tienen, pobres, viudas, inmigrantes, menores en soledad… Muchas actuaciones de este gobierno autodenominado progresista han dejado muy fríos a muchos de sus posibles soportes. En Madrid el 4 de mayo se juega mucho para todos, incluso para los que no nos gusta que todo se siga jugando en Madrid.

Si PP y Ciudadanos, y muchos medios de comunicación, siguen blanqueando a VOX, bien pudiera ocurrir que cuando se revuelvan contra ellos, ya no quede nadie para tomar nota. Hoy es 25 de abril. Las sociedades europeas más cercanas, Portugal e Italia, celebran hoy sus respectivas victorias contra el fascismo. Nosotros no tenemos esa fecha rotunda. Cuando yo era joven, determinadas ingenuidades, se tildaban como de “ir con el cirio en la mano”, supongo que en alusión a monjas o monjes. Ser tolerantes con la intolerancia, no es expresión suprema de democracia. Es ir con el cirio en la mano. Una ingenuidad patológica.

 












 

 

 

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