Dudas existenciales. Washington o Peña Herbosa, por dónde empezar. El presidente de nuestro gobierno regional, casi de repente y a su edad, se encuentra con que gobernar es mucho más que salir en la foto, compartir mingitorio con el rey de Noruega en un sarao de gentes vips y gamberrear en las televisiones amarillentas. Gobernar también es enfrentarte al lobby hostelero después de haber descuartizado a la comunidad educativa por no enfrentarte al lobby hostelero. Nuestro federalismo imperfecto sigue dando juego. La culpa, como el infierno de Sartre, siempre de los otros. Tampoco a los vecinos jacobinos les está saliendo mejor la jugada. El virus tiene sus propias reglas y ya es bastante agresivo. Mucho mejor si no le ayudamos.
Recordemos que en el impuesto sobre la renta pagamos exactamente lo mismo al gobierno regional que al central. Tirar balones fuera, silbar mirando al techo, torear desde la barrera… se tiene que acabar. No ha sido Revilla el que eligió la pandemia como tema de confrontación política, pero el 9 de octubre invitó a venir a Cantabria a todos los madrileños… Y un mes más tarde tenemos la situación que tenemos. Hay demasiadas muertes por medio para seguir faltando al respeto a las familias de las víctimas. Y el Black Friday y la mismísima Navidad este año deberían pasar como días normales.
De lo otro, casi llegamos al tercer martes después del tercer lunes de noviembre sin saber quién iba a ser el próximo inquilino de la Casa Blanca. Ahora hace falta saber si tendrá que intervenir alguna fuerza del orden para el desahucio del anterior. El espectáculo no ha sido pequeño. Biden, hombre, blanco, bastante mayor y bastante conservador… sin duda lo otro era peor. Los dos grandes partidos estadounidenses tienen tarea por delante.
Los republicanos, dotarse de una dirigencia que no sea complaciente con propuestas como la de Trump. Los demócratas, decidirse por una alternativa sin complejos a la política neoliberal. Si en 2024 encabeza su propuesta alguien menor de 60 años, no muy blanco y mejor si es no muy blanca… podrían generar más ilusión en sus votantes. También recomiendo a los muy interesados un buceo al segundo nivel de los mapas. En todos los estados, teñidos de azul o de rojo, hay condados con el color contrario. Eso explica la victoria de Biden. Las zonas más pobladas, y más densamente pobladas, urbanas, industriales… siguen votando demócrata. Texas puede ser el mejor ejemplo. En Dallas, Houston, Austin, San Antonio, El Paso… el voto mayoritario no es republicano. En el caso contrario, Nueva York no es uniformemente demócrata. Ni mucho menos.
Ahora que vamos a dos estados de alarma por año, no es fácil recordar el primero, el de diciembre de 2010. Empecé la semana pasada a relatar que tengo una sentencia favorable a mi denuncia como perjudicado en aquel episodio de los controladores aéreos. En dicha sentencia hay asuntos muy jugosos para desarrollar. No me resisto a comentar en esta segunda entrega, alguna de las grabaciones autorizadas como prueba en el proceso.
Viernes 3 de diciembre de 2010. 14:38. Un controlador habla con su amigo Pedro, Pedrito en algún momento de la conversación, que tenía que volar a las 21 y le aconseja que se coja un tren, que van a pararlo todo y que les pueden llegar a militarizar… Eso varias horas antes de sentirse repentinamente enfermo como los otros ciento y pico procesados.
Y otra más, del C. C. de Torrejón. Otros dos controladores, a las 8:24 de la mañana:
“C1: Nos va a odiar todo el mundo. Mis vecinos saben que se van a quedar (risas)
C2: Es su problema
C1: Ya, ya. Pero si antes nos odiaban…ahora
nos van a odiar pero bien. Es que tú imagínate que has estado ahorrando para
este puente, que te vas estos cinco días a Nueva York, o cualquier sitio de
estos, y de repente les dices. “cierro el espacio aéreo”. El subrayado en el
paréntesis de las risas es mío. Solo el subrayado. La sentencia me ha llegado
en los días cercanos al del recuerdo a los difuntos… este año no solo he
recordado a los míos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario