Publicado en El Faradio el domingo 7
Mi obsesión con el desembarco en
Normandía queda oculta este año con la proximidad de la tercera fase. Como ya
lo he confesado al principio del encierro propiciado por la pandemia, me lo
podría ahorrar ahora, pero es que cuando te dejan el balón en el pie y el
portero se ha ido a un recado…hay que chutar a gol. El lunes aproximadamente
media España alcanza la tercera fase, esa tercera fase que desconozco
absolutamente en la versión de Spielberg. Que no es mi género favorito. Que extraterrestres
tenemos en cantidades enormes sin trompetillas en las orejas.
El Congreso de los Diputados de este
reino es, sin ir más lejos, un lugar de concentración de extraterrestres que supera
al de sales de los lagos antárticos o del Mar Muerto. Cloruros y sulfatos de
sodio, de potasio y de litio, un trío de mucho renombre, protagonista de clases
de Química y de eficacia comprobada en alteraciones diversas de los
funcionamientos corporales, incluso en la limpieza del propio cuerpo en forma
de jabones.
La distancia que todavía se abre
entre la mayoría de la población y sus representantes políticos, una buena
parte de ellos, es más que notable. Menos mal. De otra manera ya se habría
acabado el alboroto y empezado el tiroteo.
El western es un apreciable género
cinematográfico pero, que yo recuerde ahora, no es la última moda. Algún apunte o despunte para no perder totalmente
la fe. El presidente de la comisión de reconstrucción, si final y oficialmente
se llama así, el socialista vasco Patxi López, o el eurodiputado de Ciudadanos,
Luis Garicano, más modesto, que solo pide una tregua de seis meses, han dado
alguna prueba reciente de que no todo está perdido. Todavía.
El fascismo necesitó la modernidad
de la industrialización y nuevos medios de comunicación para alcanzar consensos
masivos. Lo que ahora es difícil de etiquetar con ortodoxia de ciencia política
pero, para entendernos, liquidamos a menudo como neofascismo, crece y se
multiplica en tiempos de difusión masiva, instantánea. Las redes sociales no se
distinguen por análisis sosegados. Pero, incluso antes de que ese neofascismo se convirtiera en fuerza
política de peso en muchos parlamentos europeos, antes de Trump y antes de
Bolsonaro, teníamos ejemplos de manipulaciones, embustes y bulos de tamaño faraónico.
Montajes periodísticos no pueden ser novedad y portadas escandalosas… Rescato
una. Ese periódico debería haber fallecido después de esa portada. Por falta de
lectores. Pues sigue a lo suyo y algún ejemplar vende.
Después de esos estamentos privilegiados
-políticos, empresariales, periodísticos- vamos los del común. Cada cual con
sus propias inquietudes, guardando las distancias, o no; con mascarillas bien
colocadas, o no; con velocidades de los vehículos, por ejemplo en las rotondas,
como si aquí no hubiera pasado nada. La vieja normalidad tratando de recuperar
su puesto. Las prisas desmedidas para recuperar la actividad como si lo que
hemos parado entre todos hubiera sido un vicio. Esta región lleva dos semanas
sin sumar fallecidos por la COVID. Es tan buena noticia que debería iluminarse
para abordar la nueva fase. Pero…la ignorancia, espero que no vaya acompañada
de mala fe, sigue suelta. Nuestros índices de formación, de educación, no son
los mejores de Europa y, seguramente, no han mejorado en el último trimestre.
Mi cuadro de honor de la idiotez,
más en sentido griego que latino, aunque… está presidido por Ia imagen de un
integrante de una cacerolada en Málaga, probablemente en la calle Larios, al
que le da la tos y… se quita la mascarilla para toser a gusto ¿Qué parte no ha
entendido? De un común de derechas, a destacados políticos del otro lado. El presidente
valenciano montó un tango cuando su comunidad autónoma no pasó en bloque a la
fase siguiente. Después ha sido su propio gobierno quien no ha vuelto a tener
prisa. O el presidente manchego, que ya elevó el tono en la semana que culminó
en el estado de alarma y se distinguió por enamorar al colectivo de profesores
de su comunidad al decir que lo que querían, pidiendo cerrar escuelas, era tener
más vacaciones. Después ha seguido cantando bastante y bastante mal. El que no
le ha seguido he sido yo, pero es legítimo preguntarse ¿Qué hace un chico como
tú en un partido como ese? Y después, los otros, los que cualquier cosa que
haga, haya hecho o vaya a hacer este gobierno, está, estuvo o estará mal. Ya.
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